La Organización Territorial Huarpe Pinkanta celebró el comienzo del nuevo ciclo (año nuevo) durante los días 28 al 30 de agosto en el paraje El Junquillal, ubicado en las Lagunas de Guanacache, donde se juntan las provincias de San Juan, Mendoza y San Luis. Este año se caracterizó por la interculturalidad, es decir, se agregaron personas que pertenecen a la sociedad argentina en su conjunto.
El paraje El Junquillal ubicado en las Lagunas de Guanacache, donde se juntan las provincias de San Juan, Mendoza y San Luis El fin de un ciclo y comienzo de uno nuevo fue el marco en el cual las comunidades de los pueblos originarios huarpes pusieron en común sus problemas, sus necesidades, el trabajo que vienen realizando en los diferentes territorios, además de los espacios para las ceremonias que representan la cultura de este pueblo.
Este año estuvieron acompañados por organizaciones del Estado Nacional, con preeminencia de la Secretaría de Agricultura Familiar, dado que dentro de esta funciona la Dirección de Pueblos Originarios, donde están incluidas las comunidades huarpes.
El sábado también estuvieron presentes representantes del AFSCA, del Ministerio de Salud de la Nación y del RENATEA.
El viernes, en el final del ciclo, se concretó la asamblea de autoridades de las comunidades huarpes. Debatieron la política pública, el proyecto de ley de la propiedad comunitaria indígena, la producción y agricultura familiar, como así también los espacios de gestión, salud, educación intercultural y biodiversidad, entre otros temas.
El sábado al mediodía se realizó una ceremonia de recibimiento a la interculturalidad y por la tarde los presentes se reunieron en asamblea anual de fin de ciclo para debatir y poner en común los problemas de las comunidades huarpes, como así también se analizaron probables líneas de acción para desarrollar durante el nuevo ciclo que comenzó el domingo.
El problema común a todas las comunidades es la tenencia de la tierra, el acceso al agua y a los servicios básicos como la educación y salud. También la propiedad comunitaria para la posesión de las tierras para el desarrollo de las comunidades.
No menos importante es el trabajo con la educación intercultural bilingüe desde la cosmovisión de los pueblos originarios, al igual que la salud. En el eje de salud y educación se pretende que se respeten los saberes y que haya un intercambio de conocimientos y de acción entre la educación y salud convencionales con las originarias.
Tratados los diferentes temas, se impulsó la creación de una mesa de gestión indígena para poner los problemas en común y tomar acciones concretas para poder solucionarlas. Se pretende que participen todas las comunidades huarpes para que las tareas emprendidas tengan más fuerza.
La asamblea y las diferentes reuniones se desarrollaron en un marco de corrección, donde se distribuyó la palabra a todo aquél que necesitaba expresarse y aportar sus conocimientos o sus pensamientos destinados a fortalecer el trabajo de las comunidades, según un comunicado de prensa de Agricultura Familiar.
Los diferentes participantes que arribaron al lugar armaron sus carpas para pernoctar y recibir el nuevo ciclo en comunidad.
La interculturalidad se define como “la relación entre culturas diferentes, entre pueblos diferentes que constituyen un proyecto común de convivencia, respeto y solidaridad dentro de un marco igualitario de relaciones”, expresa un escrito entregado por la comunidad a los presentes.