La zona recibió este febrero un 85 por ciento más de lluvias que el mismo mes del año pasado y registra el crecimiento pluviométrico más alto de la provincia. Semejante aumento ya se siente en la Cuenca El Morro, donde el Río Nuevo está haciendo estragos, con campos aislados, pérdidas de animales y producciones, caminos irrecuperables y lotes inutilizados.
El presidente de la Sociedad Rural Río Quinto, Carlos Cavadore, trazó para El Semiárido un desolador panorama para los que tienen sus campos aún bajo el agua y dijo que si las lluvias continúan la situación será de difícil manejo. Allí producen importantes desarrollos agrícolas y ganaderos, con fuerte predominio de cultivos comerciales de soja, maíz y sorgo.
La más dañada es Colonia Los Manantiales, donde corre el Río Nuevo y el arroyo El Quebrachal, que recibieron en los últimos días entre 180 y 200 milímetros. También Colonia La Cordobesa en la misma zona está casi aislada por la rotura de un tramo de la ruta provincial 33, donde un puente muy elevado está a punto de colapsar porque están socavados sus cimientos.
La semana pasada Cavadore recorrió la zona con el vicegobernador Jorge Díaz, quien encabeza el trabajo interdisciplinario que en veinte días tendrá un diagnóstico, encargado por el recientemente creado Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia.
“Los técnicos del INA (Instituto Nacional del Agua) que vienen estudiando la zona desee hace varios años ya nos había advertido el arroyo El Quebrachal podría llegar a conducir un mayor caudal que el Río Nuevo y esto ya lo comprobamos la semana pasada, cuando cruzaba el asfalto de la ruta 33 con un ancho de 80 metros y 40 centímetros de alto”, reveló el dirigente ruralista de Villa Mercedes.
Sin embrago, Cavadore dijo que esta situación se alivió en parte porque la empresa Rovella-Carranza limpió parte de las alcantarillas que estaban tapadas de hacía meses y cuyos responsables son la empresa y Vialidad Provincial: “Hemos hecho muchos reclamos ante el Ministerio del Campo porque el ente vial no hacía ningún tipo de mantenimiento”.
Esto se agravó porque en la ex rotonda de la ruta 8 se unen el Río Nuevo y El Quebrachal, donde dos productores ya perdieron el 80% de sus campos por la gran acumulación de greda. Lo mismo se espera aguas abajo de esta cauce, donde más de mil hectáreas en producción permanecen bajo el agua.
Hacia el norte de la ruta 8 también hay reportes de pérdidas de caballos vacas y ovejas que arrastró la corriente: “Muchos no saben dónde está su hacienda y temen que hayan muerto porque en los lotes inundados se quedan pegadas en el barro; hay zonas que todavía no podemos recorrer, pero el panorama es preocupante porque el único canal que servía de contención cerca de la ruta 8 , quedó embancado y el agua hoy lo pasa por arriba; del Río Nuevo hacia el norte hay una gran superficie cubierta con agua y si se nos corta del todo la ruta 33 habrá mucha gente aislada”.
FOTO: Agencia San Luis
