Inicio Informe Especial El sector agroalimentario y la construcción dinamizarán la demanda de empleo técnico

El sector agroalimentario y la construcción dinamizarán la demanda de empleo técnico

El nuevo ciclo económico argentino tendrá como principales dinamizadores del crecimiento a la construcción y al sector agroalimentario, este último con una tendencia hacia un mayor agregado de valor, en especial la industria de alimentos y bebidas.

Así surge de un análisis de la demanda de capacidades laborales en la Argentina realizado por el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) en el que, entre otros aspectos, identifica los sectores que dinamizarán la demanda de empleo técnico a 2020 y los “cuellos de botella” que se aproximan.

Las expectativas de recuperación del crecimiento económico y del inicio de un ciclo de inversiones, así como por los procesos de reingeniería, tecnificación y profesionalización del trabajo en los establecimientos productivos, hacen prever a las empresas que en los próximos 5 años habrá una expansión significativa de la demanda de empleo de perfil técnico en Argentina.

Casi 6 de cada 10 empresas afirman que incrementarán su plantilla en este período, y un 18% cree que lo hará “fuertemente”. En cambio, sólo un 5% prevé reducir su nómina de personal calificado.

En el marco de una economía más expuesta a las presiones de la competencia internacional, las empresas tendrán incentivos a adecuarse tecnológicamente y mejorar sus procesos, prácticas laborales y productividad para mantenerse competitivas en el mercado. Y ello conllevará necesariamente una mayor absorción de mano de obra calificada, en detrimento de trabajadores con bajos niveles de instrucción, analizó el INET.

De relevamientos previos se desprende que la gran mayoría de las empresas planea introducir innovaciones en su negocio en los próximos 5 años, ya sea en desarrollo de nuevos productos, cambios en procesos o desarrollo de mercados.

Esta situación genera un desafío para la Educación Técnico Profesional (ETP), teniendo en cuenta que ya hoy, en un contexto recesivo, la mitad de las empresas ha tenido dificultades para conseguir personal idóneo en el mercado. De hecho, 6 de cada 10 empresas creen que la disponibilidad de oferta de mano de obra calificada será un limitante para sus planes de negocios de aquí a 2020.

Esta expectativa tiene como trasfondo la situación de los últimos años, en que –pese a los avances en la oferta de ETP- la demanda creció bien por encima de la oferta.

A nivel sectorial, las expectativas de las empresas son en general consistentes con las perspectivas de actividad a 2020. El nuevo ciclo económico tendrá como principales dinamizadores del crecimiento a la construcción y al sector agroalimentario, este último con una tendencia hacia una mayor agregación de valor (Industria de Alimentos y Bebidas).

En la construcción, se percibe cierta incertidumbre relacionada a la coyuntura, por lo que si bien en general las perspectivas son favorables respecto del empleo técnico, resulta también elevado el porcentaje de empresas que considera que se reducirá la demanda de estos perfiles -casi el 8%, por encima del resto de los sectores-.

También los servicios intensivos en conocimiento, como el software, telecomunicaciones y multimedia, tienen importantes perspectivas de expansión, por lo que las empresas perciben que el empleo se mostrará dinámico en los próximos años.  Casi el 80% de las empresas de este sector consideran que el empleo se incrementará.

En los sectores metalúrgicos y metalmecánicos, la expansión del empleo técnico se relaciona principalmente con la necesidad de actualización tecnológica y profesionalización de las plantillas para mejorar la capacidad competitiva. El nivel de actividad, en cambio, mostrará un repunte respecto de la situación actual pero demorará en recuperar los máximos históricos, principalmente en el sector automotor.

Por su parte, la recuperación de la producción y la demanda laboral de los metales básicos y sus eslabonamientos dependerá en buena medida de cuanto traccione la construcción en el mercado interno y del comportamiento de la economía global y los precios del crudo y los metales. Pero, más allá de ello, a nivel tecnológico el desafío del sector es grande en vistas al desarrollo de materiales más livianos, resistentes y sustentables, lo que requerirá mayor peso de personal calificado.

