Un espacio exclusivo para el Suelo y las Rotaciones de Cultivos, serán parte de Resiliar, dentro de las actividades del XXIV Congreso Aapresid.
El maíz, tendrá la oportunidad de mostrar sus brechas y potenciales rendimientos para las próximas campañas, dentro de una visión creciente en la demanda global de alimentos y las limitadas posibilidades de expansión de la frontera agrícola. Referentes y panelistas pondrán el marco para la discusión sobre intensificación de producción y siembra.
Un cambio en el escenario de las políticas productivas, vuelve a poner en relieve el manejo de rotaciones, y genera en el cultivo de maíz un escenario más rentable que la proyección de la soja para algunas regiones del país, en vistas a la próxima campaña. Bajo este marco y del 3 al 5 de agosto pr´ximo, el XXIV Congreso de Aapresid, llevará al intercambio, discusión y transferencia de conocimientos, la problemática del suelo y los cultivos, durante 3 días.
En la antesala del encuentro, varios especialistas coinciden que el cultivo de maíz, tiene un potencial de rendimiento extraordinario sobre cualquier otro grano, ya que su techo de producción podría acercarse a los 19 o 20 toneladas por hectárea.
Asimismo, destacan el enorme beneficio que otorga en la rotación, teniendo en cuenta el aporte de carbono, por medio de sus raíces y la generación de rastrojos. Es decir, la conformación de un suelo mucho más saludable, que le otorga una mayor productividad a los cultivos que siguen en una rotación, como la soja.
Así lo entiende el Dr. Gabriel Espósito, uno de los especialistas en producción de cereales de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), que ha reportado un incremento productivo de 4 a 8 quintales más de soja por hectárea, cuando el manejo cambió a soja sobre maíz, en detrimento de la variable más simple que es sembrar soja sobre soja.
“Argentina debe terminar con la anarquía productiva”, anticipó Espósito, agregando que muchas recomendaciones se siguen desoyendo, por encima de cada administración que tenga nuestro país.
Al mismo tiempo, resaltó que el agro debe empezar a comprender que la sustentabilidad es un solo concepto. “Hay 3 planos. Uno es el ecológico o ambiental, otra es la dimensión económica y el tercero pasa por el factor social. Si uno de estos no se cumple, es porque la degradación del ambiente no tiene esquemas de manejo para su recuperación; los productores no ganan dinero con lo que hacen y porque la sociedad que está inmersa en ese sistema productivo, no se desarrolla”, explica Esposito agregando que ésta es la gran deuda que tiene la Argentina.
Polémico y referente, afirma que Resiliar es la oportunidad para salir del concepto que sobre el campo, el productor puede hacer lo que quiere.
“En cualquier lugar organizado, como EE.UU., Australia, Canadá o la Comunidad Económica Europea, es el Estado quien fija una política agropecuaria, a partir de estrategias de sustentabilidad, mercado o sostenimiento de la independencia alimentaria. No se puede dejar abandonado a que el productor haga lo que quiere o lo que puede. Eso ya no pasa en ninguna región que produce de manera consciente, en el mundo”, concluye Espósito.
Último eslabón
Argentina no tiene registros históricos en materia biológica sobre sus suelos. Si presenta zonas como la región núcleo central, donde se puede dimensionar una alta presencia de materia orgánica, gran diversidad de microorganismos y productividad.
El análisis, corresponde al Dr. Luis Wall, investigador del Conicet sobre microbiología de suelos, que reconoce en las nuevas tecnologías la posibilidad real de detectar factores que indican variables en el manejo de suelos, por parte de los productores agropecuarios.
“Hoy podemos determinar, si la rotación de cultivos es bien realizada, para la salud del suelo. Es decir, evaluar si un productor avanza hacia sistemas productivos con sustentabilidad y proyección en el tiempo”.
Wall, afirma que esta ventaja no la tuvo Europa, ni otras regiones del mundo, donde los suelos están agotados y con un marcado desequilibrio para la naturaleza. También reconoce que han sido áreas donde se dificultó el aprendizaje, ya que se interpretó a la tierra, como un “florero”, donde crecían los cultivos y se le agregaban los nutrientes, fertilizantes y otra variada cantidad de productos, con reincidencia.
“Los suelos de Argentina, son sumamente fértiles. También los de la región compuesta por Brasil, Uruguay, Paraguay y otros países de Sudamérica. Son el área experimental del continente, ya que el resto del mundo siempre se ha manejado con labranza convencional y graves consecuencias”.
Durante su participación en el XXIV Congreso de Aapresid, Wall profundizará sobre la biotecnología y la expansión de la siembra directa. Una forma de ejemplificar, como un sistema, logra que se mantenga intacta la estructura del suelo, facilitando que las comunidades biológicas se desarrollen, establezcan sus comunicaciones y lazos hacia la fertilizad. “En definitiva, a la calidad del grano que se cosecha”, anticipó.
FOTO: Aapresid