El Ministerio de Agroindustria de la Nación, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), refuerza sus acciones para atacar la plaga con mayor severidad. San Luis está libre del insecto, pero hay vigilancia permanente de la autoridad sanitaria nacional.
En esta época del año, entre la cosecha y la nueva siembra, se pone mayor énfasis en la destrucción del rastrojo del algodón, de acuerdo al compromiso del Ministerio de Agroindustria de la Nación con organismos provinciales y privados en la lucha para el manejo del picudo del algodonero.
La destrucción de los rastrojos tiene la finalidad de evitar que el picudo pueda seguir reproduciéndose en los botones florales de los rebrotes del algodón, una vez finalizada la cosecha. Esto se debe a que la planta de algodón es perenne, y al tener inviernos benignos, sigue rebrotando. La aparición de botones florales de algodón, como consecuencia de los rebrotes, permite la alimentación y estimula la reproducción del picudo.
Es fundamental en la «pelea» contra el picudo que se llegue a la siembra sin presencia de la plaga en el lote, realizar los monitoreos necesarios y realizar aplicaciones de borde, si resulta necesario.
Pero San Luis está libre de la paga. Con un monitoreo quincenal, el Senasa tiene instaladas 503 trampas en el norte provincial, que se colocan sobre varillas a una altura de metro y medio, que contiene una tableta con feromonas como atrayente y otras con insecticida para que el insecto que ingrese muera allí. Ambas tabletas se reemplazan mensualmente.
Las trampas se ubican en la periferia de los lotes cada 300 metros, en zonas aireadas para favorecer la circulación de las feromonas. Se colocan 45 días antes de cada siembra
A nivel nacional, el manejo de la plaga cuenta con un programa específico y además es uno de los ejes de trabajo de la Mesa Algodonera, donde se plantean acciones conjuntas que realizan las provincias y la Nación en relación con el funcionamiento de los Entes sanitarios.
Programa Nacional de Prevención y Erradicación del Picudo del Algodonero (PNPEPA)
El programa tiene como objetivo definir estrategias y fiscalizar medidas fitosanitarias que contribuyan a la sustentabilidad del cultivo del algodón, entre ellas las fechas de siembra y destrucción de rastrojo que permitan un vacío sanitario en los lotes de cultivo. El picudo del algodonero es considerado la plaga más dañina del cultivo del algodón. El enorme potencial de destrucción se debe a la alta capacidad reproductiva y a las numerosas generaciones que se producen en un ciclo agrícola.
La introducción y dispersión del picudo puede darse por el movimiento propio de la plaga, pero el mayor traslado ocurre por vía antrópica: por movimiento de material infestado, maquinaria agrícola y/o por la introducción accidental del insecto en estado adulto, lo cual puede ocurrir mediante el transporte vehicular de un campo a otro de la región algodonera. Debido a esto el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agropecuaria (Senasa) recuerda la importancia del encarpado total del transporte de algodón y la obligatoriedad en el uso del Documento de Transito Sanitario Vegetal (DTV), para el movimiento del algodón y sus subproductos, que permiten tener una trazabilidad del textil y disminuir los riegos de la dispersión de la plaga haciendo un control de los tránsitos que se realizan a nivel país.
Foto: Prensa Senasa