Investigadores de la UNNE avanzan en estudios para introducir recursos alternativos de la región en la alimentación de cerdos, en sustitución de los alimentos tradicionales como soja, sorgo y maíz. Se buscan recursos de más bajo costo y que no repercutan negativamente en el desempeño productivo de los animales.
En el país la alimentación porcina tiene como base la utilización de granos de maíz y sorgo como recurso energético y principalmente a la soja como proteico. Esto se explica porque en la Argentina, la producción porcina a gran escala coincide con la distribución de los cereales de cosecha gruesa.
Estos cultivos también son empleados en la alimentación humana, lo que determina una importante competencia e influye marcadamente en la fluctuación de los precios de dichos productos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura -FAO- recomienda que en la alimentación animal los ingredientes de la dieta sean obtenidos en las mismas regiones donde se crían los animales.
En la provincia de Corrientes, la porcinocultura tiene un rol complementario en la actividad rural de tipo familiar, con pocos casos de grandes emprendimientos. Es un sistema productivo que manifiesta fragilidad por los elevados costos de producción, baja tecnificación y la escasa obtención de valor agregado.
El gasto en alimentación representa el 70-80% del costo total de la producción de carne de cerdo, por lo que de no tener un rendimiento adecuado, incide negativamente sobre la rentabilidad del sistema.
En este contexto, el M.V. Horacio, Koslowski, investigador de la Universidad Nacional del Nordeste, comentó que se avanza en estudios para identificar la viabilidad de incorporar recursos regionales alternativos en la cría de cerdos, y que esos alimentos revistan similares aportes nutricionales que los utilizados tradicionalmente en la producción porcina.
“El objetivo que motivó la investigación fue identificar fuentes de alimentación alternativas a los granos tradicionales como lo promueve la FAO, pero a la vez que estos productos aporten energía y proteína a los animales en valores similares a los alimentos convencionles, y que sean recursos disponibles en la región” explica el M.V. José Picot, integrante del proyecto de investigación que se desarrolla la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE.
Sostuvo que existen recursos forrajeros que podrían sustituir adecuadamente las tradicionales fuentes de proteína y energía de los alimentos balanceados para cerdos, pero la información sobre el valor nutricional de estos forrajes en la alimentación de los porcinos es aún escasa.
Entre diversas fuentes alternativas de proteínas para la alimentación de cerdos, los investigadores de la UNNE han avanzado en el estudio de granos de porotos del género Vigna, más precisamente el poroto caupí (Vigna unguiculata).
El caupí es una leguminosa originaria de África, por lo cual se la cultiva en zonas de clima tropical o sub-tropical. En Argentina se lo denomina poroto arroz, poroto tape, porotito del ojo, poroto señorita. Además de sus ventajas agroecológicas, este poroto posee una proporción de proteína bruta y un perfil de aminoácidos que permitirían reemplazar parcialmente a la soja, lo que lo convertiría en una alternativa proteínica válida para la alimentación del cerdo.
Los investigadores iniciaron así el estudio para determinar ganancia de peso, consumo de alimento y tasa de conversión alimenticia en cerdos en crecimiento alimentados con una dieta cuya fuente de proteína estuvo constituida por distintos niveles de poroto caupí sustituyendo a la soja.
De acuerdo a los resultados observados, las variables de desempeño productivo analizadas en cerdos no variaron estadísticamente de forma significativa según las dietas. Además los cerdos asignados a las distintas dietas no revelaron cambios indeseables de su estado general ni alteraciones en la materia fecal.
Asimismo, los investigadores de la UNNE realizaron estudios para sustituir al maíz, fuente energética tradicional, por la raíz de mandioca, ampliamente producida y disponible en la región. Se ensayó el suministro de raíz en forma fresca así como en harina, observando siempre buen desempeño productivo por parte de los animales y sin detectar alteraciones en su estado de salud.
“Los estudios permiten concluir que la inclusión de “poroto caupí” y de raíces de mandioca en distintos niveles de sustitución de las fuentes convencionales de proteína y energía, como expeller de soja y grano de maíz respectivamente, es una opción viable para la alimentación de cerdos en crecimiento” señalaron los Investigadores.
El M.V. José A. Picot, remarcó que la sustitución de la fuente proteica y energética tradicional (expeller de soja y maíz respectivamente) sería una práctica que aumentaría el valor agregado y favorecería al pequeño productor rural de la región.
Foto: Argentina Investiga.