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La escasa o negativa renta agrícola domina la actividad productiva en el Valle del Conlara

Aún con cosechas récord, el escenario actual de escasa o negativa rentabilidad en la agricultura, al igual que en casi toda la región, está dominando la actividad de los productores agrícolas en el Valle del Conlara, motivo por el que esperan una caída del 30% en la superficie a cultivar en la próxima campaña, advirtió hoy Marcelo Bongiovanni, productor, asesor agronómico e investigador de la Universidad Nacional de San Luis.

En declaraciones a El Semiárido, explicó que la suba creciente en las últimas campañas de los costos fijos, como insumos y labores, y de los variables como cosecha y fletes, por un lado, y la baja en los precios internacionales  y la “presión impositiva asfixiante” del Estado, hacen que la actividad agrícola no sea rentable o en algunos casos tenga márgenes negativos, incluso con buenos resultados productivos.

Al analizar los costos de producción del cultivo de soja en secano, Bongiovanni advirtió que en campo propio se necesitan 1.700 kilos por hectárea de este grano para cubrir esos costos, mientras que en campo arrendado con un alquiler mínimo, el rendimiento de indiferencia es de 2.000 kilos por hectárea.

“Si tenemos en cuenta que el rendimiento promedio histórico del cultivo de soja en la zona es de 1.500 kilos por hectárea, los márgenes son negativos en ambas situaciones”, ilustró.

Indicó que al contemplar el rinde promedio de la última campaña, que fue excepcional con 3.300 kilos por hectárea, los valores son positivos, pero aclaró que la probabilidad de tener estos rendimientos es del 15% cuando se analizan todas las campañas en conjunto.

La angustiante situación por la que atraviesan los agricultores del Valle del Conlara queda clara aún más cuando Bongiovanni recuerda que en la campaña 2008-2009, en pleno boom sojero, el, rendimiento de indiferencia en campo propio para la soja era de 600 a 700 kilos por hectárea, mientras que en campo arrendado rondaba entre los 1.000 a 1.100 kilos por hectárea.

Desalentador panorama para el maíz

En el caso del maíz, la situación es más grave aún, advirtió el profesional: “Aparte del aumento de los costos de producción, este cultivo sufre una constante  manipulación de su precio por parte del Estado, con medidas como por ejemplo el cierre de las exportaciones casi permanente; si a esto le sumamos  la gran oferta de mercadería disponible, el resultado es un precio muy bajo que recibe el productor”.

Los números confirman este panorama. Al analizar los costos de producción del cultivo de maíz en secano, Bongiovanni  señaló que en campo propio, con planteo de tecnología media (usando híbridos y fertilización), se necesitan cosechar 6.900 kilos por hectárea para cubrir esos costos de producción.

En campo arrendado, con la misma tecnología, el rendimiento de indiferencia es de 7.200 kilos por hectárea, agregó: “Si tenemos en cuenta que el rinde promedio histórico del cultivo de maíz con uso de tecnología media en la zona es de 4.500 a 5.000 kilos por hectárea, los márgenes son negativos en ambas situaciones”.

Recalcó incluso que aquellos productores que hacen un planteo de muy baja tecnología, donde siembran  un maíz hijo de híbrido y le aplican los agroquímicos básicos, necesitan de 3.800 a 4.000 kilos por hectárea para pagar los gastos de implantación.

El asesor agronómico, que tiene campo cerca de Tilisarao, estimó que lo que se perfila para la zona es una tercera campaña consecutiva con caída del área sembrada. Calcula que este año habrá entre un 25 a 30% de campos agrícolas que quedarán sin cultivar.

Con este horizonte complicado, Bongiovanni consideró que en la próxima siembra seguirá aumentando el área con soja, con la consecuente caída del maíz, en una relación de 60 a 40: “El maíz que se siembre, el 70 a 80% se hará con escasa tecnología”.

Otro dato que brindó el profesional muestra al agricultor casi arrinconado: “Todavía los productores (de Valle del Conlara)  tienen almacenadas entre 15 y 20 mil toneladas de maíz de la campaña 2013-2014  como consecuencia de la falta de precios y de demanda; la ganadería es un destino importante para el consumo de maíz, pero la demanda generada por esta actividad no alcanza para colocar toda la producción de la zona”.

FOTO: El Semiárido