Inicio Agricultura La diputada Bianchi pone la lupa sobre el uso de semillas ilegales

La diputada Bianchi pone la lupa sobre el uso de semillas ilegales

La legisladora puntana impulsa un proyecto de resolución para que el Ejecutivo nacional informe qué medidas aplica para controlar el creciente mercado negro de la “bolsa blanca”.

“La semilla de uso propio e ilegal alcanza proporciones muy significativas en Argentina”, advirtió la diputada nacional por San Luis Ivana Bianchi en un proyecto de resolución presentado en el Congreso de la Nación para que el gobierno explique qué medidas está tomando para controlar un mercado negro que funciona casi a la vista de  todos.

La legisladora de Compromiso Federal quiere saber si las autoridades nacionales realizaron elevamientos sobre la comercialización de esa semilla clandestina, ya que según la Ley 20.247 de “Semillas y creaciones fitogénicas”, sancionada en 1973, todo material que se comercialice debe estar debidamente rotulado.

Con esta iniciativa, Banchi se metió en un resbaloso tema en el que juegan intereses de semilleras nacionales y extranjeras muy poderosas: “Hay que distinguir entre semilla legal, que para los principales cultivos debe ser fiscalizada o provenir del uso propio genuino, y semilla ilegal comercializada sin rótulo (‘bolsa blanca’) en el mercado negro”.

Considera que los cultivos donde predominan los “cultivares híbridos”, como maíz, girasol y sorgo, la gran mayoría de la semilla empleada es fiscalizada, pero aseguró que las dimensiones del comercio ilegal del trigo y soja son enormes.

La legislación obliga que el etiquetado de estos productos debe indicar datos mínimos  sobre el responsable, especie, nombre de la variedad si correspondiera e información sobre su calidad, además de los datos de la campaña de producción, peso neto y origen.

La Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados tiene en sus manos este proyecto, en el que Bianchi insiste: “La existencia de una semilla no rotulada constituye un mercado ilegal”.

“La semilla de uso propio e ilegal alcanza en Argentina proporciones muy significativas”.

Según la diputada, el Instituto Nacional de Semillas (INASE) nunca logró controlar el mercado negro de estos materiales: “Tampoco tuvieron éxito las empresas que intentaron ejercer el poder de policía a través de la vigilancia del cumplimiento de los contratos privados impuestos, a partir de 2000, en la venta de semillas de los cultivares de punta”.

Tradicionalmente, los agricultores argentinos han producido su propia semilla al retener parte de la cosecha de granos, una práctica que se da con más intensidad en algunos cultivos, en particular trigo, soja, poroto, arroz y otros con reproducción por “autogamia”.

En sus fundamentos, Bianchi recuerda que por “bolsa blanca” no se pagan impuestos ni regalías a los obtentores que poseen Derecho de Obtención Vegetal (DOV) y destaca, al cumplirse la primera década de la difusión comercial de cultivares genéticamente modificados (GM) en el mundo, que Argentina  se encuentra en el segundo lugar por área sembrada, después de Estados Unidos, con el 19 por ciento del total global. También el país está en primer lugar por la proporción de tierra cultivada con variedades transgénicas.