El moscardón caza abejas que había aparecido en apiarios de la zona de Villa Reynolds, próxima a Villa Mercedes, no extendió su presencia en otros lugares de la provincia y fue eliminado a través de diferentes métodos por los especialistas y los apicultores.
En nuestra edición del 3 de febrero el ingeniero agrónomo y especialista en apicultura, Guillermo Cozzarín, informó y puso en alerta a los productores sobre la presencia de este insecto en dos de cuatro apiarios en Villa Reynolds.
Es muy peligroso para la producción apícola dado que ataca exclusivamente a la abeja. Corta la cadena de comunicación entre ellas, lo cual implica que gran cantidad permanezcan a la espera de una señal de la abeja que debiera llegar con el néctar a la colmena para emprender la salida. Señal que nunca llega porque el moscardón ataca al vuelo cuando ésta regresa cargada con polen.
En la provincia de Buenos Aires se han comprobado pérdidas de entre el 20 y 30 por ciento de la producción por el ataque de este insecto, lo cual encendió la alarma de los productores y especialistas de San Luis al aparecer por primera vez en la historia de la provincia.
Después de quince días de transcurrido el primer toque de alarma, El Semiárido consultó a Guillermo Cozzarín para conocer la respuesta que habían tenido por parte de los productores, por un lado, y si se había extendido la plaga por otras partes de la provincia, por el otro.
El ingeniero agrónomo explicó que la respuesta había sido dispar. No obstante recibieron varias muestras que fueron analizadas. “Por suerte ninguna de ellas perteneció al moscardón. Llegaron muestras de la denominada mosca ladrona, que también ataca a la abeja, aunque no exclusivamente”, informó.
La mosca ladrona actúa en forma similar, pero ataca a muchas especies por tanto no pone en peligro a la abeja y no forma agrupaciones importantes alrededor de la colmena. También es parecida al moscardón en sus formas.
“Por ahora parce que ha quedado circunscripto a esa área. No tuvimos reporte positivo de otros lugares de la provincia como tampoco de las fotos y de las muestras que recibimos”, afirmó el ingeniero Cozzarín.
Desde hace una semana no se han visto ejemplares en la zona donde llegaron y comenzaron a atacar a las abejas.
¿Cuál fue el tratamiento? Se pulverizó con químicos la zona donde se encontraba la colonia de moscardones. Para ello se tuvo especial cuidado para que el líquido no invadiera las colmenas.
“Hicimos aplicaciones de insecticida cada cinco días, alrededor del apiario y en horas de la madrugada, con mucho cuidado para que no derivara hacia las colmenas”, relató. Se hace a esa hora porque el moscardón permanece inmóvil y como no hay viento no hay deriva hacia el apiario.
A estas aplicaciones se sumó el trabajo de eliminación manual de los adultos. Esta acción también se realiza de madrugada, dado que el moscardón permanece inmóvil.
De esta forma se pudieron eliminar todos los insectos. Al menos hasta que fue redactada esta información. No obstante se recomienda a los apicultores que permanezcan con atención sobre la vida alrededor de los apiarios.
El apicultor debe buscar al moscardón cerca de las colmenas. Está siempre al acecho en las zonas altas. Puede verse en la parte de arriba de los arbustos o malezas, o en las ramas de un caldén o de otros árboles cercanos.
Por eso, en zonas donde es común su presencia, se colocan las colmenas rodeadas de césped, en terreno limpio, para evitar el ataque. En la mañana temprano no se mueve por tanto es fácil agarrarlo. También se pueden buscar sus huevos, por lo general colgados de un alambrado en ristras compactas y bien visibles, se los moja con kerosén. El modo de combatirlo es artesanal.
No se recomienda pulverizar sin supervisión profesional porque puede actuar sobre las colmenas. De allí la necesidad de monitorear y, en caso de combatir, hacerlo en forma artesanal, focalizada.
Producción: El Semiárido
