El exceso natural de arsénico en aguas subterráneas es un problema que desvela a funcionarios, técnicos y políticos del centro sudeste de la provincia de San Luis porque dicen que es muy caro eliminarlo. Sin embargo, la vecina localidad cordobesa de Coronel Moldes ya potabiliza para consumo humano el agua del subsuelo, caracterizado por su alto contenido de este componente tóxico y de flúor. Y lo logró utilizando un método recientemente probado y descubierto por investigadores de la Universidad Nacional de Rosario y con ello se convirtió en la primera ciudad de Córdoba en aplicar un innovador sistema que libera de arsénico al vital líquido.
Fue instalado por la Cooperativa Eléctrica de la localidad cuando resolvieron construir una nueva planta potabilizadora y cambiar la totalidad de la red domiciliaria con una inversión de 7,5 millones de pesos. El sistema es conocido como ArCis y es considerado en la actualidad como el más apto para la eliminación del arsénico contenido en las napas, ya que puede remover arsénico y flúor a través de un proceso de “coagulación-coprecipitación” utilizando cloruro de polialuminio como coagulante y separar los flóculos formados por un proceso de doble filtración.
La nueva planta potabilizadora diseñada y proyectada para Coronel Moldes fue desarrollada por un equipo de técnicos e investigadoras de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario. Según sus autores, este sistema puede aplicarse en el tratamiento de aguas subterráneas cuando “el objetivo principal sea la remoción de arsénico y flúor”. Entre las ventajas, destacan que los costos de construcción y operación son menores que los de otras alternativas de tratamiento y la posibilidad de eliminar ambos componentes de forma conjunta. El último informe químico del Instituto Nacional del Agua (INA) sobre el agua del Río Nuevo en la zona de Colonia Los Manantiales, cerca de Villa Mercedes, San Luis, advirtió que el elevado contenido de arsénico hacían imposible poder potabilizarla para consumo humano por su elevado costo y complejidad de la tecnología necesaria.