Inicio Agroindustria El norte puntano tiene su aceite de oliva extra virgen elaborado con...

El norte puntano tiene su aceite de oliva extra virgen elaborado con exquisita dedicación

Ésta será su mejor campaña desde que se radicó en San Luis en 2009, ya que por las generosas lluvias de los últimos dos meses espera cosechar medio millón de kilos de aceitunas de cinco variedades y que le rendirán unos 70 mil litros de aceite extra virgen, elaborado en el mismo establecimiento.

Rubén Alberto Blancher  es el propietario del establecimiento que elabora aceite bajo la marca Almazara. Viene del sur de Córdoba y recibió a  El Semiárido junto a Héctor Andrada, jefe de la Agencia Quines del INTA,  y Ángel Pelaytay, especialista en Agroecología del INTA Villa Mercedes, en su plantación ubicada en Los Cajones, bien al norte de San Luis y  escasos metros del límite con Córdoba.

Obsesivo por la prolijidad y limpieza del olivar, Rubén sigue personalmente todo el proceso que termina en aromáticos y codiciados aceites, según relató mientras apuraba un asado bajo el parque de cuidados algarrobos que luce en la entrada al campo y al que se sumó su amigo y productor alfalfas de alta calidad para hipódromos Oscar Alberto Asís.

Este año habrá una gran cantidad de fruta. Las inusuales lluvias le permitieron realizar quince riegos desde que comenzaron los primeros calores, cuando normalmente el agua solo suele alcanzar para esta época para no más de tres.  En años normales, la media anual no pasa de los 450 milímetros.

Además de tener previsibilidad con el agua, la mayor preocupación del productor hoy es la falta de mano de obra entrenada para las permanentes labores que demanda el monte, en especial la poda. Pero aquí entrará  jugar el INTA, ya que Andrada y Pelaytay acordaron realizar cerca de junio próximo un taller de capacitación en el mismo campo con un especialista de la institución. La idea es articular entre el empresario y la comunidad y dejar capacitación en los jóvenes de estas comunidades, explicó el jefe del INTA Quines.

Blancher llegó a Los Cajones en 2009 y compró el campo donde ya había algo de plantas. Realizó plantaciones durante los tres años siguientes: “Estaba trabajando en otro campo donde se pusieron 25.000 plantas y mi vinculación con la olivicultura vino a través del ingeniero Bustillo de La Rioja , quien me enseñó a querer y saber apreciar lo que es un planta de olivo, que no es una planta común, no es parecida a ninguna”.

Hoy tiene 12.500 plantas en 24 hectáreas, con dos variedades de mesa, Changlot y Manzanilla Real, y las aceiteras Coratina, Arbequina y Picual. Esta última también sirve para mesa.

Aquí no se hacen blend. El aceite es todo de variedades puras. La máquina prensadora es chica, pero como está en un impecable galpón pegado a la plantación, puede ir eligiendo la variedad que quiere cosechar: “Me puedo dar el lujo de ensamblar y hacer un blend al gusto propio o a pedido y  lo puedo hacer porque en las plantas grandes se muele lo que llega y en el momento que llega. Yo me doy el lujo de cosechar los kilos que necesito en ese momento. Lo que se cosecha  la mañana se procesa a la tarde, pasadas las 19”.

El producto se envasa en botellas de vidrio verde de medio litro, pero no se vende en los comercios; sólo se consigue en Los Cajones. Sus consumidores valoran este cuidado proceso: “Me dicen que los he drogado con mi aceite. No le dicen Almazara, sino el aceite de Rubén. Uno de mis grandes consumidores es el chef Lelé Martínez, el joven que cocina en Buenos Aires con este aceite y ha prometido cocinar aquí en la plantación”.

Pero Blancher está cerca de cerrar un contrato con una firma de Buenos Aires para comprarle todo el aceite que produzca durante diez años, lo cual le permitirá encaminar su proyecto hacia “grandes cosas”, como almendra de floración tardía y nogal, cuyos ensayos ya están en marcha.

No está en sus planes aumentar la superficie con olivos. Esta campaña el monte le dará medio millón de kilos de aceitunas, que rendirán unos 70 mil litros de aceite: “En las condiciones que llevo adelante esta producción se me escaparía de las manos si el volumen es más importante y eso atenta contra la calidad; en las grandes plantas se muele lo que llega y cuando llega”.

No tiene problemas sanitarios. La amenaza más importante en la región es la Mosca Blanca, pero que nunca llegó  la zona de Los Cajones. Se queda toda en las plantaciones próximas a Villa Dolores, Córdoba: “Tenemos una sanidad extraordinaria. Dicho por ingenieros de Mendoza que trajo Sol Puntano, somos la finca que menos problemas sanitarios  tiene la provincia de San Luis”.

El riego lo hace por un canal con agua del Dique San Felipe en un tramo de 48 kilómetros que deben mantener: “Podríamos estar mejor si fuéramos más unidos. Acá una persona se hizo dueña de un canal y hasta que no intervino San Luis Agua, se regaba como él disponía. El tema del agua pasa por el manejo y por saber las prioridades y cuál es el momento adecuado para regar cada plantación. Por ejemplo, si a la alfalfa no la regás  durante una semana no tiene problemas, pero un olivo en plena floración si no le das agua en el momento del cuaje tiene problemas”.

Junto a otros productores de Los Cajones, elabora un proyecto para pedir autorización para hacer una perforación aquí cerca para los momentos que falta agua en el dique San Felipe.

FOTO: El Semiárido: Héctor Andrada (INTA Quines), Oscar Asís (productor de alfalfa), Rubén Blancher (propietario de aceites Almazara) y Ángel Pelaytay (INTA Villa Mercedes).