Por Roberto Vinuesa
Aburre tener que ocupar tiempo en escribir nuevamente sobre el necesario respeto al libre acceso a la información pública.
Molesto por haber hecho públicas las sospechas que desde el Ministerio de Desarrollo Productivo se brinda protección política a quien está fuera de la ley en materia de faena bovina, el jefe de esa cartera, Federico Trombotto, ordenó a su operador de prensa descalificar la condición de periodista de quien esto escribe.
En los 14 meses de gestión del actual gobierno, este medio consiguió sólo tres entrevistas, aunque ninguna con el ministro, que sistemáticamente se negó a concederlas y mucho menos a tocar temas delicados.
Atravesado por múltiples internas y carente de conducción orgánica, fue desde el mismo ministerio que se filtró el malestar por la orden que se dio de no publicar el procedimiento realizado en una planta de faena ilegal instalada desde hace varios años en Renca, de la que se decomisó una cantidad no revelada, pero importante de medias reses.
Utilizar la figura del “off de récord” es válido cuando la fuente es responsable y creíble y más cuando está en peligro, por ejemplo, la salud pública. Y con más razón cuando se tiene la certeza de que hay un deliberado ocultamiento.
Cuando este medio quiso confirmar y ampliar esta información, el encargado de prensa de ese ministerio, Augusto Ricci, respondió “en nombre del gobierno” y se tomó la licencia para dar consejos sobre cómo hacer periodismo, pero nunca desmintió ni aclaró por qué se escondió información sensible. También sabemos que esa pluma no es del ave.
Solo alcanza con leer la respuesta que recibió El Semiárido para dimensionar el desinterés de esa oficina pública por llevar tranquilidad a quienes venían consumiendo cortes bovinos con dudosa sanidad comercializados mayormente en el Valle del Conlara. Lamentable.
