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Visita a El Pastor, la estancia donde nacen los prestigiosos toros Angus de Cabaña Las Lilas

Allí nacen y se crían hasta el destete los más de mil toros Angus que Estancias y Cabaña Las Lilas SA vende anualmente en Argentina. Pegado a Buena Esperanza, en el Departamento Dupuy  de San Luis se ubica El Pastor, en cuyos montes y pasturas primordialmente nativas produce extensivamente un importante número de vientres Angus, con el objetivo de multiplicar las generaciones de mejoramiento genético acumuladas en los planteles de la prestigiosa compañía ganadera.

La sanidad y el eficiente manejo de los rodeos de cría hacen de este establecimiento con 4.500 vientres un verdadero modelo productivo, con elevados índices de preñez y una alta producción física de carne por hectárea, según explicó Juan Ochoa, gerente general de la empresa, ante más de 90 invitados, entre ganaderos, cabañeros, técnicos, estudiantes de agronomía de la Universidad Nacional de San Luis, consignatarios y periodistas.

El encuentro fue convocado para mostrar en siete paradas prolijos lotes con animales de  diferente categoría, con caravanas de color que identifican al padre de pedigrí de la misma empresa, entre ellos una imponente y pareja tropa de casi mil vaquillonas de uno a dos años Angus negras, que la lluvia se encargó de dejarlas brillantes.

Empujados por el ánimo que dejó una inesperada lluvia otoñal de 70 milímetros el día anterior, la jornada transcurrió con animadas explcaciones y charlas de interesados con directivos de Las Lilas, como Mario Pelazas, encargado de Estancia El Pastor desde 2010, secundado por Eduardo Flores, como ayudante de campo; Oscar Barbieri, encargado de la torada de Cabaña Las Lilas, algunos de cuyos reproductores de pedigrí fueron llevados a El Pastor para mostrar a los invitados.

Quién dio las características y virtudes logradas en cada grupo de animaes fue Gabriel Otero, genetista de la empresa desde hace cuatro años, con una maestría en Modelo Animal realizada en España y un apasionado de la actividad de las cabañas. Con su familia en la localidad de Bolívar fue criador de Hereford.

También estuvieron Fernando Charró, gerente comercial de toros; Sebastián Urdangarín, represente comercial de la firma en San Luis, Córdoba, Mendoza y La Pampa, entre otros.

En las siete paradas pudieron verse los resultados logrados con semen de reconocidos toros de pedigrí propios, como Mandinga, Picaflor, Quebrantao Críos, Gerente, Apostado, E. Verde, Lapacho, Matrero, Objetivo, Soñador, Arafat, MaxQ’ Bueno, Coyote, Centine, Express, Mexicano, Tejas, Al-Mós y Floyd.

Las Lilas es una empresa productora, multiplicadora y proveedora de genética, explicó Ochoa al invocar el liderazgo de Horacio Caravallo, presidente de la compañía que vende más de 2.500 toros en el mercado argentino en el año y más de 200.000 dosis de semen en el país y cien mil en el extranjero.

Un poco de historia productiva

Estancia El Pastor es un campo de 15.000 hectáreas, de las cuales la mitad tiene monte de chañar y caldén, con mayor proporción del segundo. Estratégicamente, el monte se cierra en el verano y meten la hacienda en el invierno. La vaca pare en el monte.

Tiene 20% de praderas, 8% con pasto llorón, 9% con verdeos de centeno y un 14% de agricultura. En alguna época sembraban muchas hectáreas con girasol con rindes altos de 16 a 18 quintales, y sorgo, pero las palomas y cotorras se ocuparon de que la empresa abandonara para siempre estos cultivos comerciales. La agricultura que hoy desarrolla El Pastor es básicamente forrajera.

Tienen registros de lluvias desde los ’60, pero el promedio de los últimos 14 años se ubica en los 670 milímetros. La excepción fue el 2003, un año muy seco y considerado “llave” para la estancia, porque venían con casi mil milímetros anuales, recordó Ochoa: “Creíamos que nos llevábamos la producción por delante; llegamos a tener 6.500 vientres en este campo, pero el clima y Dios nos enseñó que no es para tener tanta hacienda”.

El clima en este establecimiento ubicado en una zona técnicamente denominada “continental”,  se presenta con inviernos muy secos y veranos llovedores, con algunos eneros  de altas temperaturas y lluvias de tan sólo 40 milímetros.

Las tierras tienen un módulo de rotación en las siete mil hectáreas limpias, consistente en tres años de agricultura y seis de praderas, acomodados a la realidad de cada año.

