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Dermatitis alérgica, un viejo enemigo bovino que regresa al área central de Argentina

La sarna psoróptica bovina, una dermatitis alérgica causada por ácaros que se alimentan sobre la superficie de la piel, que cumple todo su ciclo de vida (huevo-larva-ninfa y adulto) sobre el mismo hospedador.

Un informe elaborado por el INTA  la Universidad Católica de Córdoba y difundido por el portal Todoagro, advierte que la presencia de esta ectoparasitosis es antiquísima, ya que ciento ochenta años antes de Cristo se la conocía como una severa enfermedad en los rumiantes.

En lo que respecta al área central del país, la sarna bovina fue la parasitosis endémica de mayor importancia económica hasta fines de la década de los ‘90 del siglo pasado. Si bien nunca desapareció del ganado de carne o leche en el país, la presencia e importancia de la sarna comenzó a declinar significativamente con el ingreso al mercado veterinario argentino de los endectocidas (lactonas macrocíclicas) especialmente de la ivermectina.

Por su seguridad y practicidad, esta droga revolucionó el tratamiento de la sarna y, como consecuencia de su uso generalizado, (para el control de sarna pero también para el de nematodes gastrointestinales), la prevalencia de esta ectoparasitosis bovina disminuyó drásticamente hacia inicios de la década del año 2000. Sin embargo, en los últimos años, parece existir un aumento en el número de casos de sarna en bovinos de carne o leche en las provincias de Santa Fe y Córdoba.

Durante 2014, en los laboratorios de parasitología de la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Rafaela y de la Universidad Católica de Córdoba, se registraron 14 casos de sarna en bovinos (incluido uno por ácaros del género Chorioptes). Si bien a priori éste no parece un número importante, es mayor al observado en todo el período 2004-2013 por ambos laboratorios.

La reaparición de casos de sarna psoróptica en feed lot también ha sido recientemente informada en la provincia de Buenos Aires. La re-emergencia de sarna chorióptica, de menor patogenicidad que la psoróptica, ha sido documentada también en el 2014 en el sur de Brasil (Vieira et al, 2014) en un sistema intensivo de producción de leche.

Es interesante observar que de los 14 casos registrados durante el 2014 en Santa Fe y Córdoba, en siete de los establecimientos, los veterinarios encargados de la sanidad de los mismos contaban con menos de 40 años de edad y nunca habían observado un brote de esta ectoparasitosis. De los siete restantes, cinco veterinarios informaron que su actividad de asesoramiento en los establecimientos databa de -al menos- cinco años y, durante este período previo, no habían observado anteriormente la presencia de sarna en los mismos.

Por ejemplo, una de las cámaras de productos veterinarios de la Argentina, registra en los últimos tres años un aumento de aproximadamente 65% en el número de dosis bovina del levamisol (datos aportados por CAPROVE).

Probablemente, una de las causas que ha favorecido este aumento de la sarna bovina es el desarrollo generalizado de resistencia de los nematodes gastrointestinales a las lactonas macrocíclicas, y el reemplazo de las mismas por otras drogas antihelmínticas específicas (como levamisoles y bencimidazoles) sin actividad acaricida.

Esta situación de reemplazo de drogas y reaparición de la sarna ya ha sido informada en el año 2010 en la provincia de Buenos Aires (Olaechea et al, 2013; Fiel C., 2014; Romero J.: comunicación personal) y parece ser también la causante de la mayoría de los casos observados durante el 2014 en Santa Fe y Córdoba.

Asimismo, la creciente intensificación de la producción bovina de carne y leche regional (feed lot, tambos estabulados, free stall, patios de comida, etc.) está produciendo condiciones sin precedentes del contacto entre los bovinos, lo que favorece la diseminación del ácaro. En los sistemas de feed lot, por ejemplo, el diagnóstico y el control de la sarna bovina se está complicando por la dificultad de identificar las formas latentes de sarna así como por el transporte, las incorporaciones constantes y la reasignación de lotes dentro de los corrales.

Las pérdidas económicas por sarna pueden ser importantísimas en estos sistemas intensivos de producción de carne. Recientemente, el laboratorio de parasitología de la Universidad de Ghent (Bélgica) desarrolló un programa para calcular las pérdidas económicas directas por sarna en ganado en engorde. De acuerdo al mismo, las pérdidas producidas solamente en uno de los feed lot estudiados en 2014 en nuestra región (con una población de aproximadamente 18.000 cabezas) podrían haber superado los 27.000 kilogramos de peso vivo. 5

Para vacas en lactancia no existen programas específicos para determinar estas pérdidas económicas, pero es un paradigma que el confort de estos animales es imprescindible para incrementar el consumo y la ingesta de materia seca y –obviamente- el mismo se ve afectado aún en animales con dermatitiSarna chori�ptica en base de la cola de una vaca en lactancia (Agosto 2014)s circunscriptas y relativamente pequeñas. En Europa, algunos trabajos parecen indicar que las vacas con producciones mayores a los 20 litros diarios constituyen un importante factor de riesgo para el desarrollo y la manifestación de formas clínicas de la enfermedad (Mitchel et al, 2012).

Pero, independientemente de las pérdidas económicas directas, el bienestar animal en la sarna psoróptica y chorióptica (especialmente en la primera) está muy comprometido. Su presencia es incompatible con los sistemas productivos actuales, por lo cual veterinarios y productores deberían prestar especial cuidado al diagnóstico y al tratamiento temprano de esta parasitosis.

