Este jueves 6 de agosto se celebra en todo el país el día del Ingeniero Agrónomo y del Médico Veterinario.
La elección de la fecha conmemora al año 1883, cuando se dictó por primera vez en Argentina la carrera de Agronomía en la Escuela Agrotécnica y Veterinaria “Santa Catalina”, en Lavallol, provincia de Buenos Aires, que creó en 1872 Eduardo Olivera, egresado de la Escuela de Agricultura de Grignon, Francia, y primer Ingeniero Agrónomo argentino.
En 1890, la institución se trasladó a la ciudad de La Plata, y comenzó a funcionar como Facultad de Agronomía y Veterinaria.
Durante muchos años, al 6 de agosto se lo consideró únicamente como día del Veterinario, a pesar de que los Agrónomos también celebraban. Y eso se reafirmó en 1983, cuando el Gobierno Nacional emitió un decreto por el cual estableció a la fecha como día del Veterinario Argentino.
De todos modos, ambas profesiones se siguen festejando juntas.
Los ingenieros agrónomos y veterinarios tienen un rol central en la producción y tecnificación del campo argentino. Cada 6 de agosto se celebra el día de ambas profesiones en reconocimiento a la labor que realizan a diario.
La profesión fue evolucionando con los años, acompañando la transformación de los ciclos agrícolas y ganaderos hacia una producción eficiente y de alto rendimiento. El oficio, que se profesionalizó en 1883, hoy tiene un lugar central y permite abrir nuevos canales de información a través de las herramientas digitales que propone el siglo XXI.
Agrónomos en Acción
En muchas ocasiones las profesiones se heredan, se descubren por casualidad, o también por una combinación de las dos. Este es el caso de Bruno Riboldi, ingeniero agrónomo y creador de Agrónomos en Acción, una comunidad de información técnica cuyo principal canal de difusión es una cuenta de Instagram.
Bruno conoció la profesión por su familia, que ya estaba vinculada con la producción agropecuaria y que lo introdujo al mundo de la agronomía. Se formó en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario y además de ser asesor se encarga de llevar adelante su producción.
“Desde un primer momento decidí hacer la carrera de ingeniero agrónomo por ser de familia italiana y de tradición relacionada al agro”, explicó al describir que su cercanía con la profesión fue por su padre y su relación con la naturaleza.
La vida universitaria le trajo nuevos desafíos y aprendizajes. En este sentido, Bruno comentó que su paso por agronomía le permitió romper con muchas barreras que tenía antes de ingresar a la carrera. La enseñanza fue que es una profesión de mucho alcance y que tiene una salida laboral muy abierta. “Uno se puede dedicar a la ganadería, cultivos, investigación y hasta la administración”, aseguró.
En el actual contexto, las profesiones mutan como lo hacen sus objetos de estudio, en este caso la tierra. La naturaleza es cambiante por lo que necesita una constante transformación y un aprendizaje continuo. Y para complementar estos cambios, la colaboración y la conformación de una comunidad es fundamental.
Bajo este marco, junto a un grupo de colegas, creó Agrónomos en Acción, una cuenta de Instagram que comunica información técnica. A través de esta cuenta se conformó una comunidad que supera los 12 mil seguidores, generando un flujo constante de conocimiento.
El agrónomo considera que está habiendo una evolución importante a nivel mundial, y sobre todo en el Mercosur, en cuanto a la comunicación. Comentó que, sobre todo en la cuarentena, se dio el boom de canales de información a través de medio digitales, como las redes sociales. “Es positivo porque está abriendo una frontera de información donde cada productor puede volcar su información hacia el sector”.
