La devaluación del 100 % del peso argentino registrada este año volvió a incentivar la competitividad que la exportación de vinos había perdido durante los últimos años. Esta situación vuelve a ubicar a los vinos argentinos en las tiendas de diferentes países
Tras el récord alcanzado en 2012, cuando se registraron exportaciones por u$932 millones, las ventas al mundo ingresaron en una curva descendente, indica un informe de BAE Negocios.
La devaluación del 100% registrada este año cambió el panorama. Según el Observatorio Vitivinícola entre enero y septiembre, las bodegas nacionales despacharon 197 millones de litros de vino, lo que implicó un salto interanual de casi 17 por ciento. Además, se trata del mayor registro desde 2015.
En divisas, en tanto, el crecimiento fue menor: en ese mismo lapso las ventas al mundo sumaron u$s610 millones, con una tasa de variación cercana al 1,5%, indica iProfesional.
Esto, en parte, obedeció a que la devaluación ayudó a impulsar vinos ubicados en una franja menor de precios.
Desde la División Vinos del Banco Supervielle indicaron que poco a poco están reapareciendo productos «entry level» argentinos en las góndolas del mundo, los cuales «habían desaparecido de la exportación por una combinación de un bajo tipo de cambio y fuertes aumentos del precio de la materia prima».
Sin embargo, advirtieron que para ver un impacto más concreto del nuevo tipo de cambio en las ventas al mundo, «puede llevar de seis a doce meses, teniendo en cuenta que es necesario realizar acciones sobre las cadenas comerciales minoristas que deben reposicionar vinos frente a los consumidores».
«El incentivo de la devaluación aparece con nitidez, aunque es necesario tener en cuenta que el impacto en ciertos costos también será importante, con lo cual toda la mejora cambiaria no irá a márgenes brutos. La ecuación será de todos modos positiva pues existe una parte de los costos en moneda local que difícilmente se acomoden al nuevo precio del dólar en un período corto», indicaron los expertos de Banco Supervielle.
«Se abre así una ventana estratégica interesante para el sector exportador, que deberá ser adecuadamente medida y aprovechada pues difícilmente pueda extrapolarse por un período tan largo como el que sobrevino con la devaluación de principios de la década pasada», agregaron.
«Los más probable es que veamos efectos de alguna consideración en los volúmenes de exportación de vinos fraccionados en 2019, lo cual tendrá impacto especialmente en economías de escala más allá del aumento de la contribución unitaria derivada del cambio nominal del tipo de cambio», concluyeron.