Las industrias químicas presentan buenas perspectivas para los próximos años, especialmente en el sector farmacéutico –en función del crecimiento demográfico y de la actividad- y aquellos productos ligados a la actividad agrícola y la construcción. El 12% de las empresas consultadas considera que el personal técnico se incrementará fuertemente, levemente el 48% y estable el 40%.

En las industrias mano de obra-intensivas (textil, indumentaria, calzado, muebles, etc), altamente sensibles a la competencia internacional, se prevé que la demanda de mano de obra calificada presente un menor dinamismo, explicado por la pérdida de posiciones de la producción nacional en el mercado. De todas maneras, la mitad de las empresas considera que el empleo se incrementará, aunque moderadamente. Por otro lado, en este caso resulta elevado el número de empresas que considera que el empleo calificado se reducirá, cercano al 9% de los consultados, bastante por encima del promedio.

Estos sectores deberán tener necesariamente una reestructuración y especializarse en determinados segmentos y nichos del negocio, con mayor valor agregado y diferenciación. Ello conducirá al cierre de empresas, que contrastará con una creciente demanda de calificaciones en aquellas de mayor dinamismo inversor.

En los sectores de energía y minería, pese a la alta potencialidad de largo plazo en función de la amplia disponibilidad de recursos naturales, las expectativas de generación de empleo hasta 2020 se han moderado a raíz de los menores precios internacionales de los minerales y combustibles, cuya recuperación se espera que sea muy gradual.

El desarrollo de la explotación de yacimientos de hidrocarburos no convencionales será más lento que el que se preveía, limitando la demanda de recursos calificados. Aunque este tipo de explotaciones requiere tecnologías y conocimientos técnicos que están sobre la frontera internacional.

En la minería, las señales para los próximos años son más favorables, como consecuencia de la disponibilidad de recursos altamente productivos no explotados y de la mejora de las 67 condiciones de rentabilidad y del ambiente de negocios, si bien todavía falta resolver cuestiones regulatorias en las provincias. En términos de las tecnologías de trabajo, la tendencia es algo menos desafiante para los operarios. Las maquinarias y herramientas tenderán a ser más grandes y potentes, pero sin una disrupción tecnológica significativa.

La energía eléctrica, en tanto, presenta grandes requerimientos de inversiones en distribución y generación, especialmente en los segmentos de energías renovables.

Los servicios de turismo y esparcimiento son los que presentan las perspectivas menos dinámicas en cuanto a su demanda de empleo técnico: más de la mitad de las empresas consideran que la misma se mantendrá invariante o se reducirá en los próximos años. En este sentido, cabe tener en cuenta que la clasificación de las actividades de turismo es difusa y considera principalmente al rubro de hotelería y restaurantes.

Así, aun cuando el turismo receptivo o interno pudiera incrementarse, la actividad gastronómica podría presentar un menor dinamismo relativo, en el marco de un ciclo económico que estará traccionado por la inversión y las exportaciones en mayor medida que por el consumo interno.

Como característica transversal a todos los sectores, se destaca que las empresas, sin importar el tamaño del establecimiento- consideran en su mayoría que el personal técnico se incrementará en los próximos años. De todas maneras, las empresas de mayor tamaño son aquellas con mejores perspectivas–el 61% respondió que se incrementará-, mientras que las más pequeñas perciben en mayor medida que en el caso de las grandes y medianas, un escenario futuro donde la demanda de personal con este perfil no se incrementará -37% de las empresas- o incluso se reducirá -5%-.

Paralelamente, cuando se consulta a las empresas sobre la situación de sus sectores y no de su empresa en particular, la tendencia por lo general es similar. No obstante, sí se observa que las empresas responden con mayores expectativas de expansión en su propia organización que en su sector de actividad. Ello podría implicar que se acabarán encontrando con una mayor competencia por los recursos por parte de otras empresas del sector que la que están previendo.

A nivel regional, el Noreste Argentino es la región que presenta mejores expectativas de expansión relativa en su demanda de perfil técnico: 2 de cada 3 empresas afirman que aumentaran su demanda. Las mejores perspectivas, de acuerdo a la percepción de las empresas, se hallan en la construcción, en el turismo y en las industrias mano de obra intensivas.