Nunca más volvieron. El gobierno provincial se “borró” de la localidad de Concarán después de las inundaciones del 1° de marzo que dejaron destrozos de importancia cuando creció brutalmente el río Conlara.
La prueba más llamativa y que confirma el crónico abandono de caminos que caracteriza la gestión del gobernador Claudio Poggi, es la pasarela que permite al vecino de a pie que vive hacia el oeste de la localidad, cruzar el río para asistir a sus trabajos, llevar niños a la escuela, comprar alimentos, entre otras actividades y hábitos alterados desde hace casi siete meses.
El panorama desolador que muestra este paso sobre el río Conlara se completa con el estado del camino que lleva hacia una zona rural cargada de pequeños productores, muchos de los cuales llevan medio año sin poder sacar hacienda porque los camiones se entierran en la arena.
“Después de las inundaciones de marzo, vino gente de Vialidad, pero nunca más volvieron; los chicos cruzan el río como pueden; con los primeros calorcitos algunos se animaron a pasarlo descalzos, pero con el agua arriba de la rodilla”, describió Lisandro Zavala cuando El Semiárido recorrió la zona ayer.
Zavala es un hombre mayor que vive “del otro lado” del río y se transporta en bicicleta. Fue el primer presidente que tuvo la comisión vecinal de esa barriada y que en 1995 logró que el entonces gobernador Adolfo Rodríguez Saá asignara fondos para construir la pasarela y un badén de cemento.
El Conlara no es caudaloso en esta época del año, pero lo suficiente para tomar precauciones al cruzarlo con un auto chico, ya que el agua cubre casi todas las ruedas.
Esta es la primera vez que la pasarela se rompe, según recordó Zavala, que presenció la construcción de sólidos pilotes que sostienen la estructura de hierro con barandas. La crecida trajo un enorme y añejo sauce mimbre que se encajó en una de las columnas y la fuerza del agua terminó por arrancar la mitad de ese paso.
Por tratarse de una zona llana, las márgenes del Conlara desparraman a cada crecida grandes cantidades de arena. Para ello el paso de Concarán no tiene ningún tipo de defensa que proteja el único camino que comunica diariamente a una parte de la población.
Esta deficiente asistencia del Estado tras el fenómeno meteorológico no es la única. Abundan las quejas de familias rurales y productores que trabajan en el tramo entre Tilisarao y Santa Rosa del Conlara por los precarios arreglos y lo poco que duraron, realizados por el gobierno después del temporal de marzo en los caminos más dañados.
FOTO: El Semiárido