En diciembre se observó un incremento de los precios de la carne vacuna, tanto para el productor como para el consumidor final. Un estudio económico del movimiento CREA analizó las variaciones ocurridas y al indagar las causas sostuvo que una ajustada oferta de carne presiona los precios de la hacienda.
En el transcurso de las últimas semanas, los precios de los productos ganaderos tuvieron un aumento considerable, lo cual se reflejó en las categorías de invernada y de faena, y en los precios al consumidor.
El precio del ternero de invernada de 180 a 200 kg cotizó en promedio para los primeros 20 días del corriente a 36,7 $/kg. Esta categoría viene valorizándose por encima de la inflación IPM en forma relativamente continua desde agosto del 2014, como se refleja en la evolución ascendente de los precios en valores constantes.
En comparación a la serie histórica, en diciembre se obtuvo el mayor valor, superando incluso los picos de precio de fines de 2010, inicio de un fuerte período de retención. De acuerdo al análisis sobre los movimientos de animales registrados por SENASA, en diciembre se mueve el 5% de los terneros totales del año. Es decir, en este mes suele comercializarse una fracción muy chica de los terneros totales, con lo cual los precios actuales corresponden a un mercado de poco volumen.
Las categorías de animales a faena incrementaron su precio en una proporción mayor a los terneros de invernada, disminuyendo la diferencia en la compra-venta de los últimos meses, cuando el novillo venía con un retraso con respecto al ternero. El incremento en el Mercado de Liniers de noviembre a diciembre fue 18% para el ternero de 320 Kg y 21% para el novillo 430-460 kg.
Esta diferencia en la suba generó una menor brecha en los precios entre ambas categorías de faena. Para los tres productos analizados, ternero de invernada y ambas categorías de faena, el precio fue mayor en los primeros días y disminuyó en el transcurso del mes.
“Dentro de las posibles razones que se plantean para explicar estos aumentos se encuentran la especulación, el proceso de retención de vientres, el cambio de gobierno, la incertidumbre por la evolución del tipo de cambio oficial y las expectativas sobre oportunidades de colocar mercadería en el mercado externo”, según analizó CREA.
Sin embargo, aclaró que la variación de precio encuentra su mayor explicación en la condición de una oferta de carne reducida: “Las causas del cambio en la oferta actual no son coyunturales sino estructurales, por lo que es necesario comprender lo que pasó en la última década y el proceso en el que hoy se encuentra la ganadería”.
Dijo que a pesar que en los últimos diez años la cantidad total de carne producida se mantuvo relativamente estable (apalancada fundamentalmente por el efecto de la aceleración de las invernadas), la cantidad por habitante se redujo significativamente debido al aumento poblacional.
Al considerar los promedios de diferentes indicadores de los períodos 2003-2006 versus 2012-2015, se identificaron cambios que detalló.
La población de Argentina aumentó 8,6%, mientras que el stock vacuno se contrajo 10,6%. Esto implica que la relación cabezas de vacuno por habitante baje de 1,5 a 1,2. En esos mismos lapsos de tiempo, la exportación pasó de 600 mil a 200 mil t. res c/hueso y el consumo disminuyó 2,2 kg/hab/año.
“Esto refleja la condición ajustada de oferta de carne hoy, que presiona sobre los precios. La posibilidad de mejorar dicha oferta requiere recuperar el stock, en especial el stock de vientres para producir terneros”, señala el análisis al destacar que este proceso de incremento de madres se fue intensificando en el transcurso del 2015.
De acuerdo a una encuesta de CREA de noviembre, el 59% de los productores aumentó su stock de vientres a partir de retención de hembras este año. En tanto sólo 4% respondió que la retención definida en hembras generó una disminución del rodeo. Para esos casos, el principal motivo mencionado para liquidar fue problemas de financiamiento. Esta pregunta sobre retención en cría dentro de la encuesta se realiza cuatrimestralmente. La respuesta de noviembre de 2015 es la que reflejó el mayor valor de retención para aumentar el rodeo.
Dijo además que estos resultados reflejan parte de la realidad del sector, que se encuentra en un momento de inversión en vientres para aumentar la producción en el largo plazo. A nivel nacional, las decisiones de retención o liquidación se pueden identificar a través del porcentaje de hembras en la faena. En lo que va del año el mismo se ubicó en 41,7%, lo cual indica un período de retención.
CREA también detalló que al tener las hembras la doble función de producir terneros y a la vez ser oferta de carne, los períodos de retención generan un efecto negativo sobre la oferta instantánea a faena y un efecto positivo en el largo plazo por aumentar el stock de terneros, es decir un incremento futuro de la oferta para faena: “Este proceso de inversión en vientres, sumado al stock reducido y el crecimiento poblacional, resulta en una oferta de carne reducida momentáneamente”.
En este contexto, el estudio económico plantea cuánto puede convalidar el mercado interno los precios actuales de la carne. Al analizar los consumos promedios de carnes (incluidas pollos y cerdos) y los precios de 2012 a la fecha actualizados, en promedio por habitante, el gasto total en carnes por mes fue de $396 por mes.
Cuando evalúa la proporción de los ingresos que son destinados a la compra de proteína animal, tomando como referencia el ingreso medio publicado por el INDEC, el gasto total promedio en carnes representa el 10,3% de los ingresos por habitante. Ese porcentual no se ha modificado significativamente en los años analizados, por lo que es de esperar que el mercado interno convalide el precio de la carne de acuerdo a su ingreso total.
“La oferta de carne actual es reducida, fundamentalmente consecuencia de un problema estructural de la cadena productiva”, según resume CREA e indica que la merma del stock en los últimos años genera hoy un faltante de carne en el mercado, interno y externo: “Esto ha tenido un impacto directo en los precios, y la evolución de los mismos dependerá en gran medida del ingreso medio de la población”.
Para el movimiento CREA, de sostenerse la inversión sectorial en vientres, aumentando así el stock, es esperable que en 2017 la oferta de carne vacuna comience a recuperarse más fuertemente. Mientras tanto, el mercado interno está adecuadamente abastecido en la actualidad con la sumatoria de las tres carnes, vacuna, aviar y porcina, que complementan una canasta total de proteínas de 112 kg/hab/año.
Este valor, opinó, es alto comparado con los 99 kilos que comían en promedio entre los años 2003 y 2008. En términos internacionales, es valor promedio de consumo total de carnes similar a EEUU, 11% mayor que Brasil, 14% mayor que Uruguay y un 28% mayor que la UE.