“El uso inadecuado de los ecosistemas, además de perturbar su funcionamiento, también implica un costo”, sentenció el investigador de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) Enrique Ocampo en un trabajo en el que advierte que la provincia registra desde 1950 un proceso de pérdida constante en la superficie ocupada por vegetación natural, que es reemplazada por cultivos de cosecha.
En esta disminución, considerada pérdida de biodiversidad, algunas especies están en proceso de retirada y la posibilidad de regeneración disminuye con el tiempo, aseguró Ocampo, quien también es jefe de la Cátedra Pastizales Naturales de a Faculta de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA): “Además, el proceso de desertificación avanza y esto complica aún más la conservación de lo existente”.
Los números que muestra el trabajo del catedrático confirman el problema: en 1950 la vegetación natural en San Luis ocupaba 6.560.000 hectáreas y la implantada 400.000. Pero en 2010, las especies naturales cubrían 5.500.000 hectáreas y las implantadas 1.300.000.
El investigador realizó un trabajo cuya síntesis se publicó recientemente junto a otros informes presentados durante las XXII “Cuidemos nuestro mundo”, que organiza la UNSL. Frente al complicado panorama trazado en cuestiones de conservación de especies naturales, sugiere que deben estudiase y generar estrategias con hincapié en técnicas que permitan revertir este cuadro.
La reducción de la biodiversidad es una consecuencia directa del desarrollo humano, aclara Ocampo y señala que la conservación de la diversidad biológica supone un cambio de actitud: “Desde una postura defensiva de la naturaleza frente al desarrollo, hacia una labor activa que procure satisfacer las necesidades del recurso biológico de la población a la vez que se asegure la sostenibilidad a lo largo del tiempo de la riqueza biótica de la tierra”.
En concreto, plantea que para poder conservar y hacer uso sustentable de la diversidad biológica se debe tener conocimiento sobre las especies, ampliando los discontinuados inventarios taxonómicos y bibliotecas de referencia para identificar las “prioridades de conservación”.
Impactos directos sobre la conservación
Entre las situaciones que más impactan en forma directa en la biodiversidad y que, según asegura, en la mayoría de ellas se pueden aplicar técnicas para impedir que ocurran: el fuego, suelos sueltos y pendientes.
Pero también atribuye impactos negativos a los sistemas productivos, en especial el corrimiento de la frontera agrícola que eliminó importantes superficies con vegetación nativa, además del clima, con sus temperaturas extremas, vientos y lluvias.
Para Ocampo, el pastizal natural es fuente principal e importante proveedora de biodiversidad: “Es el recurso que debemos estudiar, conservar y en lo posible mejorar, aplicando técnicas modernas y generando estrategias para lograrlo”.
También destaca que el “banco de semillas” en la provincia de San Luis es muy variado, con varias regiones fitogeográficas muy distintas entre sí, con características diferentes en cuanto a tipos de suelo, topografía y relieve: “Esta diversificación hace que la provincia tenga una buena diversidad vegetal”.
Pero además, están representados todos los estratos, herbáceos, arbustivos y arbóreos, y con gran diversidad en relación a la altura, tanto en las Sierras de San Luis como en la de los Comechingones: “Es una provincia favorecida para una buena diversidad florística”.
Estudios locales sobre las semillas nativas
El investigador recuerda que las semillas de la mayoría de las especies que forman el pastizal natural de San Luis no germinan inmediatamente después de su maduración, ya que entran en un estado de latencia que puede durar unas pocas semanas, meses o varios años.
En los últimos años se realizaron estudios sobre el poder germinativos de semillas de pastizales de San Luis, entre ellos el realizado por la cátedra de Ocampo y la de Fitopatología de la FICA, en los que verificaron la presencia de patógenos en las especies Eustachys retusa y Pappoforum pappiferum.
Ocampo explica que el origen del estudio del poder germinativo de las especies naturales se debe a que cuando se realizó esta medición en semillas en condiciones no controladas, es decir a campo, rara vez el poder germinativo supera el 15 al 20% y en muchos casos no germinan.
En otros aportes para conservar la biodiversidad citados por el investigador, figura los inventarios de flora y fauna realizados y discontinuados en Quebracho de la Legua, Reserva Natural Estricta Quebrada de las Higueritas, Bajo de Veliz y herbáceas en la reserva La Florida.
En San Luis está vigente la ley N IX-0309-2004 sobre conservación y control de áreas naturales protegidas, reservados también como escenarios de investigación.
FOTO: INTA Villa Mercedes