“No quiero que mañana nos salgamos del debate y empecemos a hablar de hipótesis que ya descartamos; está hablando la ciencia y el que quiera dar una opinión contraria a lo que se ha dicho, tiene todo el derecho del mundo, pero le pedimos por favor que se tome el trabajo de hacer un planteo científico”. La advertencia la hizo el gobernador Alberto Rodríguez Saá cuando explicó aspectos políticos que adoptó su gestión para aplicar el “Plan de estabilización hídrica de la Cuenca El Morro”.
El que se quemó con una empanada sopla hasta la sandía, dicen en el campo. Para reforzar el concepto, el jefe del gobierno puntano recordó ante un repleto Teatro de la Casa de la Cultura de Villa Mercedes lo que le ocurrió hace poco más de cuatro años: “Los hombres de campo se van a acordar; estábamos en una exposición rural y el presidente de una institución planteó, Alberto, tenés de derribar los aviones que cortan la lluvia; lo estaba diciendo el presidente de una institución”.
Pareció mirar al grupo de gremialistas rurales cuando cerró la idea “Escuchame, los frentes de tormenta ocupan todo Sudamérica y no va a subir un avión a romper la tormenta tirándole sal. Además, esos días de tormenta el avión no puede subir y si lo hiciera por encima de las nubes, ¿cómo rompería una tormenta?”.
Por ello insistió en que si el tema de la Cuenca El Morro se discute de otra manera, será imposible acordar nada: “Me parece que no podemos entrar en ese nivel. Busquemos el nivel de la ciencia, porque la ciencia nos está diciendo lo que está pasando y el trabajo estará disponible para todos en Internet”.
El incidente al que aludió Rodríguez Saá ocurrió en un caluroso noviembre de 2011, un mes antes de terminar su anterior mandato como gobernador, cuando el entonces presidente de la Sociedad Rural puntana y actual titular de la Confederación Rural de San Luis, Raúl Foncueva, se despachó en su discurso inaugural de la muestra anual con un fuerte reclamo al mandatario para que investigara de una buena vez supuestos vuelos antigranizo, similares a los que utiliza Mendoza, culpables de una persistente sequía en el oeste arenoso.
El entonces gobernador había asistido al acto como invitado especial en reconocimiento a que San Luis fue la única provincia que apoyó formalmente el recamo de la Mesa de Enlace contra la Resolución 125 que aumentaba a 35% la retención a la exportación de soja.
La tribuna principal estaba ocupada por la crema de las poderosas asociaciones de criadores de las razas más numerosa del país y el entonces presidente de la Sociedad Rural Argentina Hugo Biolcatti junto al gremialismo regional.
Molesto y casi avergonzado, Rodríguez Saá tomó el micrófono e invitó a Foncueva a reunirse en la casa de gobierno: “Acerquémonos a la ciencia”. Dos días después escuchó de reconocidos referentes abundantes argumentos técnicos, científicos y militares en contra de la existencia en San Luis de supuestos aviones rompetormentas.
Rodríguez Saá le propuso entonces que cuando el pronóstico anunciara lluvias en los campos del Departamento Belgrano (donde abundan estas fantasías) que no se cumple y que coincida con el avistaje de aviones, radicaran la denuncia correspondiente para investigar. En doce años que lleva este reclamo nunca se registró denuncia alguna.
FOTO: Agencia de Noticias San Luis