La intención central es articular entre diferentes organismos del Estado Nacional en torno de las políticas que desde la Agricultura Familiar y Desarrollo Social tienen destinadas hacia los sectores más vulnerables de la ruralidad, en estos tiempos de pandemia y de muchas carencias.
Por esta causa es que representantes de varias organizaciones confluyeron el último viernes en el predio del delegado de la Región Cuyo de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (SAFCI), Daniel Sosa, para debatir propuestas y acordar líneas de trabajo.
A Daniel Sosa se le sumaron en el encuentro Roberto Fernández, Gustavo Paredes y Máximo Márquez, todos delegados provinciales de la SAFCI de San Luis; Verónica Frigidi, de Senasa; Verónica Coria, de INAES; Santiago Aurant, de INTA; también hubo representación de la Universidad Nacional de San Luis y productores de diferentes lugares de la provincia, tales como El Suyuque, Quines y Donovan.
En los debates se dialogó fluidamente sobre los programas que tienen en vigencia los ministerios, para apoyar el trabajo de los agricultores familiares. Pero, a su vez, pusieron sobre la mesa los problemas de larga data, que sufren los productores del sector, para poder movilizarse de un lugar a otro con elementos de su producción.
Las acciones confiscatorias que desarrolla el COSAFI (la policía fiscal del gobierno de la provincia) estuvieron en el eje de las quejas. Es que a los productores no les dejan pasar dos o tres gallinas porque les dicen que deben sacar permiso para ese fin. Advierten, además, las diferencias que realizan entre ellos y otros productores de mayor capacidad económica.
“Se la agarran con los pobres para estigmatizarlos, cargarlos de miedo e impulsarlos a que abandonen las producciones de la agricultura familiar”, fue la mirada unánime de los presentes, que ilustraron con muchos ejemplos -algunos patéticos- sobre la discriminación hacia los agricultores familiares en San Luis.
En la charla, uno de los productores presentó como opción, que se proponga al gobierno de la provincia una tarjeta de la agricultura familiar para que cada productor que deba salir a comercializar, pueda, presentando esa identificación, pasar con lo producido, que no es otra cosa que el sustento para la mesa de su familia.
“Tenemos que buscar una solución para que los productores puedan salir a comercializar sus productos sin ningún problema”, sentenció el delegado regional Daniel Sosa.
También se habló sobre la necesidad de que en la provincia de San Luis se cuente con una ley de protección hacia la agricultura familiar. En la actualidad no hay instrumento destinado a ello. De esta forma, se daría un marco y libertad para las actividades que desarrolla el sector.
Dentro de los obstáculos para operar, se destaca la imposibilidad de realizar ferias en las diferentes localidades donde están ubicados los productores. Para ello, desde las diferentes organizaciones del Estado Nacional en forma conjunta, se emitirán notas a los intendentes para que faciliten la realización de las ferias. Por supuesto que se dejó aclarado que en este tiempo de pandemia se deben contemplar los protocolos vigentes en cada municipio.
La ampliación de los cultivos para poder contar con la producción de cercanía está dentro de los objetivos de la Agricultura Familiar de la Nación. En este sentido, ya se han conseguido tres hectáreas próximas a la ciudad de La Punta, para ser destinadas a la producción de verduras y hortalizas que se comercializarán en ese núcleo urbano.
Lo mismo se está gestionando con el municipio de Potrero de los Funes. Para ello, durante esta semana el delegado regional mantendrá una reunión con la responsable del área de Producción de esa comuna.
Los ejes sobre los cuales trabajará la SAFCI en este período, según se detalló en el encuentro, circularán alrededor de la ampliación del Registro Nacional de la Agricultura Familiar (RENAF). Es necesario que se “blanquee” la cantidad de productores para que puedan acceder a los instrumentos que el Estado pone a su disposición.
Otro de los trabajos que se impulsarán estará en la capacitación de los productores para que su trabajo esté enmarcado en la agroecología, dado que el mundo, hoy, necesita de esta producción, que es mucho más sana que la actual, que está centrada en la producción con agroquímicos. La agricultura orgánica se promueve como eje fundamental.
“Deberemos producir para la región, en viveros, en forma escalonada, coordinada, combinada, para que no falten los productos” destinados al consumo de la sociedad, afirmó Daniel Sosa.
Un tercer eje sobre el cual se habló en el encuentro, fue la cantidad de programas que el Estado tiene destinados para los productores. Para ello, se deberán organizar en forma asociativa, en la formación de cooperativas que les permita facilitar la compras, la producción y las ventas comunitarias.