En 1999 tenían el campo poblado con más del 60% de pasto llorón, de una variedad vieja y dura, como el Tanganica, lo cual les traía problemas en el estado de las vacas al final del servicio, que en esa época era en febrero. En esos años de buenas lluvias pasaron del llorón a praderas.

Las alfalfas en esta zona tienen un excelente desarrollo. Las praderas también tienen agropiro, festuca y cebadilla. Por las altas temperaturas, las dos últimas tienden a desaparecer después del año. Las praderas se siembran con surcos alternos, uno con alfalfa y otro con gramíneas.

El Pastor hoy trabaja con 4.500 vientres  y el objetivo es llegar a los 5.000, todos Angus negros y colorados. Por una cuestión de orden de la empresa, los rodeos Hereford están en La Josefina, al sur de Buenos Aires.

Tienen un servicio de otoño en las vaquillonas primerizas de 18 meses. En abril-mayo, con inseminación a tiempo fijo, esas hembras paren en febrero del año siguiente y las destetan en septiembre y vuelven a entrar en servicio en primavera. Esta rutina les permite inseminar más del 50% del rodeo con inseminación.

Las técnicas de inseminación a tiempo fijo están más que afianzadas, con porcentajes de logros muy buenos, según  cada protocolo, aclaró el gerente general de Las Lilas: “En los 90 comenzamos con la inseminación a tiempo fijo  con otras drogas, pero se nos desordenó bastante el rodeo; hoy estamos muy ordenados y en permanente progreso”.

En 2008 y 2009 hubo una caída importante en la preñez, que fue del 67%, producto de aquella seca que vivió el país en esa campaña. En los campos agrícolas de Las Lilas el maíz rindió sólo 1.500 kilos por hectárea y las sojas 1.600 kilos: “Fue un año terrible y las vacas obviamente también lo sintieron”.

Las actividad en El Pastor se pone fuerte durante los meses de mayor concentración por el destete, advirtió Ochoa: “Como somos un establecimiento multiplicador, en el destete se hace una cuidadosa selección y los terneros aptos clasificados van a la cabaña de Las Lilas a terminar su crianza; el resto se los castra y se los vende en el mercado”.

Un abanico de establecimientos

Los establecimientos agropecuarios de la empresa son Estancia La Leonor, en  Chaco; Estancia Las Lilas,  en Pasteur, Buenos Aires; Estancia El Pastor, En Buena Esperanza, San Luis, y Estancia La Josefina, en Saavedra, Buenos Aires.

También posee un centro de inseminación artificial en Dugan, Buenos Aires,  que absorbe los padres líderes con pedigrí y lleva a cabo todo el proceso de congelado de semen para abastecer al mercado. Está también el establecimiento Pichu-Có, en San Justo, Santa Fe , un puesto de venta donde realizan remates anuales de 400 toros y 400 vientres. El establecimiento San Ignacio , en Junín de los Andes, Neuquén, establecimiento Los Toros, en San Antonio de Areco, Buenos Aires, y ahora un nuevo emprendimiento en avanzado estado de construcción, un criadero de cerdos, que ya cuenta con 200 abuelas y 100 madres de la raza australiana Topic.

Entre las actividades que desarrolla la firma, están las cabañas de Angus y Hereford , desde cuyos planteles salen los toros para remate e inseminación.. También tienen cabañas de Brangus, Braford y Brahman, con diez mil vientres, para ambos destino.

Luego poseen los rodeos multiplicadores, que están en Buena Esperanza, San Luis, y Saavedra, 150 kilómetros al norte de Bahía Blanca, y el centro de inseminación artificial.

Caravallo es también un apasionado de los caballos. Hoy tiene en Dugan un haras de Paso Peruano.

En San Ignacio producen con un rodeo de más de 1.500 llamas, de las que sale la fibra con las que la misma empresa confecciona mantas y ponchos que los vende artesanalmente en cada uno de sus remates de toros.

En La Leonor, Chaco, tiene una reserva pegada al Río Bermejo de 30 mil hectáreas de campo, de las cuales 23.000 son de monte con quebrachos y algarrobos, además de una rica fauna donde se destacan los monos, víboras y yacarés. “Nos preocupamos mucho de que eso sea muy preservado”, dijo el gerente general de Las Lilas.

El abanico de empresas se completa con el restaurante Las Lilas, instalado hace 25 años en Puerto Madero, donde hoy sirve más de 1.500 cubiertos por día, y un museo con 64 obras originales de Molina Campos que ilustraron por dos décadas los recordados almanaques de Alpargatas,  además de carruajes argentinos.

FOTO: Gentileza de Gabriel Varela, Palabra Rural.