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El 8 de junio es el día de los Océanos

Los océanos son el corazón de nuestro planeta: alimentan a millones de personas en el mundo, son el hábitat de gran cantidad de especies y ayudan a regular el clima de la Tierra. Este 8 de junio celebramos el Día Mundial de los Océanos.

 

El 8 de junio es el  Día Mundial de los Océanos establecido en 2008 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Según datos de la ONU, los océanos cubren más del 70% de la superficie del globo y solo el 1% está protegido. Entre un 50% y un 80%  de la vida de nuestro planeta se encuentra bajo la superficie del océano y menos del 10% de este espacio ha sido explorado hasta ahora. Por eso, en este día, la ONU promueve la concientización sobre la importancia de proteger este invaluable recurso.

Los océanos y el calentamiento global

El océano tiene un vínculo directo con la atmósfera y, por lo tanto, con la meteorología. Absorbe anualmente alrededor del 25% del dióxido de carbono (CO2) generado por la actividad humana, lo que lo convierte en el principal sumidero de este importante gas de efecto invernadero, responsable del aumento global de la temperatura.

De hecho, el conjunto de los ecosistemas costeros que actúan como sumideros de CO2 pueden contener una cantidad cinco veces superior a la de los bosques tropicales. Sin dudas, la protección de los océanos es esencial en la lucha contra el cambio climático.

Los océanos y las oscilaciones climáticas: El Niño y otros fenómenos meteorológicos

Los océanos tienen mucho que ver con las oscilaciones climáticas como El Niño, fenómeno conocido por sus potentes efectos en el continente americano, Oceanía y Asia. El Niño se inicia con el calentamiento del océano Pacífico cerca del Ecuador.

La variabilidad climática natural surge de las interacciones entre la atmósfera, el mar y las superficies continentales, en un entramado de relaciones, causas y efectos entre las que es prácticamente imposible identificar un origen. En estos procesos, los océanos tienen un rol similar al de una hornalla que libera energía a la atmósfera en forma de calor. El calor funciona como el combustible para la convección, lo que en condiciones normales conduce a la formación de nubes y la ocurrencia de precipitaciones.

Pero no hay que ir tan lejos para encontrar los efectos de los océanos en la meteorología. Basta con recordar aquellas vacaciones en las costas bonaerenses  y experimentar la llamada “brisa de mar y tierra” en nuestra piel. Durante el día, la radiación solar calienta tanto la tierra como la superficie del mar, pero al agua le cuesta mucho más calentarse, por lo que el aire sobre la tierra es más liviano y tiende a subir. Esto es rápidamente compensado por aire frío que viene desde el mar, es decir una circulación que nos obliga a abrigarnos con lo que tengamos a mano. Durante la noche, el proceso se invierte porque el agua todavía almacena parte del calor recibido durante el día.

Además, los océanos intervienen en otros fenómenos meteorológicos claves como las lluvias monzónicas en la India y los huracanes en las zonas tropicales.

El intercambio de energía y humedad, que tiene lugar entre el océano y la atmósfera, constituye un verdadero motor térmico que ocasiona la circulación de masas de aire en la atmósfera y de las aguas en los océanos. Un ejemplo de estas circulaciones es la llamada Corriente del Golfo, cuyo impacto consiste en hacer que las temperaturas del norte de Europa sean menos extremas de las que se esperaría en esta región.

Por esto y mucho más es que los océanos son esenciales para la vida en la Tierra. En este día, acompañamos la iniciativa de la ONU y decimos “Nuestros océanos, nuestro futuro”.

Fuentes: Organización Meteorológica Mundial – Organización de las Naciones Unidas – Servicio Meteorológico Nacional