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Egresados y docentes de Agronomía de la UNSL, con acceso directo a seis países

Susana Bologna, directora del Departamento de Ciencias Agropecuarias de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA-UNSL)

Los egresados y docentes de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) están habilitados desde 2017 y por seis años a realizar trabajos profesionales, entrar en convenios o acceder o subsidios en forma directa en Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile.

Este gran salto en los estándares académicos y científicos reconocidos llegó luego de superar una difícil evaluación internacional a la que se sometió voluntariamente esta carrera y con la que logro la acreditación de Ingeniera Agronómica para el MERCOSUR, según las exigencias del Sistema ARCU –SUR, por un periodo de seis años, como publicó  recientemente El Semiárido (https://www.elsemiarido.com/la-carrera-ingenieria-agronomica-de-la-unsl-fue-acreditada-para-el-mercosur/).

Con más de 43 años en la provincia, la UNSL es la entidad universitaria más antigua de San Luis y esta es la segunda carrera entre las 83 que ofrece la casa de estudios, después de Ingeniera Electrónica,  que obtiene la acreditación formal para actuar en seis países de la región, según recordó en una entrevista con este medio Susana Bologna, directora  del Departamento de Ciencias Agropecuarias de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA).

Este reconocimiento, explicó, es el resultado del proceso de evaluación mediante el cual se certifica la calidad académica de las carreras de grado, estableciendo que satisfacen el perfil del egresado y los criterios de calidad previamente aprobados a nivel regional para cada titulación.

El grupo de visita integrado por los Pares Evaluadores Ana Lidia Frey (Argentina), Eduardo Andrés Oyanedel Moya (Chile) y la Técnica CONEAU, Beatriz Laura Crotti, evalúo cuatro dimensiones: contexto institucional,  proyecto académico, recursos humanos y la infraestructura, que incluyo intensas entrevistas a los alumnos de cada curso, todos los docentes, los no docentes como personal de campo y con los graduados.

El camino a recorrer para llegar a esta meta no es para nada sencillo, ya que a Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau) tiene como obligatorias las acreditaciones de las carreras declaradas de interés público, como lo es Agronomía por su impacto  social y ambiental que tiene al trabajar con los recursos naturales bajo criterios de sustentabilidad.

Desde hace quince años esta carrera está obligada a presentarse a la acreditación, recodó Bologna. La FICA acreditó dos veces por un lapso de tres años cada una y la tercera, en el segundo llamado ocurrido en 2014, se postularon y la obtuvieron por seis años, que es lo máximo a lo que se puede aspirar dentro del territorio nacional, y cuya notificación oficial llego el año pasado.

“No terminábamos de festejar este logro, alcanzado después de un  proceso impresionante de trabajo que involucró tareas internas de los docentes, que llega la propuesta del ARCU-SUR”, dijo la directora,un sistema de acreditación regional de carreras universitarias, que lo integran el MERCOSUR conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más Bolivia y Chile  como estados asociados. Esta acreditación es voluntaria, aunque el requisito es estar reconocida por la Coneau.

La invitación le llegó al rector de la UNSL, Félix Nieto Quintas, quien junto con el decano de la FICA,  Daniel Morán ofrecieron todo el apoyo para emprender el desafío: “El esfuerzo fue enorme porque recién veníamos de otro esfuerzo grande con la acreditación nacional”.

Esta acreditación requiere estándares mucho más altos que los nacionales. Esto no da directamente la validez del título en los otros países, sino que dentro de los acuerdos bilaterales y multilaterales los profesionales que vayan a esos estados  estarán habilitados para trabajar: “Esto nos da una movilidad estudiantil  y de docentes directa entre esos países, incuso para entrar en convenios y subsidios; esto estandariza el nivel académico y científico de los títulos de Agronomía en esos seis estados”.

