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Nueva Galia: visita a la comunidad menonita, donde 21 familias ya producen maíz y leche

Un lote de  780 hectáreas con maíz aún sin cosechar se impone en el acceso al predio de la comunidad menonita radicada en cercanías de Nueva Galia, 190 kilómetros al sudeste de San Luis capital, con cuyo cereal inició su producción en un campo de diez mil hectáreas comprado en 2014 y hasta ahora ocupado por 21 familias, de un total 75 que se radicarán provenientes de Estado de Chihuahua, México.

La intensa actividad de los 110 habitantes que también hablan el alemán prusiano,  se vio interrumpida ayer por la visita del gobernador Claudio Poggi, ministros, legisladores  y técnicos del Ministerio del Campo, que recorrieron parte del campo y terminaron compartiendo los festejos por el nacimiento de Anita, la primera “puntanita” de la comunidad.

Abraham Wiebe, el jefe de la comunidad bautizada “Santa Rita” y quien más contacto tiene con el mundo exterior, dialogó con El Semiárido, mientras el resto de las familias llegaban a la entrada para recibir a los invitados: “En diciembre 2013 llegamos a la provincia en busca de campos, hasta que el año pasado compramos y desde el 8 de marzo de este año nos vinimos ya a trabajar; vemos que hay mucho que hacer aquí”.

Con sistema propio, ya construyeron varias viviendas y otras están en construcción. Con marcado estilo americano, las casas son, algunas con doble placa de durloc montadas sobre un esqueleto de hierro, mientras que otras tienen madera combinada con prolijas paredes de ladrillos. Separadas a más de 500 metros unas de otras, las pintorescas casas están comunicadas por anchos caminos recién desmontados.

Este colonia agrícola se integró con dos viejas y abandonadas estancias, “El Tupá” y “El Colorado”, que suman 9.540 hectáreas, donde desde marzo viven 19 familias, hasta ayer, que se integraron dos más. En el resto del año esperan la llegada de otros 54 grupos familiares.

Según explicó Abraham, el proyecto productivo comprende la agricultura, ganadería, carpintería, metalurgia y tambo con destino a la fabricación de quesos, una tradición que importarán de México, pero les falta energía. “Me pidieron ayuda para hacer la instalación eléctrica externa para producir y vivir. Y denlo por hecho que lo llevaremos adelante para ayudar a que rápidamente se instalen y comiencen a producir”, les respondió Poggi al recibir un sombrero tejano de regalo.

“Elegimos San Luis porque fue el lugar que más nos gustó de la Argentina y la bienvenida que nos dieron cuando llegamos por primera vez ayudó a decidirnos por comprar en el sur, donde hay mucho por hacer”, relató el jefe menonita a este portal.

En la campaña agrícola que termina, aprovecharon más de 700 hectáreas limpias e implantaron maíz son siembra directa sobre un viejo pajonal que quemaron previamente con herbicida. Por ahora, tienen algunas vacas Holando lecheras que las ordeñan para consumo propio, mientras construyen las instalaciones adecuadas.

“El proyecto de esta colonia estará en pleno funcionamiento entre cinco a diez años; estamos demorados por la crisis económica de México, que nos impide vender nuestros bienes a los precios que habíamos planificado”, dijo Abraham al lamentarse por no alcanzar al ritmo pretendido en el desarrollo del proyecto productivo, que contempla una población de dos mil habitantes dentro de una década.

Bien equipados con camionetas y maquinaria agrícola moderna, el trabajo en la colonia es intenso. Arrancan a las 6 en verano y a las 8 en invierno, paran una hora para comer y siguen hasta las 20. En la polvorienta gira, algunas de las viviendas en construcción mostraban tendederos con más de diez mamelucos. Cada familia tiene como mínimo cinco hijos.

Forman parte de una colonia menonita que descendió desde Chihuahua, México, en busca de un territorio donde continuar con sus costumbres de más de 500 años. Y lo encontraron 20 kilómetros al norte de Nueva Galia, elegido porque son terrenos parejos, ideales para parcelar y cultivar, con un régimen de lluvias que oscila entre los 450 y 500 milímetros anuales.

El proyecto más fuerte dentro del desarrollo es producir leche y lácteos, con una quesería para elaborar quesos para consumo propio y venderlos al resto del país. Con la marca “Lacmeno”, los menonitas, con 200 mil litros diarios de leche elaboran desde 2007 un queso duro muy famoso, con la forma del estado de Chihuahua, en México, aunque también elaboran otras variedades. Tienen pensado fabricar en Nueva Galia un queso similar pero con la forma de la provincia de San Luis.