El dato oficial que publicó ayer el Indec terminó de confirmar lo que anticiparon las mediciones privadas: por el impacto de la megadevaluación y la escalada inflacionaria, el salario real se derrumbó 12,1% el año pasado y tuvo su mayor caída desde 2002. Con este deterioro, el poder adquisitivo se ubicó en su nivel más bajo en diez años.
Frente al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del año pasado, en torno al 47,6%, los salarios del sector privado registrado aumentaron 30,4%, los del público 30,3% y los de la economía informal 29,7%.
El Índice de Salarios mostró en diciembre último una mejora del 1,9%, cuando la inflación en ese mes fue del 2,6%.
Los salarios registrados del sector privado crecieron en diciembre pasado, un 1,7%, los de la administración pública un 1,9% y ambos por debajo del indicador de costo de vida.
Por su parte, los sueldos promedio de los trabajadores en negro fueron los únicos que le ganaron a la inflación en diciembre pasado con una suba del 4,7%, aunque en la comparación interanual fueron los que más perdieron.
La mayoría de las negociaciones paritarias se ubicaron el año pasado por encima del promedio de crecimiento salarial del 29,7% que difundió hoy el INDEC, pero por debajo del alza de precios anual del 47,6%.
El salto del dólar de más del 100% que desencadenó una suba de precios mayoristas de casi el 74% y que trasladó a las góndolas aumentos del 47,6%, las paritarias que corrieron siempre por detrás y la pérdida de empleos formaron el cóctel explosivo que determinó que los trabajadores sean los grandes perdedores de la crisis.
«Sin lugar a dudas, la masa salarial fue la variable de ajuste de 2018. Los salarios crecieron por debajo de la inflación (y del dólar), la cantidad de trabajadores cayó y las contribuciones patronales empezaron a descender a la luz de la reforma tributaria», explicó un informe del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA). Como ejemplo, el reporte de supermercados del Indec de diciembre mostró una suba nominal del costo laboral sectorial de apenas 19%.
Pese al deterioro del año pasado, los analistas consideran muy difícil que en este 2019 electoral se recupere parte de la capacidad de compra perdida. Por lo pronto, ante un comienzo de año con el IPC sin tregua, los economistas estiraron sus proyecciones de inflación por encima del 35% (ver página 2). Además, el contexto de destrucción de empleo complicará aún más las negociaciones salariales.
«Las paritarias y la evolución de los salarios son la gran incógnita para 2019», señala el ITE-FGA. Y agregó: «Para los gremios hay dos desafíos: recuperar lo perdido el año pasado y no volver a perder». Las primeras propuestas oficiales en las negociaciones con los docentes dieron algunas pistas del plan de Cambiemos: acompañar la inflación para no perder más este año y consolidar lo perdido en 2018. El resultado dependerá de la capacidad para pulsear de los distintos gremios. Y, claro, de que el dólar no vuelva a dispararse.
Fuentes: Ambito.com y BAE