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Hay doce cultivos de economías regionales en crisis

La mayor parte de las producciones agrícolas regionales atraviesan situaciones críticas en Argentina. Según el informe periódico realizado por Coninagro a partir del relevamiento de 19 actividades en todo el país, en noviembre, 12 de las actividades presentaron luces rojas, 5 de ellas, amarillas y apenas 2, verdes.

El algodón, el arroz, la avicultura, los cítricos, la producción forestal, los granos, la leche, la mandioca, la miel, los ovinos, el tabaco, y el vino y mosto, fueron las economías en crisis que mostraron la luz roja.

El amarillo de advertencia se encendió para los bovinos, hortalizas, papas, peras y manzanas, y porcinos.

Mientras que en verde quedaron la yerba mate y el maní, aunque este último cultivo merece un análisis aparte (ver abajo).

El resultado del Semáforo de Economías Regionales de noviembre elaborado por la entidad que agrupa a las cooperativas agropecuarias no muestra los efectos de la devaluación que tuvo lugar en diciembre. En ese sentido, Coninagro advirtió que «en los próximos meses comenzará a verse los efectos tanto en los costos, en los ingresos y en los mercados de referencia».

«Las subas de precios al productor por encima de la inflación se observa sólo en ocho actividades, pero la cuenta a pagar también se hace más grande: los costos se mueven por encima de la variación interanual de los precios, en diez actividades», señaló Coninagro.

En el undécimo mes del año, los volúmenes de producción, superficie y stock estimada es menor que la campaña anterior en diez actividades debido a que aún no se ha superado el efecto de la sequía.

En tanto, las exportaciones se recuperaron solo en cinco economías.

Maní

Un capítulo aparte del informe lo mereció el maní. El cultivo, que se realiza fundamentalmente en la provincia de Córdoba, estuvo afectado por la sequía y la campaña previa dejó una escasa cosecha. Y su producción requiere inversiones dolarizadas en tecnología que no se pueden posponer. «El gasto directo suele ser casi dos o tres veces el de un maíz de alta tecnología. Y los alquileres, a su vez, tienen valores superiores a otros cultivos», explicó Coninagro.

Más del 90 por ciento del maní se exporta ya sea como grano para consumo directo o industrializado, como aceite, harina o pasta, atravesando procesos de limpieza, descascarado y clasificación. Como no puede almacenarse durante varios años, la comercialización se gestiona a la par del cultivo.

Los precios del maní, principal variable de los ingresos de los productores, se determinan internacionalmente y hubo grandes caídas en la postpandemia, además la cosecha argentina tiene estacionalidad. Por eso, las variaciones en el tipo de cambio y de las alícuotas a los derechos de exportación se traducen en forma directa a los precios. La decisión del gobierno nacional de fijar retenciones del 15 por ciento a esta producción causa preocupación.

«Esta cadena, en caso de contar con un 15 por ciento de derechos de exportación, como se ha anunciado, pese a ser una economía regional, se espera que genere rentabilidad negativa adicional en toda la cadena, justo a mitad de la campaña», remarcó Coninagro. «Un desincentivo de este tamaño generará una pérdida de producción posterior y de mercados, arrastrando eslabonamientos con los sectores de servicios y tecnología», señaló la entidad.

Cabe aclarar que en el Semáforo de Economías Regionales de noviembre, el maní aparece en verde, siendo una de las pocas actividades que ha mejorado sus indicadores: seis meses atrás estaba en rojo. Pero «esta es la foto de los datos a noviembre, hacia adelante habrá que medir de nuevo», con el nuevo esquema de retenciones, indicó Coninagro.

Clarín.