El presidente de Cartez, Gabriel de Raedemaeker, el de CRA, Dardo Chiesa y el de FAA, Carlos Achetoni, manifestaron su preocupación por la falta de crédito por parte del Banco de la Nación Argentina.
La campaña de soja y maíz podrá verse mermada a partir de la falta de financiamiento luego que el Banco Nación dejara sin efecto desde el sábado pasado los convenios que tenía la tarjeta Agro Nación de «días libres sin interés».
La medida afectará al campo que viene golpeado por la sequía pasada. Sin herramientas crediticias accesibles en el mercado, la siembra de la gruesa será más cara.
«Estamos muy preocupados dado que una de las patas sensibles de esta próxima campaña es la falta de financiamiento y donde el Nación, que es un banco insignia y que marca tendencia para las demás entidades, no estará lo que hace que se complique la siembra dado que venimos de una mala cosecha», reconoció a BAE Negocios, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Gabriel De Raedemaeker.
Efectivamente, la baja de la banca oficial de los convenios de 210 días que tenía con los distintos comercios hace que ahora el productor deba pagar con tasas cercanas al 40 por ciento.
Su impacto se verá en la compra de insumos: gasoil, fertilizantes y semillas, entre los principales. Para entenderlo sólo basta ver que el productor encarará el nuevo ciclo con menor tecnología, caerá el rendimiento por hectárea por la disminución en las dosis para combatir enfermedades y como consecuencia, se tendrá una baja producción.
Para el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa es una mala noticia que se suma a lo notificado por el Banco Provincia que subió las tasas al 50 por ciento. Sólo hay que saber que la compra de gasoil se hace con tarjeta».
En la misma línea, el nuevo presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni afirmó que «se complica la gruesa dado que el financiamiento que hay hoy es desalentador dado que no albergan reintegros con las tasas de interés actuales. El Nación tenía intereses más bajos lo que daba la posibilidad de contar con algo más accesible».
En definitiva, lo que tanto sueña el Gobierno con una mejora de la cosecha en 2019 está en riesgo. El pequeño y mediano productor no tiene más granos para vender. Deberá entonces recurrir a otros mecanismos que le provea de ingresos para sembrar lo mejor posible. El más grande no tendrá problemas, pero el 70% de la producción se hace sobre campos arrendados.
Con este escenario está la posibilidad de que muchos campos se queden sin alquilar ante la posibilidad de una menor rentabilidad. Es decir que el productor que no adquirió insumos antes de los cambios del Nación, estará en problemas.