Cuando el jueves pasado la cabina sanitaria de Villa Mercedes mandó de vuelta a más de un centenar de medias reses y menudencias por falta de frío, quedó otra vez a la vista que los controles sanitarios sobre el circuito que inician los cortes vacunos tras la faena están ciertamente relajados.
Esta situación coincidió con el reclamo que hace cuatro días le plantaron al Ministerio de Agroindustria las tres cámaras que agrupan a la industria frigorífica argentina porque el Senasa no controla a las cooperativas truchas.
Según denuncian, en el sector cárnico no estarían cumpliendo con la orden de Mauricio Macri de transparentar la cadena y desalentar la competencia desleal. Así lo dijeron en una protesta que organizaron este jueves la Cámara de Industria Frigorífica (CADIF), la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (CICCRA) y la Cámara de Matarifes Abastecedores.
Las reses que no dejaron ingresar a Villa Mercedes porque tenían 14,9° de «frío», provenían del matadero San Agustín, de la localidad de Concarán. Los camiones que llevaban la peligrosa carga atravesaron más de 150 kilómetros sin que nadie los viera.
Este caso podría ser habitual en varias localidades de San Luis, donde se sabe que aun se practica la faena informal bajo la vista gorda de algunos intendentes. Del 1,7 millón de cabezas de ganado bovino que posee hoy la provincia, 290 mil corresponden a la producción anual de animales que van a los frigoríficos, pero el 80 por ciento de esos animales se faenan afuera de San Luis.
Miguel Schiariti, presidente de CICCRA, le dijo La Política On Line que «coincidimos con la política oficial y vemos en Macri un aliado para combatir la evasión; pero lamentablemente no ocurre lo mismo en el Senasa y otros organismos; necesitamos que estos organismos dejen la liviandad de lado y actúen con fuerza para terminar con las malas prácticas sanitarias que generan evasión, informalidad y cooperativas truchas operadas por matarifes ocultos».
Un advertencia que no fue escuchada
En San Luis no a todos de los mide con la misma vara. Ricardo Esteban, gerente de comercialización en el mercado interno de la carne y subproductos del frigorífico «La Morocha», que funciona en Villa Mercedes, lanzó una advertencia cuando hace un par de meses se lo consultó el Plan Carnes San Luis que anunció elgobierno provincial: «Hemos planteado algunos aspectos vinculados al emprolijamiento general del mercado de la venta de carne de San Luis, tanto desde el punto de vista sanitario como impositivo, que no es patrimonio exclusivo de la provincia”.
El problema que arrastra desde hace muchos años la industria frigorífica hace que a las empresas formales, con todo su personal en blanco, sus impuestos pagos y que cumplen con las exigencias sanitarias, se les haga difícil competir con empresas que tienen otro tipo de conductas.
En «La Morocha» se faenan 14.000 animales por mes, cuya carne se destina en un 65% al mercado interno y 35% a la exportación. Ocupa a 650 empleados en forma directa. El frigorífico pertenece al Grupo Marfrig, el tercer actor mundial en el mercado de proteínas animales y emplea a más de 30.000 agentes en todo el mundo.
Para el directivo, el Plan Carnes San Luis puede ayudar a lograr ese “emprolijamiento” con igualdad de reglas de juego para todos los que están en la provincia: “Si se logra este objetivo, será un plan positivo para todos, tanto para el proyecto del gobierno provincial como para las industrias locales”.
A la espera del Plan Carnes San Luis
