Inicio Agricultura Suelo: Seis indicadores que definen la sustentabilidad de la producción

Suelo: Seis indicadores que definen la sustentabilidad de la producción

Sofía Gayo, del Departamento de Investigación y Prospectiva de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, presentó en el Congreso Aapresid los indicadores de sustentabilidad del sistema de producción argentino.

Según explicó, el objetivo es evaluar cómo nos estamos manejando en un marco de creciente producción, sostenida por nuestros suelos, que además debe ser sustentable y cuidar los recursos.

A nivel nacional, en los últimos 20 años creció la productividad del sistema argentino, que pasó de 2,73 toneladas de grano por hectárea en la campaña 2000/01 a 3,75 toneladas en la campaña 2018/19. Esto conciderando soja, maíz grano comercial, trigo, girasol, sorgo y cebada.

«Tenemos las herramientas para mejorar el manejo de los recursos, debemos generar la conciencia y sobre todo la adopción de las mismas», destaca la especialista de la entidad porteña.

Indicadores de sustentabilidad

Rotaciones

Gayo mostró que a lo largo de las últimas 10 campañas agrícolas la participación de gramíneas pasó del 27 al 41% del área sembrada.

Esta mejor relación aporta «un montón de beneficios al sistema».

De hecho, la estimación del Gobierno indica que la cosecha de maíz superó a la de soja por primera vez en los últimos 20 años. Cabe señalar que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca considera en la proyección al maíz para forraje dentro del planteo.

Siembra directa

Se trata de una técnica que se adoptó rápidamente en nuestro país en toda la superficie, siendo un desarrollo que ubicó a la Argentina en la vanguardia productiva a nivel global.

Cuando en la campaña 1996/97 la adopción de siembra directa a nivel nacional era de apenas el 5%, en el ciclo 2017/18 se estima que la adopción fue del 93%. Solamente se superó este nivel de adopción en la campaña 2010/11, cuando se realizó un 94% de la superficie con siembra directa.

La importancia de continuar bajo este sistema fue una de las frases destacadas en la apertura del Congreso de Aapresid, en la palabras del presidente de la asociación, Alejandro Petek.

Este sistema trae aparejada una notable reducción en la erosión del suelo, en donde la Argentina entre los principales países productores.

Cultivos de cobertura

La adopción de cultivos de cobertura viene creciendo en los últimos años pero es todavía una materia pendiente de mejora.

Sofía Gayo mostró durante la segunda jornada del Congreso que en la actual campaña que vamos dejando atrás (2018/19) un 13% de los productores los utiliza. Cabe señalar que en el ciclo 2014/15 apenas un 4% de los planteos de la Argentina tuvieron cultivos de cobertura.

«Hay mayor adopción, pero aún es baja. La idea es mostrar cómo mejorar», destacó la especialista.

Balances de nutrientes

En la campaña 2017/18 la reposición de nutrientes en la Argentina fue del 54%, es decir, por cada 100 kg de nutriente extraído se repusieron 54 kg, lo cual implica una mejora de 13 puntos porcentuales en relación a los valores alcanzados en la campaña 2016/17.

La soja, es el cultivo que más nutrientes extrajo y el que menos porcentaje de reposición presentó. Trigo y maíz tuvieron una nutrición más balanceada, con valores de reposición superiores al 60%.

Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires destacan que este salto en la reposición de nutrientes se debió fundamentalmente a la merma que impuso la sequía a la producción y extracción de nutrientes. Si se excluyera el efecto de la sequía el porcentaje de reposición sería de 42%, una mejora de sólo 1 punto porcentual en relación al valor registrado en el ciclo previo.

Esto quiere decir que, en la última campaña, junto con la cosecha de grano se exportaron 1,79 millones de toneladas de nitrógeno, fósforo y azufre. La extracción de los tres nutrientes por hectárea cosechada se redujo en relación al ciclo previo.

Análisis de suelos

En el muestreo de suelos, si bien hay mayor adopción, aún es baja viendo el sistema completo. Un 19% de los productores realiza análisis de suelo en la actualidad, contra apenas un 10% en la campaña 2014/15.

«En función de lo que vemos en los últimos años, se observa una buena difusión para crear  conciencia que permita mostrar los beneficios concretos que dejan estas prácticas», destaca Gayo.

«Tenemos las herramientas para mejorar, el tema es poner foco en la adopción de las mismas», agrega.

Nivel tecnológico

Desde la primera medición, en la campaña 2010/11, la adopción fue cayendo «en un contexto que no ayudaba». Luego, hubo un cambio de escenario 2016/17, cuando se quitaron las retenciones: «Fue un gran incentivo para los productores», destaca Gayo.

Con la incorporación de gramíneas en los planteos los niveles se fueron recuperando hasta la campaña 2017/18.

En esta última campaña (2017/18), el área implantada bajo siembra directa aumentó al 93%, el consumo total de fertilizantes se incrementó un 4 % respecto al ciclo anterior y el uso de materiales de siembra de maíz, soja y girasol con tecnologías asociadas al control de malezas y/o insectos registró un nuevo aumento. Además, solamente el 33% de los productores de maíz realizó refugio.

Este indicador se trabaja sobre 6 cultivos de grano y 17 zonas agrícolas: «Si bien los datos son nacionales, es interesante hacer el análisis regional».

Igualmente, si bien viene creciendo, «todavía hay una brecha para cerrar, ya que los niveles medios siguen dominando el escenario productivo». Si se cierra la brecha se vería reflejado en una mayor producción.

En septiembre se van a presentar las proyecciones para la campaña gruesa, y allí se conocerá la tecnología aplicada en la campaña 2018/19 y se planteará el escenario para el nuevo ciclo.

Fuente: Agrofy News