A menos de una semana de levantar la cosecha en seis hectáreas de cebollas, el entusiasmo de Héctor Andrada lo justifica el rendimiento calculado en más de dos mil bolsas de veinte kilos cada una por hectárea, todo un récord en la zona, y encima con buenos precios en el mercado hortícola.
Nacido en Candelaria, Andrada no solo es el jefe de la Agencia Quines del INTA, sino también productor en su finca de diez hectáreas que compró con su padre en 2002 cuando se recibió de ingeniero agrónomo en Rio Cuarto.
La plantación pudo visitarse durante una gira técnica, de la que participó El Semiárido, para observar el uso eficiente del agua en explotaciones intensivas, provista en volúmenes y momentos oportunos por el Consorcio de Riego Quines-Candelaria.
La recorrida estuvo organizada por el Consorcio de Riego Quines-Candelara y la Agencia Quines del INTA e incluyó producciones bajo riego de almendras, cebolla, batata, arándanos y rosales. Junto a Pedro Bidogia, responsable del Consorcio de Riego Quines-Candelaria, Andrada explico a los alumnos del último año de la carrera de Ingeniería Agronómica que se dicta en la sede Villa Mercedes de la Universidad Nacional de San Luis,, acompañados de Rolando Lucero, titular de la cátedra Fruticultura y Mariela Quiroga, su jefa de trabajos prácticos; Patricia Bazán, de la cátedra Horticultura; Zunilda Furlan, de Morfología Vegetal, y Mirtha Gómez, jefa de trabajos prácticos de la cátedra Dasonomía.
La variedad implantada es Valencianita y será enviada al mercado central de Buenos Aires, según explicó el producto Coa, de nacionalidad boliviana, radicado en la zona de Quines, con reconocida destreza para aplicar riegos eficientes en producciones intensivas y quien hizo un trato con Andrada para producir cebolla.
“Será o no rentable, el tiempo lo dirá, pero la satisfacción de poder producir no me la quita nadie”, les dijo el técnico a los estudiantes, al recordar que desde 2002 empezaron aquí con ganadería cuanto todo era monte.
El lote donde está la cebolla, en el 2008 realizó un trabajo de altimetría con asesoramiento del Consorcio de Riego Quines-Cadelaria, un trabajo que siete meses después demostró ser parte importante del éxito del cultivo, con el que nunca se desperdició una sola gota de agua, ya que el sistema de acequias internas permite que lo que sobra vuelva al canal principal.
Para adaptar el lote para que el riego fuera eficiente convocó a su amigo Coa, que sembró la primera semana de mayo con máquina y en doble hilera sobre camellón. El experimentado horticultor posó orgulloso para la foto con dos grandes cebollas haciendo gala de su «muñeca», junto a la delegación de estudiantes y profesores.
Foto. El Semiárido