El juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, dispuso que las fumigaciones aéreas en Pergamino deben conservar una distancia de 3.000 metros entre el límite del terreno de cultivo y la planta urbana, y que esta diferencia tiene que ser de 1.095 metros en el caso de aplicaciones terrestres, entre otras regulaciones sobre el uso de plaguicidas en ese partido bonaerense.
El juez explicó que la medida comprende el «no uso de plaguicidas, herbicidas, insecticidas, agroquímicos, productos fitosanitarios, fungicidas, y cualquier otro paquete de agroquímicos».
Asimismo, quedaron suspendidas las autorizaciones para futuras aplicaciones en todo el territorio municipal.
La medida es la primera que se dicta en la provincia de Buenos Aires, dado que en febrero de este año se suspendió la regulación que fijaba como zonas de amortiguamiento a ciertos lotes lindantes con sectores urbanos, residenciales y escuelas.
Pergamino puso límites a las aplicaciones aéreas y terrestres en todo el partido, así como sucedió en la provincia de Entre Ríos.
El tema de las pulverizaciones requiere de un tratamiento que necesita entrelazar los intereses económicos, los políticos y los técnicos. Una ecuación que por ahora, inclusive a nivel mundial, no encuentra consensos.