El 75 por ciento de la población de la provincia de San Luis consume agua potable proveniente del Río Quinto, que nace en el Cerro Tomolasta, cerca de la antigua mina de oro de La Carolina, y se alimenta de infinidad de afluentes que aporta el rico Valle de Pancanta, hoy convertida en la zona que más lluvias recibe al año.

Con excepción de las grandes sequías de 2003 a 2005, la zona registra un creciente aumento del promedio anual, según se observa en cuadro que contiene las lluvias desde 1993 hasta la fecha, elaborado por la doctora Alicia Bañuelos, ex rectora de la Universidad de La Punta y hoy consultora internacional, en base a datos de la estación meteorológica propia que posee en su Estancia Rama.

Bañuelos junto a su esposo Juan Carlos Marini desarrolló en la década de los 90 un ambicioso proyecto forestal de dos mil hectáreas precisamente sobre el mismo Valle de Pancanta, con lo cual otorgaron protección a los suelos que en cada temporada de lluvias eran erosionados, arrastrando grandes volúmenes de tierra hacia el dique La Florida. Dirigido por el prestigioso ingeniero forestal Aldo Rudi, el proyecto de Estancia Rama, en venta desde hace ya algunas semanas, fue acompañado por un aumento de las lluvias.

Alicia Bañuelos
Alicia Bañuelos. Impulsora del proyecto forestal.

En 1993 cayeron poco menos de 800 milímetros, y hoy, a poco de terminar el año, el promedio de 2014 se acerca a los 1.100 milímetros, la marca más alta en veinte años, con excepción de 2008, cuando el total de ese año fue de 1.300 milímetros. Más lluvias sobre el valle que lleva agua para abastecer un lecho del que depende gran parte de los habitantes de San Luis y la protección de los suelos es una feliz coincidencia para un río, cuyo nombre original proviene del hecho de que fue el quinto cauce importante que encontraron los conquistadores cuando avanzaron hacia el sur desde la ciudad de Córdoba.