Los materiales fiscalizados sólo alcanzan al 15%, según la asociación de semilleros, que acordó con el Ministerio de Agricultura “fortalecer” al Instituto Nacional de Semillas (INASE) para eliminar la bolsa blanca. La diputada por San Luis Ivana Bianchi advirtió hace un año sobre esta desproporción en un proyecto aún pendiente.
El mercado negro de la semilla de soja en la actual campaña parece más descontrolado y algunos ya alertan por un “desmadre”. Según la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), el 85% de los materiales sembrados es de “uso propio” o de venta ilegal y es por ello que firmaron un acuerdo con el Ministerio de Agricultura para fortalecer el Instituto Nacional de Semillas (INASE) para hacer desaparecer la “bolsa blanca”.
La diputada por San Luis Ivana Bianchi ya lo advirtió hace un año cuando dijo en un proyecto de resolución aún sin tratar, que la semilla de uso propio e ilegal en el país “alcanza proporciones muy significativas” y que por ello el gobierno nacional debe explicar qué medidas está tomando para controlar un mercado negro que funciona a la vista de casi todos.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Gabriel Delgado, se reunió con los representantes de la cadena de semillas para trazar las líneas de trabajo para el 2015, que contempla tres aspectos. El primero de ellos referido a controlar y certificar la legalidad de la semillas utilizadas, “desarrollando las herramientas necesarias” para combatir el mercado ilegal de semillas, que perjudican tanto al Estado como al sector privado.
En el segundo punto, el secretario Delgado propuso realizar una ronda de negocios en el marco de la tercera reunión de la Subcomisión bilateral de Semillas Argentino-China.
El tercer punto está referido a empezar a desarrollar los mecanismos necesarios para la fiscalización del uso de semilla. «Avanzaremos en los instrumentos para que todos los derechos de propiedad en las semillas se cobren de manera única, queremos que este cobro se realice al momento de comprar la bolsa de semillas y vamos a avanzar con la fiscalización del uso propio de semillas y juntos determinaremos la forma de implementación y fiscalización eficiente y real», declaró el secretario.
Participaron de la reunión la Cámara Argentina de Semilleros Multiplicadores (CASEM), la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la Federación de Distribuidores de Insumos Agropecuarios (FeDIA), la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (CEDASABA) y la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA).
Privados y gobierno coincidieron en fortalecer al INASE con más presupuesto y recursos humanos. El organismo tiene poco menos de 89 millones de pesos en recursos, según el presupuesto de 2015, con solo eso debe controlar y fiscalizar un mercado de semillas que solamente en soja ronda los 900 millones de dólares, según la publicación especializada El Enfiteuta.
Raimundo Lavignolle, presidente del directorio del Instituto Nacional de Semillas, dijo que «tanto el sector privado como los representantes del sector oficial coincidimos en la necesidad de un INASE fuerte, que regule al sector en beneficio de la agricultura nacional para poder cumplir los objetivos de la ley: asegurarle a los agricultores una disponibilidad de semillas de identidad y calidad asegurada».
Argentina exporta semillas por 320 millones de dólares, producto en gran medida de la producción de semilla en contra estación. A su vez, Argentina importa semillas por un valor de 61 millones de dólares. Por lo tanto la relación exportación/importación de semillas de Argentina es 5,24, colocando a esta industria en un perfil netamente exportador.
El comercio internacional de semillas alcanzó los 44.000 millones de dólares en 2013. Argentina tiene un mercado interno de semillas de alrededor de 1.000 millones de dólares, lo que la ubica como segundo productor de semillas de Sudamérica, tercera en América y novena en el mundo, según datos ministeriales.
Bianchi también advirtió el año pasado que por “bolsa blanca” no se pagan impuestos ni regalías a los obtentores que poseen Derecho de Obtención Vegetal (DOV) y destacó al cumplirse la primea década de la difusión comercial de cultivares genéticamente modificados (GM) en el mundo, Argentina se encuentra en el segundo lugar por área sembrada, después de Estados Unidos, con el 19 por ciento del total global. También el país está en primer lugar por la proporción de tierra cultivada con variedades transgénicas.