Diagnóstico y tratamiento

Si bien las lesiones (dermatitis) y signos (prurito intenso) son sugestivas de la presencia de sarna, el diagnóstico de laboratorio temprano es esencial para la identificación correcta del tipo de ácaro actuante (Chorioptes o Psoroptes ) ya que el tratamiento puede ser diferente.

Las muestras para el diagnóstico se realizan con raspados sobre las lesiones con dermatitis y en los bordes de las mismas, y la observación posterior de este material en el laboratorio. En los extremos de las patas de los ácaros existen estructuras finas denominadas pedicelos y que terminan en una especie de ventosas.

La longitud y características de estos pedicelos permite el diagnóstico del género del ácaro actuante.

El tratamiento de la sarna chorióptica generalmente produce buenos resultados con acaricidas fosoforados, piretroides, formamidinas y con lactonas macrocíclicas como avermectinas y milbemicina. En producción de leche -y con este tipo de sarna- la problemática de los residuos puede ser evitada con el uso de eprinomectina, una avermectina formulada como pour on con buena eficacia contra este tipo de sarna y sin restricciones post tratamiento.

Por el contario, el tratamiento de la sarna psoróptica presenta un desafío mucho mayor. En este caso, es imperativo que los tratamientos se realicen sobre todo el grupo animal y no solo en aquellos que manifiesten signos clínicos.

El género Psoroptes presenta mayor patogenicidad y menor susceptibilidad a las drogas para su tratamiento. Así, por ejemplo la eprinomectina ayuda en el control pero no elimina las colonias de este ácaro mientas que otras avermecinas inyectables (ivermectina, doramectina, abamectina y doramectina) o milbemicinas (moxidectin) se muestran eficaces, pero la problemática de los residuos prácticamente las excluye del uso en vacas en lactancia, y puede restringir su aplicación en animales próximos a su terminación dentro de los feed lots.

En el pasado reciente, la presencia de residuos de ivermectina en carnes termoprocesadas de exportación produjo severas pérdidas económicas en nuestro país (Anziani & Fiel, 2015). En animales con lesiones de sarna psoróptica circunscriptas, así como donde la eliminación de residuos debe ser de máxima consideración, tal como vacas lecheras en lactancia o fases finales de engorde, la aplicación de piretroides como la flumetrina pour on puede ser una alternativa práctica (Anziani et al, 1993). Los baños por inmersión o aspersión con formamidinas, también se han mostrado con alta eficacia (Nuñez & Moltedo, 1985) y muy seguros en lo que a residuos en carne o leche se refiere, aunque su implementación suele ser engorrosa y requieren de considerable tiempo y mano de obra.

En bovinos cuya carne o leche no va a ingresar en el consumo humano inmediato o mediato, sin dudas y por su practicidad y eficacia, las avermectinas (ivermectina, abamectina y doramectina) y milbemicinas inyectables (moxidectina) constituyen el tratamiento de elección. En general, en nuestro país es preferible un esquema de doble tratamiento para evitar los errores propios de condiciones de campo (subdosificaciones o animales que no son tratados) (Olaechea et al, 2013).

Desde su introducción al mercado veterinario, estas drogas han mostrado una alta eficacia aunque en la última década y en Europa han sido documentadas algunas fallas de tratamiento en bovinos de feed lot incluso con doble aplicación de ivermectina (Lekimme et al, 2010). En estos sistemas productivos también han sido informadas diferentes eficacias con diferentes formulaciones de ivermectina al 1%. Las diferencias en la patogenicidad y en la tolerancia de ciertas cepas podrían explicar parcialmente estas dificultades en los tratamientos con esta droga (Mitchel et al, 2012).

El género Psoroptes presenta mayor patogenicidad y menor susceptibilidad a las drogas para su tratamiento. Así, por ejemplo la eprinomectina ayuda en el control pero no elimina las colonias de este ácaro mientas que otras avermecinas inyectables (ivermectina, doramectina, abamectina y doramectina) o milbemicinas (moxidectin) se muestran eficaces, pero la problemática de los residuos prácticamente las excluye del uso en vacas en lactancia, y puede restringir su aplicación en animales próximos a su terminación dentro de los feed lots.

El aumento de los casos de sarna psoróptica bovina observado durante 2014 en provincias como Santa Fe y Córdoba amerita estudios adicionales que permitan determinar si el mismo es temporal, o si la enfermedad está adquiriendo nuevamente proporciones endémicas en la región.

Las condiciones de manejo y la epidemiología de la sarna están asociadas íntimamente, y las nuevas situaciones creadas por los modernos sistemas intensivos de producción animal favorecen el contagio y la transmisión de los ácaros.

La severidad de las pérdidas económicas directas y su manifiesto impacto negativo sobre la salud y el bienestar animal requieren del diagnóstico temprano y de tratamientos acaricidas bajo estricto asesoramiento profesional.

En este contexto, las complejas interacciones existentes entre las drogas endectocidas como las lactonas macrocíclicas y los parásitos externos e internos está creando en toda la región central de la Argentina nuevas poblaciones parasitarias (por ej. nematodes resistentes) o la re-emergencia de parásitos que considerábamos en franca retirada (como por ejemplo, los ácaros de la sarna).

Informe elaborado por Anziani, O.S. (EEA INTA Rafaela; Universidad Católica de Córdoba) Suarez Archilla, G. (EEA INTA Rafaela; Universidad Católica de Córdoba) Scandolo, D. (EEA INTA Rafaela) Cooper, L. (Universidad Católica de Córdoba) Muchiutt, S. (Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires)