Pocas actividades de las que comprenden a los agricultores familiares despiertan tanta pasión como la apicultura. En cada encuentro los productores intercambian impresiones, formas de trabajo, los beneficios y contras de la actividad y las curiosidades de la organización de la vida de un insecto tan particular y útil como es la abeja.
Lo dicho se pudo comprobar durante una capacitación apícola que se realizó el domingo en la Escuela N° 50Eulalio Astudillo de Quines. La organización estuvo a cargo de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación (SsAF), cuya coordinación provincial está a cargo de Marcos Gatica.
La convocatoria, que reunió a unos 20 participantes, se hizo con el título: “Proceso para la producción, cosecha y conservación de polen. Elaboración de propóleo”. Una apertura a la diversificación como alternativa a la habitual, que es la miel.
La mañana fue dedicada a un acercamiento teórico sobre las formas de obtener el polen y unas primeras herramientas sobre cómo se elabora el propóleo. El técnico en producción apícola Alberto Gil Valdez tuvo a su cargo la transmisión de conceptos, mediante el apoyo de imágenes y texto.
La apertura y coordinación de la jornada fue responsabilidad de Fermín Arce, técnico apícola de la SsAF. Por su parte, Marcos Gatica comentó a los presentes el apoyo que esta organización del Estado Nacional le da a la apicultura y a las demás actividades que desarrollan los agricultores familiares de la provincia de San Luis.
Después del corte del mediodía los participantes se dirigieron a un establecimiento donde se realizó una revisión de colmenas que fueron preparadas e intervenidas para la obtención de polen. En el lugar se hizo cosecha y se observó el comportamiento de las abejas.
Como había personas que recién se están iniciando en la actividad, se abrió un cajón para mostrar las partes que lo componen, el trabajo que realizan las abejas, la forma de separar el polen, la distinción entre lo que es una abeja obrera, un zángano y hasta se pudo visualizar a la abeja reina.
Al regresar al establecimiento escolar los participantes compartieron conceptos sobre la experiencia vivida a campo, mientras que los coordinadores volvieron a reforzar con sus explicaciones las observaciones realizadas en el apiario.
Para finalizar se entregaron certificados de cursada a los participantes.
El coordinador provincial de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación en San Luis, Marcos Gatica, resaltó la importancia que tienen este tipo de capacitaciones no sólo porque se transmiten conocimientos, sino porque “constituyen un espacio de encuentro entre productores y quienes se van a iniciar en la actividad e informarse sobre las novedades”.
Durante la jornada dialogó con los participantes de la capacitación a quienes informó sobre las herramientas que el Estado Nacional pone a disposición para la producción apícola en particular y de los productores de la agricultura familiar en general.
Las inquietudes de los productores van por la provisión de insumos para iniciarse en la producción de otros derivados de la apicultura, diferentes de la miel. Como en otras situaciones, el punto débil es la comercialización. En este sentido, Gatica informó a los presentes sobre las posibilidades de inscribirse en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar y en el Monotributo Social Agropecuario.
Los productores del sector tienen la posibilidad de blanquear su actividad a través de estas herramientas. “Esto les permite que estén visibilizados en su producción y puedan comercializar sin trabas”, afirmó el coordinador de la Subsecretaría de Agricultura Familiar.
Qué dijo el expositor
Alberto Gil, el expositor de la jornada, es oriundo de Villa Mercedes pero actualmente vive en Luján, al norte de nuestra provincia. Explicó que el objetivo de su disertación fue el de mostrar que hay otro tipo de producciones alternativas a la miel para trabajar en las colmenas, como son el polen y el propóleo. Ambos contribuyen a aumentar la rentabilidad de la producción apícola.
Hasta hace aproximadamente dos años Alberto tenía a la apicultura como primera producción. Ahora la tiene como una segunda actividad, aunque expresó su deseo de que vuelva a ser su primer factor de ingreso familiar.
Estima que para poder tener a la apicultura como primera producción familiar, en esa zona se necesitan instalar alrededor de 500 colmenas. Él realiza la actividad junto a su padre. Dos generaciones en la producción apícola. Su hijo, adolescente, también participó de la capacitación.
Se mostró complacido porque hayan participado varias personas que se están por iniciar en la actividad, como así también varios adolescentes. “Esto nos alienta a que la actividad tenga continuidad en el tiempo”, reflexionó.
La apicultura está muy afectada por factores externos e internos, como es el caso de los precios que se pagan por la miel, lo cual produce altibajos en el desarrollo de la actividad. “Necesita de mucha pasión”.
Fotos: Prensa SsAF San Luis.