En un segundo informe sobre los destrozos que dejó la inundación en esa rica y diversa cuenca, los técnicos del INTA Quines Héctor Andrada y Marcos Coeli recogieron testimonios de productores tomados en cada uno de los establecimientos con el objetivo de conocer y evaluar los daños ocasionados por la tormenta, los daños potenciales que ésta puede originar, y hacer visible las consecuencias productivas a corto y mediano plazo.
Según información brindada por el Consorcio de regantes Quines Candelaria, el área afectada actual en el corredor (parajes La Reina, La Florida, San Miguel hasta la localidad de Candelaria) y Banda Este (este de Quines) ronda las 1.500 hectáreas y potencialmente las 3.000 bajo riego al haberse afectado la toma de agua de “El Muro”.
Los técnicos del INTA Quines utilizaron como metodología la visita y observación de los sitios afectados, se tomaron fotografías, con entrevistas a los productores, ya sea el propietario, o el encargado de la explotación.
“Existe un gran daño, pero además un gran conocimiento por parte de los productores de sus sistemas productivos, lo cual permite una evaluación y diagnóstico acertado”, dieron Andrada y Coeli en sus concusiones. Pero también advirtieron que al no disponer a corto plazo de agua para riego, hace pensar en alternativas que en forma conjunta y apoyadas por organismos gubernamentales, llegarían a una solución recién a mediano plazo.
Rafael Amaya, alfalfero y ganadero
Conocido por su historia como productor alfálfero, Rafael Amaya tiene su establecimiento en paraje San Miguel, con 300 hectáreas, de las cuales 10 está desarrolladas para riego. Tiene afectada su producción actual por el embancado de canales, destrucción de alambrados y pérdidas de animales, y potencial por la de perder acceso al riego. “Sería bueno disponer de perforación para poder dar uso a los recursos forrajeros a través del pastoreo directo, ya que las represas solo disponen de agua para dos meses”, comentó don “Chacho” pensando en seguir apostando a la producción.
Lucas Angelis, productor de almendras
Lucas Angelis es ingeniero agrónomo y llegó con su familia desde Córdoba a desarrollar sus tareas profesionales, y al comprobar la potencialidad productiva de la zona, apostó a la producción de frutas secas en el paraje La Florida, que también se vio afectada por la inundación. Relató Lucas preocupado: “Si bien no hubo un daño importante en los frutales de almendras, pudo observarse por los restos de basura dejada por la escorrentía que el agua llegó en ese sector entre los 80 cent´metros y un metro de altura”.
Allí, los técnicos del INTA observaron alambrados dañados, rotura y embancado de la represa utilizada para almacenar el agua para riego por goteo. También se vio afectado un cultivo de zapallo realizado entre líneas de frutales, con plantas arrancadas y podredumbre de frutos.
El daño más severo es la imposibilidad de regar por un período importante de tiempo, ya que como en el caso anterior, este sistema productivo depende del sistema de riego que fue dañado.
Noel Carreño, papero y ganadero
Noel, más conocido como el “negro” Carreño, nativo de la localidad de Candelaria, con gran historia de trabajo en la producción, sufrió daños importantes por esta inundación.
Con mucha dedicación y empeño, cultiva su tierra, según describió el INTA: “En un inicio pensábamos que íbamos a poder manejar el crece, pero en poco tiempo fuimos desbordados por la gran cantidad de agua que nos arrasó vivienda, galpones con fertilizantes, curasemillas y papa semilla, además de terneros y nos destruyó totalmente lotes recién implantados con papa, ocasionando daños de embancamiento de lotes, cárcavas y pérdida de fertilidad por arrastre”.
Observaron la magnitud del hecho actual y a futuro; “Mi solución es la de seleccionar la papa semilla disponible (mucha podrida) y sembrar en nuevas regiones, como en San Vicente, Córdoba, para tratar de reparar el daño económico sufrido”.
Koyam Navarrete, producción de Arándanos
La producción de arándanos en Candelaria actualmente se destina a industria, describió el informe. Unas 37 hectáreas con cultivo de arándanos de un total de 80 fueron directamente afectados por la inundación, donde importantes sectores quedaron con bancos de arena. Esta inundación también ocasionó daños en oficinas administrativas y galpones.
Se embancaron canales y el establecimiento estará afectado por la falta de agua para riego por la rotura del sistema de riego local.
Koyam fue preciso en su relato: “El daño potencial es la falta de agua para un cultivo que necesita de agua todo el año, y el riesgo para poder mantener a los operarios empleados de forma permanente (11 personas) y los más de 100 empleados que son contratadas para la época de cosecha; este emprendimiento llegó a tener en algún momento más de 1000 operarios eventuales”
El encargado de producción de este establecimiento propone buscar una alternativa para contar con agua para riego, como podría ser bombear agua de perforaciones a los canales de riego.