Un gran trabajo previo

El trabajo desplegado para llegar al MERCOSUR tiene dos partes. Primero una autoevaluación  y luego una evaluación externa. La primera se trató de escribir un documento  de más de quinientas hojas, previo elevamiento de la totalidad de los datos que posee la cerrera provistos por docentes, alumnos y graduados.

También requirió poner en condiciones muchos detalles de la infraestructura, que para los estándares nacionales los  cumplen, pero para los internacionales no, en especial medidas de seguridad en aulas, laboratorios, biblioteca, entre otros.

Luego llegó la evaluación externa. Pares de otros países se instalaron en la Facultad  tres días, encabezados por un exigente chileno, para cotejar si lo escrito en la autoevaluación era real.

Un paso crucial fue superar las entrevistas personales, recordó Bologna: “Con los graduados logramos una excelente convocatoria, ya que asistieron 42 egresados en los últimos cinco años: En el documento destacaron la coherencia observada  entre lo que dijeron los alumnos y los graduados”.

La lupa de la visita internacional también se posó sobre un aspecto en el que los alumnos “estuvieron muy firmes”. Ingeniería Agronómica de la UNSL tiene una característica  que la distingue de otras carreras de Agronomía de universidades grandes, como Córdoba o Río Cuarto, que poseen campos experimentales muy grandes, de 500 y 300 hectáreas respectivamente.

La UNSL no tiene campo experimental propio, sino solo 18 hectáreas donde se hacen las prácticas  es escala pequeña, describió la directora: “Tenemos otra visión, que en lugar de tener nuestro campo y hacer  todo allí, posemos convenios con los productores de la provincia, los de gran escala, medianos y chicos.- Nuestro argumento es que es mejor eso que tener un campo experimental, que tiene grandes complicaciones y costos para mantenerlo todo el año”.

Los alumnos van a los escenarios reales. La carrera tiene cinco convenios fuertes, donde cada productor le asigna una cantidad de hectáreas específicas para realizar trabajos prácticos e investigación: “Los estudiantes defendieron a capa y espada este esquema de trabajo, porque además tienen acceso a las últimas tecnologías aplicadas”.

Además, el valor agregado que destaca de este sistema es que cuando los estudiantes se reciben tienen dónde buscar trabajo por los productores ya los conocen.

La carrera de Agronomía se destaca también por la relación casi personalizada entre docentes y estudiantes, un aspecto que la diferencia de las mismas carreras ofrecidas en universidad más grandes.

Bologna dijo que este año aumentó el número de ingresantes, entre ellos dos ecuatorianos, mientras que de Argentina llegaron de Formosa, Córdoba, San Rafael, Rufino y de San Luis, mayormente desde las localidades donde funcionan escuelas agrarias.

Una comisión que se echó al hombro un pesado trabajo

Una comisión de autoevaluación trabajó en todo este proceso, bajo la coordinación de la ingeniera agrónoma Elba Gabutti, vicedirectora del Departamento de Ciencias Agropecuarias.

Los siguientes son nombres de los que integraron la Comisión de Autoevaluación:

Elba Graciela Gabutti, Coordinadora General; Olga Marcela Ruiz, Coordinadora de Contenidos; Franco Morano, Coordinador Informático; Javier Alejandro Carletto, Secretario de Planeamiento, y Susana Beatriz Bologna, Directora Departamento de Ciencias Agropecuarias

Integrantes: Nora Raquel Andrada, Emmanuel Fernando Bacha, Angélica Sandra Escudero, Marisa Mariela Garbero, María Magdalena Hellmers, Cecilia del Valle Lartigue, Nora Angélica Martínez, Silvina Elena Mercado, Mercedes Josefa Liliana Privitello, Andrea Mariela Quiroga, Mónica Beatriz Romero, Elena Gloria Scappini y Patricia Estela Verdes.

Asesor General, Daniel Elso Morano;apoyo administrativo, Silvia Susana Miolano.

Foto: El Semiárido