El año pasado las exportaciones de fardos de alfalfa estadounidenses a China sumaron un récord histórico de 1,17 millones de toneladas (representando el 45% de las ventas totales). En los primeros meses de 2018 el negocio seguía creciendo. Pero en julio, con la imposición de un arancel adicional del 25% aplicado por China en represalia por la política proteccionista de Donald Trump, el panorama cambió.
Las exportaciones estadounidenses destinadas a China descendieron en el segundo tramo –los importadores asiáticos comenzaron a originar un mayor volumen en Europa– pero no se cortaron completamente (como ocurrió en el caso del poroto de soja) sencillamente porque no existe otro proveedor mundial de fardos de alfalfa que pueda reemplazar a EE.UU.
“Tenemos una oportunidad única en China, pero la posibilidad de concretar negocios con un dólar (tipo de cambio) mayorista de 33 ($/u$s), retenciones del 12% y la eliminación del reintegro a la exportación del 2% son muy limitadas”, comentó Maximiliano Marroni, gerente de Alfalfa y Forraje de la Patagonia (AyFP), filial local del grupo español Oses. “Más de la mitad de nuestros costos están dolarizados”, remarcó.
La empresa cuenta con 1500 hectáreas de alfalfa en producción bajo riego con 26 pivotes en la zona de Choele Choel (Río Negro) y una planta elaboradora de fardos en Bahía Blanca con una capacidad instalada de recompactación de 50.000 toneladas anuales.
“En muy poco tiempo las reglas de juego cambiaron mucho. Mientras que en julio nos preparábamos para tener una campaña (2018/19) espectacular, ahora sabemos que eso no va a ocurrir”, aseguró Marroni.
La planta industrial de AyFP en Bahía Blanca es la única habilitada en el país para exportar a China. Recientemente la empresa envió una muestra de 125 toneladas a ese mercado con el propósito de abrir un canal comercial permanente.
“Queremos reunirnos con el ministro de la Producción (Dante) Sica para solicitarte la implementación de incentivos a la producción de alfalfa en las zonas de influencia del Río Negro y el Río Colorado; el potencial de generación de riqueza con este producto es enorme con el marco adecuado”, indicó el gerente de AyFP.
Este año la empresa lanzó una modalidad comercial novedosa al introducir forwards de fardos de alfalfa Bahía Blanca con 30% de entrega antes del 30 de noviembre y el 70% restante hasta el 31 de diciembre de 2018. Los primeros contratos –cerrados en julio–se negociaron a 125 u$s/tonelada. También se brindó la posibilidad de dejar abierta la posición para que el comprador cierre el precio con hasta un plazo de 15 días posteriores al recibo de la mercadería (algo que fue muy beneficioso para el comprador –no para AyPF– dado que el tipo de cambio descendió y actualmente el valor del fardo de alfalfa es de 110 u$s/tonelada).
En los primeros nueve meses de 2018, según datos oficiales (Indec) las exportaciones argentinas de fardos de alfalfa sumaron 29.859 toneladas por un valor FOB de 10,2 millones de dólares. La mayor parte se destinaron a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. En enero-septiembre de 2017 se había exportado 43.445 toneladas por 14,7 millones de dólares (de los cuales 41.613 toneladas se enviaron a Arabia Saudita).
En enero-agosto de 2018, según los últimos datos oficiales disponibles publicados por el sitio Hay&Forage, las exportaciones estadounidenses de fardos de alfalfa destinadas a China sumaron 670.570 toneladas, una cifra 24% menor a la registrada en el mismo período de 2017.
Fondomonte, compañía controlada por la corporación saudí Almarai, es una de las principales exportadoras de fardos de alfalfa destinados a Arabia Saudita, los cuales son producidos en la localidad cordobesa de San Vicente. La mayor parte de los mismos se destinan a los megatambos que la corporación alimenticia tiene en Medio Oriente
La decisión de las autoridades de Arabia Saudita de eliminar progresivamente la producción local de recursos forrajeros –para priorizar las reservas subterráneas de agua dulce para consumo humano– están provocando un crecimiento explosivo de las importaciones de fardos de alfalfa. Pero la mayor parte de ese mercado también está en manos de operadores estadounidenses.