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Cuatro amigos fueron a caballo desde Mendoza a San Luis por una promesa

Unidos por la ganadería, anduvieron 350 kilómetros a caballo siguiendo las vías del tren, recorriendo estaciones abandonadas y caseríos por desaparecer.

Cuatro amigos, 7 caballos, 7 días de travesía, 350 kilómetros, una promesa. Así se puede resumir, en números, la experiencia que realizaron un cuarteto de mendocinos, que unieron Mendoza con San Luis a caballo con la excusa de cumplir una promesa. Lo hicieron siguiendo las vías férreas, encontrándose con lugares increíbles, como el caso de un pueblo al que solo le quedan tres habitantes.

Marcelo Aguado, productor ganadero, conocido porque fue uno de los voceros cuando los productores mendocinos necesitaban ingresar a San Luis al comienzo de la cuarentena y eran retenidos en la frontera, es uno de los que realizó esta marcha y compartió un generoso álbum de fotografías.

Marcelo contó que la idea la habían analizado los otros tres jinetes en esas semanas de 2020 y que quedó pendiente hasta el 23 de mayo pasado, cuando comenzó a concretarse, en plenos días de confinamiento. Aguando, con base en Junín, contó que sus dos amigos Julián y Orlando comenzaron la cabalgata el domingo 23, partiendo de su finca de Lunlunta, en Luján. En tanto que el otro amigo, Juan Manuel, salió de El Carrizal, acordando que Junín sería el punto de encuentro. Marcelo les dio alojamiento, comieron un asado esa noche y terminaron convenciendo al anfitrión para que se sumara a la partida.

Aguado se sumó en La Dormida, después de acomodar sus cosas. La ruta elegida fue simple: Las vías férreas la marcaron con exactitud. Después de todo, las rutas pueden viborear pero las vías tienen trazas mucho más directas, como si quien las hubiera planeado hubiera tenido un pulso mucho más firme.

Monte achaparrado, estaciones abandonadas, caseríos olvidados. Un paisaje de ausencia, entre angustiante y conmovedor. Pero, quizás, estaba cabalgata tenía un objetivo que los jinetes no sabían ni supieron nunca: pasar, descubrir el pueblito perdido de Mosmota, en la frontera entre Mendoza y San Luis, pero ya en territorio de esta última.

El pueblito de Mosmota creció junto a la estación del ferrocarril, que fue inaugurada en 1910. Está en territorio del departamento puntano de Juan Martín de Pueyrredón. Cuando se censó a su población por primera vez, en 1960. Vivían allí 112 habitantes y diez años después, en 1970, un total de 153.

Cuando en 1991 ya se presagiaba que el destino del ferrocarril no sería bueno, quedaban en Mosmota apenas 49 personas. En 2001 vivían allí 12 habitantes y en 2010 solo 9. Marcelo Aguado, en diálogo con Diario Uno, contó que hoy el presente de Mosmota «es una lástima. Solo quedan 3 personas. Esa gente está olvidada en ese pueblo. Ni luz hay, pese a que está aún el tendido eléctrico y hasta el alumbrado público».

Fueron 350 kilómetros de cabalgata. Fueron 7 días. Una experiencia única. Marcelo Aguado contó que «más allá de la aventura, da tristeza ver la cantidad de estaciones de trenes abandonadas y los pueblos desolados». Quizás haya que ir a Mosmota, a cada uno de esos lugares, ha buscar quien cuente esas historias y así asegurarse que nada desaparezca por completo.

Fuente: Enrique Pfaab, diario Uno, Mendoza.