Emiliano Piccolini, integrante de AZ Group, analiza el comportamiento de la soja como cultivo en cuanto a producción y las políticas que están adoptando los países productores y compradores. Entre ese entramado se encuentra nuestro país, envuelto en una sucesión de cambios por las políticas económicas que se aplican respecto de la oleaginosa. Finaliza con una recomendación.
Hoy en día el mercado de la soja se cuestiona cual es el nivel de precio adecuado con estas condiciones de oferta y demanda a nivel mundial dadas las variables existentes, más las externalidades que se presentan en el mercado como los conflictos comerciales y geopolíticos.
Por un lado EE.UU se encamina a la producción de soja más grande de su historia reciente, según datos del USDA de agosto contarían con una producción de 124,1 mill. de t. generando un stock final records de 21,3 mill. de t. A nivel mundial, el efecto es el mismo, estamos transitando un stock final de 105,9 mill. de t. que en términos relativos nos da una relación stock/consumo (stock final / Consumo + Exportación) de 20,71% según sus estimaciones, representando esta relación la segunda más grande de los últimos 20 años, solo alcanzada en la campaña 2006/07.
Lo que tendríamos que aclarar es que Estados Unidos está transitando su segundo mes crítico (agosto) con algunas zonas como el suroeste del Corn Belt con algo menos de lluvias y algún principio de sequía, pero con excesos y rindes records en el centro este de la misma zona. Aún no está totalmente definido su partido, pero se encuentra entrando en el final de ese período complicado con muy buenas perspectivas.
Por otro lado, desde inicios de marzo se desató una guerra comercial entre Estados Unidos y el gigante asiático, China. El mismo se inició por el déficit comercial que tiene hoy en día Estados Unidos de 370 mil mil. de u$s anuales con su socio.
Esta situación se vio acentuada por los últimos alegatos del presidente americano respecto que China no compite de manera leal dado sus movimientos del tipo de cambio para favorecer su intercambio comercial. Todo esto derivó a que entraran en vigencia las primeras sanciones a China de parte de Estados Unidos por 34.000 billones de u$s en tasas de importación más que todo a bienes del sector tecnológico y que el gigante asiático devolviera el guante golpeando al núcleo de los votantes de Trump, imponiendo un arancel del 25% a las importaciones de soja americanas, dentro de las medidas que publicó para equiparar la sanción americana.
Esto frenó los embarques americanos a su socio, quedando un barco en las costas asiáticas que descargó la semana pasada después de 60 días de demora con su arancel al ingreso.
Hay que tener en cuenta que este año China importará 97 millones de toneladas de soja de las cuales EE.UU abastece entre el 30/35% que representan el 50/60% de las mismas, es decir esto está ocasionando un conflicto en los productores americanos que vieron como desde el inicio del conflicto los precios se desplomaron USD80 por tonelada.
Trump ante esto ya generó que activen un posible seguro de precio sostén por USD12.000 mil millones.
Más aún, ha negociado un entendimiento de no imponer aranceles mutuamente con la Unión Europea, generando mayores exportaciones para este destino y tratará de aplicar nuevos aranceles hasta los USD200 mil millones que pueden entrar en vigencia en septiembre.
El marco arancelario antes mencionado está generando ciertos ruidos en el mercado interno del país asiático: por un lado los márgenes de procesamiento están en su peor momento ya que cuentan con una capacidad instalada de 140 millones de soja de las cuales tienen en uso solo el 60%, y se estima que este año empeorará.
A la vez el gobierno chino está presionando a las empresas para que no compren soja americana cuyas importaciones vienen casi frenadas desde mayo, ocasionando que sea más caro contar con el poroto de soja que ahora demandan a Brasil, único país con capacidad de abastecer a China dado el proceso de seca sufrido por nuestro país, que prácticamente nos dejó afuera del mercado de exportación de poroto.
En el plano local estamos con una situación de coyuntura de distorsión de la variable precio, donde en dólares cae pero en pesos se mantiene dada la inestabilidad cambiaria. A la vez, el productor ha vendido con precio fijo en mucha mayor proporción que la campaña anterior, se estima que se comercializó el 53% vs el año pasado que alcanzó sólo el 42%.
Sumado a ello, el temporal que afectó a la oleaginosa ocasionó que el productor entregara mayor producción de cosecha que en otras campañas para desprenderse del grano dañado, generando que en los últimos 30 días haya disminuido la necesidad de los procesadores de adquirir mercadería, por lo que se produjo una baja de USD20 dólares en el corto plazo que no ocurrió en Brasil o EE.UU sin que ello impida a los industriales recomponer su margen de molienda que se encontraba negativo.
Por ahora se jugaron 45 minutos del partido y faltaría el segundo tiempo. Estamos ante un escenario adverso de precio en el plano internacional pero no concluyente. Aún faltan muchas definiciones por ejemplo si EE.UU puede capitalizar mayor procesamiento interno de soja con un uso superior que genere mayores exportaciones.
Otro punto es cómo continuarán las relaciones comerciales entre EE.UU y China con sus implicancias en el mercado de los agrocommodities y como se terminarán de definir las siembras en Brasil en cuanto a superficie, lo mismo que en nuestro país. Sumado ello, jugará un rol fundamental el factor climático sudamericano que empezará a impactar en las cotizaciones venideras.
Como mensaje final, tenemos que quedarnos con una mirada positiva de los precios de la soja disponible y pensar en vender e invertir en compra de call Noviembre, por si el mercado retoma la senda alcista.
Mientras que para la cosecha nueva, como primera medida habría que calzar ventas contra la compra/financiación de insumos, que es sabido que está buena la relación de insumos. Respecto al restante, para quedarse tranquilo, si uno le quiere puede ponerle un piso de 270 comprando un put en el mes de mayo de 2019, que es cuando ingresa el fuerte de la oferta.