BRF y Marfrig llegaron a un acuerdo en principio para fusionar sus operaciones, creando un gigante diversificado de proteínas con facturación anual de cerca de $80 mil millones de reales.
Los accionistas de BRF tendrán el 84,98% de la nueva empresa, mientras que los de Marfrig quedarán con 15,02%. La relación de intercambio se fijó sobre la base del valor de mercado de los últimos 45 días y no concede premio a ninguna de las partes.
La fusión da a BRF una presencia en EEUU, donde Marfrig es dueña de la National Beef, y crea un jugador capaz de vender aves, bovinos y cerdos con escala capaz de generar sinergias y el coste de la deuda.
El matrimonio entre las empresas debe generar una compañía con crecimiento de 3 veces al final de este año. A finales de marzo, Marfrig tenía una deuda neta de 2,76 veces su generación de caja, mientras que la BRF tenía 5,6 veces.
Las dos empresas van a profundizar los estudios y negociar los detalles de la transacción durante un período de exclusividad de 90 días, prorrogables por otros 30. El anuncio del acuerdo se produce pocos días antes de que Pedro Parente dejara el cargo de CEO y continuar sólo como presidente de la BRF. JP Morgan asesoró a Marfrig. Citigroup asesoró a BRF.
Según un abogado, el riesgo antimonopolio de la transacción debe ser bajo, ya que los mercados y las proteínas combinadas en la fusión son complementarios y hay poca superposición.
Un riesgo para el cierre de la transacción sería el surgimiento de una oferta hostil por la vía BRF. Pero cualquier interferencia en esta conjunción carnal tendría que pasar por un obstáculo relevante: un veneno en el estatuto de la BRF, que impone la obligatoriedad de una oferta con una prima del 40% sobre el valor de mercado a quien acumular una la participación del 33,33% en la compañía.
Fuente: agrofy News