A partir de una efectiva campaña, se logró el récord en la captura de la principal plaga que afecta a la uva. Agroindustria aportó 100 millones de pesos para combatirla, a través del Fondo Nacional de Agroindustria (FONDAGRO).
Etchevehere destacó que «el trabajo contra la Lobesia fue muy exitoso y los logros están a la vista. Los avances, sobre todo en la cobertura y en la reducción de la plaga que ataca sensiblemente a la provincia de Mendoza están a la vista. Fue muy importante la reducción de costos a partir de una administración transparente que licitó los productos. De esta manera, se logró bajar de 300 a 70 dólares por hectárea el costo de la lucha, que antes sólo lo podía hacer un productor grande», y luego señaló que: «en el pasado mes de junio, Agroindustria aportó un total de 100 millones de pesos a través del Fondo Nacional de Agroindustria (FONDAGRO) para combatirla».
Por su parte, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, señaló que: «Nos llena de orgullo haber llevado adelante en conjunto con Nación, la campaña de control de plagas más grande del mundo. No hay un antecedente de una campaña que abarque más de 165 mil hectáreas de cultivo. El fortalecimiento de nuestra política sanitaria nos permitirá aumentar la competitividad para ingresar a nuevos mercados».
El titular del Senasa, Ricardo Negri, indicó que: «desde 2016 en adelante, el Programa Nacional fue mejorando su alcance en base a la disminución de capturas en trampas de Lobesia botrana: en el 2016 hubo 468.772 capturas; en el 2017, 198.887; y en este año se llegó a 23.717 capturas.»
Acompañó al secretario de Gobierno de Agroindustria, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Guillermo Bernaudo. También estuvo presente el director del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN), Alejandro Molero; el vicepresidente de SENASA, Guillermo Rossi; la directora de Sanidad Vegetal del Senasa, Wilda Ramirez; y el coordinador de FONDAGRO, Esteban Llavallol.
La Lobesia botana es una polilla cuyo alimento principal es la vid, por lo que provoca pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, y afecta la calidad de la fruta, tanto para consumo en fresco como para vinificación. En el año 2016 se perdió el 30% de la producción por razones sanitarias y el mal manejo de la plaga en años anteriores, esto equivale a un total de USD 1500 millones.
Para combatirla, el Senasa implementa un Programa Nacional centrado en una estrategia de intervención basada en el manejo sanitario de grandes áreas de cultivo de vid, de manera de producir una disminución de la plaga en las áreas con mayor densidad de población, logrando la supresión de la misma y la erradicación en aquellas zonas con baja presencia.
La erradicación se da mediante la Técnica de Confusión Sexual (TCS), una perturbación de la atracción sexual de los machos hacia las hembras, evitando la cópula y descendencia. Una herramienta eficaz y sostenible para el control de la plaga en grandes áreas, en el marco de un manejo integrado en combinación con otros métodos de control cultural y químico-biológico, minimizando de esta manera el impacto ambiental.
Debido a su comportamiento y la logística de la actividad vitivinícola, no se puede imaginar un estatus sanitario a nivel predial, sino que el mismo debe considerarse a nivel regional, a fin de diseñar acciones que resulten sustentables en el tiempo y que contribuyan a mejorar el estatus sanitario.
Con las diferentes herramientas utilizadas, en los momentos oportunos, se cubrieron hasta ahora más de 160 mil hectáreas de vid. Con casi 70 mil hectáreas alcanzadas, se está ante una de las mayores superficies bajo la técnica de confusión sexual en el mundo con una asistencia a 4.500 productores.
Durante esta campaña, se entregaron difusores de feromonas -Técnica de Confusión Sexual-, hubo provisión de agroquímicos a los productores, aviso de alertas de aplicación en momentos oportunos, servicio de aeroaplicaciones con productos específicos, aplicación aérea de feromonas en zonas puntuales y refuerzo puntual y específico de productos para el control del segundo vuelo en zonas con mayor presencia de la plaga.