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Duras críticas de la CANPO por el ajuste del presupuesto en Agricultura Familiar y el INTA

La Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO) condenó anoche en un duro documento la disposición del presidente Mauricio Macri de recortar brutalmente los presupuestos para el año próximo para el funcionamiento de la Secretaria de Agricultura Familiar y el INTA.
En San Luis, tanto en la SAF local como en el INTA los ánimos de los trabajadores estaban por el piso, ante lo que consideran un deliberado vaciamiento de las reparticiones, lo que a su vez ha provocado importantes renuncias, entre ellas la de Oscar Alloatti, que anoche habría abandonado su cargo de secretario de Agricultura Familiar de la Nación.
Ayer, trabajadores de la Estación Experimental del INTA de Villa Mercedes se plegaron a la jornada nacional de protesta, convocada por la dirigencia gremial de APINTA para denunciar la reducción presupuestaria “que coloca la Instituto en una situación de incertidumbre en cuanto a la continuidad de programas y proyectos de inversión, lo que conlleva a poner en peligro los puestos de trabajo”, según publicó hoy el portal sanluisnoticia.com.ar.
El siguiente es el texto del documento entregado anoche a la prensa por la CANPO:
“Mientras le extendió de uno a cinco años el plazo para liquidar las divisas a los exportadores de soja, les restringe presupuesto a los pequeños y medianos productores agropecuarios.
Hablar de Productores de la Agricultura Familiar (AF) es hablar de producción de alimentos, de los argentinos y para los argentinos. En ese complejo universo agroindustrial, son las familias que poblaron los espacios rurales desde la conformación misma de nuestra nación. Las chacras mixtas de la región pampeana, los emprendimientos turísticos rurales de Salta, las cooperativas semilleras de San Juan, las escuelas agrotécnicas de Rio Cuarto, Buenos Aires y Entre Ríos, los productores de aromáticas de Santa Fe y San Luis, los productores de Yerba Mate y Algodón del Noreste; las huertas del sector periurbano; los fruticultores del Alto Valle de Río Negro, los productores de granos de Santa Fe; los productores de caña de azúcar de Tucumán; los organeros del Valle de Uco, las cooperativas vitivinícolas de Mendoza, los ganaderos, los puesteros, productores de conejos, apicultores y crianceros de cabras de Lavalle y Malargüe, productores de porcinos del Sur de Córdoba. Cómo lograron persistir las familias; nada de hubiera sido posible sin un Estado Presente, sin el apoyo del sistema de investigación y extensión del INTA, del IPAF, de la Secretaria de Agricultura Familiar, entre otros.
El 80% de los alimentos que consumimos los argentinos son producidos por este sector del “campo”. Mientras que el sector productor de cereales y oleaginosas, principalmente soja tiene un destino de exportación.
El sector de la AF tiene problemas históricos: comercialización, regulación de la propiedad de la tierra, de acceso a tecnologías apropiadas, a crédito, etc. Para lo que el Estado desde la creación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, puso con rango de Subsecretaria, primero, y luego de Secretaria de Agricultura Familiar, con equipos técnicos con diferentes perfiles que tiendan a resolver las problemáticas tan variadas de las diferentes economías regionales a lo largo y ancho del país. Hasta que en enero de 2015 se promulgo la Ley 27.118, sancionada en diciembre del 2014, declarando de interés público a la agricultura familiar, campesina e indígena.
Sin embargo, desde el 10 de diciembre de 2015 sus problemas se han agravados, en primer lugar por cuestiones generales económicas del país: devaluación de casi 40 por ciento y un aumento de las tarifas de los servicios, que inciden en la economía doméstica de las familias trabajadoras en gral., pero que además incrementan los costos de producción, insumos, servicios y combustibles. Y por si fuera poco el gobierno nacional realiza apertura de las importaciones de algunos productos, como pollos, cerdos y algunas frutas y hortalizas.
Y en una clara posición política el gobierno de Mauricio Macri, piensa recortarle el presupuesto para la AF, un sector que para el 2016 pedía más de 1500 millones para hacer realidad la reparación histórica que plantea la ley. El Consejo se reunió a la espera de que la reglamentación de la Ley 27.118, denominada «De Reparación Histórica de la Agricultura Familiar», se transformara en realidad y con ella se estableciera un presupuesto que permitiera pensar en la consolidación del sector, pero nada de eso ocurrió.
El presupuesto histórico de la Secretaría es de unos 330 millones de pesos y el Gobierno plantea que el presupuesto sería de más de 900 millones para 2017, de manera engañosa ya que este monto no correspondería a la Agricultura Familiar solamente, sino que abarca los fondos de los proyectos de PROSAP-UCAR que ejecutan las provincias (PRODERI, PISEAR, etc).
Mientras que para el INTA, el gobierno macrista propone un recorte de 1140 millones de pesos en el presupuesto 2017 y un cambio de modelo para el organismo. Peligrando más de 630 puestos de trabajo (300 contratos y 330 trabajadores de la planta no permanente) y 340 becarios en formación, con un fuerte impacto en asistencia a productores y proyectos estratégicos.
El paradigma macrista parce proponer que el conocimiento NO se considera un área en la que el Estado deba tener un rol central, como en los 90, cuando el mandato fue que los recursos para investigación debían surgir de la cooperación con el sector privado, cuando el dinero del INTA se destinaba a la Investigación y Desarrollo de las principales empresas privadas, quienes definían y conducían las áreas de investigación y se apropiaban mayoritariamente de los resultados: el Estado en favor de las Empresas.
Octubre de 2016.-
La decisión política de quitarle las retenciones a los sectores agroexportadores y las mineras, sumadas a la apertura de importaciones de productos como el cerdo, el cual llega faenado a la Argentina con agregado de valor, es decir con trabajo importado. Sumado a la reciente decisión de extender los tiempos de liquidación de divisas a cinco años, muestran claramente que el rumbo del gobierno de Macri es hacia el bienestar exterior y no hacia mejorar la vida de los compatriotas.
Medidas dispuestas para los sectores oligárquicos de la economía agropecuaria en detrimento de las economías regionales y la mesa de los argentinos, son las características de la dirección política que ha tomado la argentina desde el 10 de diciembre de 2015.
La Agricultura Familiar, las cooperativas, las pymes del sector rural son la fuente de los alimentos que consumen los argentinos: la leche, las verduras, las frutas, el pollo, los huevos, el pan, las harinas, el vino, las pasturas que se convierten en carne, las frutas secas, entre otras. Son esas familias de productores que madrugan para regar en el turno, para ordeñar, labrar la tierra. Esos productores que esperan la llegada del técnico de la Secretaria AF con el mate recién cebado y el pan caliente, a modo de agradecimiento por compartir a diario el hombro y el conocimiento.
El financiamiento del INTA y la SAF es fundamental para garantizar la soberanía alimenticia de nuestra Patria, es soberanía que parece haber pasado de moda en este 2016, y faltando tan poco para recordar la vuelta de obligado, se torna importante defender las conquista alcanzadas para las economías regionales y los productores de la Agricultura Familiar, los Pueblos Originarios, los Campesinos y los Trabajadores Agrarios.
Para que los gauchos sigan haciendo gauchadas, no se olvide don Mauricio, mire un poco más pa’ dentro y no tanto el obelisco”.
Foto: Gentileza