Organizada por los mismos productores porcinos agrupados por el programa Cambio Rural y el apoyo del INTA Concarán, una jornada desarrollada en esa localidad sirvió para construir un prometedor puente entre la producción primaria, la faena y la industria alimentaria animal del Valle del Conlara e iniciar un círculo comercial virtuoso donde todos ganan.
Criadores de cinco grupos provenientes de Villa del Carmen, Santa Rosa del Conlara, Villa Martina y Tilisarao participaron del encuentro al que asistió El Semiárido y que tuvo dos partes. Por la mañana dos especialistas hablaron sobre nutrición y cómo se mueve hoy el mercado porcino (ver nota aparte). Por la tarde hubo intercambio entre criadores y la Asociación de Campesinos del Valle del Conlara, que cosecha y procesa granos para vender premezclas de alimento balanceado, y la Cooperativa Telefónica de Tilisarao que elabora expeller de soja con destino a la alimentación animal.
También lo hicieron miembros de la cooperativa de granjeros de San Luis, que hoy gestiona la sala de faena móvil de la sede San Luis de la Universidad Católica de Cuyo, comprada el año pasado con el aporte del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación y que en diciembre realizó en Concarán una faena demostrativa
La jornada acercó a los productores alejados entre sí geográficamente y por la mañana tuvo la presencia de tres diputados provinciales por Compromiso Federal del Departamento Chacabuco interesados en la producción de alimentos propios, Juan Carlos Ponce, Sonia Ramoska y Martha Ochoa.
La impecable organización estuvo a cargo de las técnicas del INTA Silvana Benítez, Rita Bonelli y Vanesa Abdala, quienes recibieron a los visitantes junto al jefe de la Agencia Concarán del NTA, Jorge Ashworth.
Gran demanda en la costa del Comechingones
Dante Abate Daga, promotor asesor del Grupo Cambio Rural “Milagro porcino” de Villa del Carmen, en la costa del Comechingones, integrado con nueve pequeños productores, varios de los cuales empezaron desde cero, pero que toda la vida se dedicaron a este rubro.
Hoy afrontan momentos difíciles por el gran salto que dio el precio del maíz al aumentar tres veces, además de estar escaso porque el productor grande, al eliminarse las retenciones a las exportaciones, ya no les vende ni diez kilos a los criadores chicos: “Afortunadamente nuestro grupo tiene sembrado maíz y algo de soja, lo que nos permite amortizar un poco el costo del alimento”, que significa el 80% del costo de producción.
Dijo que e objetivo es llegar a producir capones. Hoy se hacen sólo lechones y por eso consideran importante tener acceso a la faena formal, que podría proporcionársela la sala móvil de la Universidad Católica de Cuyo a través de la cooperativa de granjeros de San Luis.
Esto es clave para la zafra de sus lechones, que se produce en julio-agosto y diciembre: “Así lograríamos hacer la diferencia en los precios, que hoy la hacen mendocinos y sanjuaninos que todos los años se llevan casi todos los lechones vivos de gran parte de la costa del Comechingones. Ellos nos compran a precios bajos para el mercado, pero son los únicos que los llevan”.
Dante tiró un dato fuerte: hay un consumo que no está bien atendido, como los 1.100 autos con turistas que pasan diariamente por la ruta 1 en temporada alta desde La Punilla hasta Merlo.
La intención de grupo de Villa de Carmen es promocionar el lechón de la zona con cartelería y folletería, ya que según sus cálculos, con la cantidad de madres que tienen se puede cubrir la demanda de la zona durante todo el año, ya sea vivo o faenado
Todos suman unas 200 madres y desde hace poco realizan compras conjuntas de insumos clave, como el realizado a una importadora con chupetes, caños para agua, lámparas infrarrojo para evitar pérdidas durante las pariciones de invierno y otros elementos básicos que hacen a la vida del criadero.
Lorenzo es productor de Santa Rosa del Conlara e integra un grupo de ocho miembros de Cambio Rural, denominado “Piscu Yaco” recién armado. Algunos están dedicados a la actividad porcina, otros a las gallinas ponedoras y chacinados. Mientras buscan apoyo para ampliar su infraestructura, venden la producción en Santa Rosa y pueblos vecinos.
