“Abracemos El Morro, abracemos los pinos”, es la frase irónica que utilizó el ingeniero agrónomo Horacio De Battista para marcar la contradicción entre los esfuerzos estatales destinados a contrarrestar los desequilibrios hídricos de la Cuenca El Morro y la falta de control oficial en las banquinas de la Autopista de las Serranías Puntanas, donde las forestación que el mismo gobierno realizó está afectada por desechos asfálticos.
Es común observar desde hace varios meses en estas banquinas enormes montículos dispersos sin el más mínimo cuidado del lugar donde se lo arroja y con señales de quedar allí para siempre, como muestran las fotografías enviadas a El Semiárido por el profesional, que acompaña de una nota para describir técnicamente de que se trata ese producto nada amigable con la naturaleza.
“El asfalto, también denominado betún, es un material viscoso, pegajoso y de color plomo (gris oscuro). Se utiliza mezclado con arena o gravilla para pavimentar caminos y como revestimiento impermeabilizante de muros y tejados”, describe De Battista.
Y agrega que en las mezclas asfálticas es usado como aglomerante para la construcción de carreteras, autovías o autopistas: “Está presente en el petróleo crudo y compuesto casi por completo de betún bitumen. El asfalto es una sustancia que constituye la fracción más pesada del petróleo crudo. Se encuentra a veces en grandes depósitos naturales, como en el lago Asfaltites o Mar Muerto, lo que se llamó betún de Judea. Su nombre recuerda el lago Asfaltites (el Mar Muerto), en la cuenca del río Jordán”.
El ingeniero agrónomo es habitual usuario de esa autovía y su queja no se quedó allí, ya que aportó la ubicación exacta de los árboles en peligro de morir asfixiados por estos desechos, con las coordenadas correspondientes:
33°20’55.5´´ S 33°20’49.5’’ S 33°20’31.4’’ S
66°06’11.8’’ W 66°06’33.8´´ W 66°07’38.0’’ W
33°20’51.2’’ S
66° 06’27.4’’ W
Fotos: Gentileza Horacio De Batista