Con mirada puesta en el prometedor desarrollo del turismo termal, San Luis Agua mantiene una intensa actividad técnica para alcanzar una gestión más eficiente del valioso recurso, según adelantó a El Semiárido Hugo Guzmán Durán, presidente de la sociedad estatal: “Para encarar algo seriamente debemos saber cuánto podemos sacar de menos de lo que se recarga la cuenca y eso se llama sustentabilidad”.
El gobierno puntano presentó recientemente un plan para mejorar y ampliar con inversiones privadas los servicios que con perforaciones realizadas en los ´60 brindan Balde y San Jerónimo. Pero para eso deben apoyarse en un sólido estudio hidrológico orientado a la explotación del recurso, que lo está realizando el Instituto Nacional del Agua (INA) a través del Centro Regional de Aguas Subterráneas (CRAS), con sede en San Juan.
Sin embargo, Guzmán Durán tiene pistas técnicas que le indican que con los actuales caudales que se extraen en ambas localidades la cuenca se mantiene sustentable y alcanza para llenar varias piletas de uso terapéutico; sólo hay que gestionarla correctamente: “Saber con qué cantidad y calidad de agua permite planificar; ese estudio aún no está terminado, pero por datos geológicos propios sabemos que las aguas termales están en la Cuenca del Bebedero, que se recarga con el río Nogolí, que al infiltrarse van bajando y pasan a 400 metros de profundidad a la altura de San Jerónimo y a 600 por Balde”.
El funcionario explicó que los trabajos del Estado en esta cuenca tienen una mirada estratégica de llevar agua para consumo humano y ganadero hasta los rincones más secos del centro- oeste arenoso puntano: “Si querés agua para uso humano, tenés que tomarla antes de que se infiltre, porque en el caso de esas dos localidades es más barato llevarles agua por acueducto desde el dique Nogolí, que hacer una costosa perforación hasta 600 metros de profundidad. Ese es el sentido estratégico que tiene el dique”.
Pero al mismo tiempo para cuidar de no contaminar la cuenca, se están terminando las obras de cloacas en Nogolí, ya están listas en San Jerónimo y comenzaron con las de Balde. En esta localidad también resta hacer otro trabajo, que es cambiar los arraigados hábitos de consumo de agua de la población, ya que la que circula por la red domiciliaria es termal: “La idea es cuidar ese agua para fines terapéuticos y turísticos porque vale oro, y que consuman el agua del Acueducto San Luis, que actualmente pasa por la entrada de Balde y con una pequeña obra se conecta a la red”.
Guzmán Durán reiteró que el agua termal siembre estará gestionada por el Estado y que las futuras inversiones, por ejemplo, podrían partir de un gran centro termal en cada pueblo y estimular que alrededor se construyan complejos hoteleros.
En busca del desarrollo económico
Las comunidades de Balde y San Jerónimo viven hoy del turismo termal y la cría bovina y en el caso de la primera, de la explotación de la sal en Salinas del Bebedero.
Balde está a 32 kilómetros al este de San Luis, sobre la Autopista de las Serranías Puntanas, por donde pasan diez mil vehículos por día. San Jerónimo, en cambio, está a 27 kilómetros al noreste y cerca de los principales circuitos turísticos que rodean la capital puntana.
Balde es conocida por sus aguas termales y se encuentra a 33 kilómetros al oeste de la ciudad capital. Según los últimos datos técnicos, las primeras napas están fuertemente mineralizadas, con excelentes acciones terapéuticas.
Solo después de los 600 metros se puede encontrar agua subterránea que surge a la superficie apta para el consumo humano. Posee aguas termales de características alcalinas, cloruradas, bicarbonatadas y sulfatadas, estériles, no contaminadas que emergen de una meseta subterránea, desde una profundidad de 600 metros.
Estas aguas, cuya particularidad es que se pueden beber, surgen a 43 grados centígrados durante todo el año y son recomendadas para el tratamiento de afecciones dermatológicas y nutricionales, reumatismo, diabetes y trastornos hepáticos.
Beneficios probados
Entre los beneficios del agua termal de Balde por los que profesionales recomiendan los baños terapéuticos, se destacan los siguientes:
– Elimina toxinas del cuerpo debido a su alta temperatura.
– Aumenta la oxigenación del cuerpo, aportando sustanciales mejoras en el metabolismo, estimulando las secreciones del tracto digestivo y del hígado, favoreciendo la digestión.
– Ayuda a normalizar las funciones de las glándulas endocrinas, así como el funcionamiento general del sistema nervioso.
– Mejora el sistema inmune, favorece la producción de endorfinas y la regulación de las funciones glandulares.
– Ayuda en casos de enfermedades de la piel, como psoriasis, dermatitis y enfermedades por hongos. Además, es beneficioso para evitar el envejecimiento de este órgano.
– En referencia a las enfermedades crónicas, ayuda a las del tipo reumáticas.
– También es beneficiosa para la recuperación funcional de la neuroparálisis central y periférica.
– Alivio a enfermedades como la diabetes, obesidad y gota, entre otros beneficios.
FOTO: Agencia San Luis