Martín Rodríguez es un veterinario que trabaja en San Luis para una empresa de nutrición animal enfocada a los cerdos, que habló sobre la alimentación porcina eficiente en sistemas reales; disponibilidad de insumos; dietas por categoría e influencia de la alimentación en la calidad y precio de la carne.
“La nutrición es uno de los pilares de la producción porcina, junto con la sanidad, genética, manejo e instalaciones. Pero en los cerdos, la alimentación representa entre el 70 y 80% de los costos de producción”, dijo el profesional al detallar que de esos costos de alimentación se distribuyen en 65% en los capones, 25% en lechones y solo el 15% en las madres.
Advirtió que está directamente vinculado el desarrollo de lechón y el logro del capón y recacó que la alimentación de la madre, como lo hará igual todo el año, “debemos ser lo más eficiente posible para diluir esos costos”.
Entre otras recomendaciones y datos a tener en cuenta, Rodríguez explicó que en la alimentación del cerdo, en cuanto a energía, lo que más se usa es el maíz, aunque se puede utilizar sorgo en diferentes proporciones según la etapa, cereales de invierno como avena y trigo; aceites y grasas, estas últimas para explotaciones intensivas.
En fuentes de proteínas, está el complejo de la soja, con el pellet, expeller y poroto tratado. El más difundido es el expeller, ya que está disponible en casi todas las regiones, como la de Tlisarao.
Y como fuente de fibra, que generalmente se da para las hembras, se puede usar afrechillo de trigo, pellet de alfalfa o cascarilla de soja.
Claro que es clave el control de la calidad de las materias primas, ya que, por ejemplo, en el maíz hay que ser muy cuidadoso en el análisis de contenido de micotoxinas, hongos que complican la preñez y retrasa a los capones: “Un maíz barato no siempre es buen negocio”.
Expeller de soja cerca de los criaderos
David Galetto es gerente de la Cooperativa Telefónica de Tilisarao, que tiene en esa ciudad una planta de prensado y estrusado de soja de los que se obtiene el expeller, que lo venden para dietas de vacas lecheras, cerdos y pollos.
Producen una 20 a 24 toneladas por día, pero ya compraron tres máquinas más para llegar a las 40 toneladas.
Ubicada a 2 kilómetros de Tilisaao, camino a Renca, la planta también vende a productores pequeños y tiene el sistema de canje de granos por expeller, por lo que cobran un 10%. El precio utilizado para pagar el gano que compran es el de la pizarra de Rosario, menos un 3%.
Trabaja con cinco empleados directos sindicalizados en el gremio de los aceiteros, pero genera gran cantidad de empleos indirectos, ya que está involucrado el comercio de combustibles, transportes, entre otros rubros de marcado impacto de la zona.
Compran todo el grano en la región y su producción la comercializan en explotaciones de San Luis, granjas de gallinas ponedoras de Mendoza y, a través de otra empresa, proveen a tambos y criaderos porcinos de Temuco, en Chile.
En tanto, el aceite de soja lo venden todo a una destilería de biodiesel ubicada en Tancacha, Córdoba.
Silvia Villegas y Lalo Loyola integran la Asociación de Campesinos del Valle del Conlara, creada en 2012 en el paraje El Descanso para elaborar con expeller de soja, maíz y núcleo proteico premezclas para criadores de pollos y ponedoras de la zona, en sus categorías “iniciador” y “terminador”, y para cerdos en sus etapas inicial, recría y desarrollo.
En la planta, que también posee silos y una cosechadora, trabajan seis personas que procesan unos 2.400 kilos por día de alimento, que se vende en bolsas de 30 y 40 kilos
Al finalizar la jornada y después de un elogiado locro servido en la Agencia Concarán del INTA, dos miembros de la cooperativa de criadores de cerdos de San Luis, a cargo de gestionar la sala de faena móvil, explicaron que ya tienen un acuerdo con el municipio de La Punta para brindar allí el servicio en días programados para pequeños productores de la zona.
La sala tiene capacidad para faenar de a una especie a la vez, 50 lechones, 50 caprinos y 200 pollos por día. La idea es instalar otro “punto fijo” en Concarán, para lo cual debe garantizarse cierto número de animales para pagar los costos fijos de la sala, que incluye un veterinario, uso de importante cantidad de agua y electricidad y acordar con la intendencia el enteramiento de los desechos.
Este servicio les proporcionaría un importante salto comercial a los pequeños productores del Valle del Conlara.
FOTO: Lucía Cornejo, INTA San Luis