Inicio Agricultura Profesionales de San Luis dirigen un ambicioso desarrollo ganadero en San Juan

Profesionales de San Luis dirigen un ambicioso desarrollo ganadero en San Juan

El ingeniero agrónomo Adrián Bona y el veterinario Martín Puigdellibol fueron aportados por la Universidad Católica de Cuyo local. El proyecto comenzó hace cinco años en el valle de Jáchal con fondos de la minera Barrick. La meta es producir el 32% del consumo de carne vacuna de la zona, abastecido hoy por tres provincias.

Equipo. Adrián Bona con directivos de la UCCuyo y productores de San Juan.

Dos profesionales de San Luis aportados por la Universidad Católica de Cuyo son los responsables técnicos de un avanzado desarrollo ganadero iniciado hace ocho años en la zona de influencia de la localidad de San José de Jáchal, en la provincia de San Juan, cuya meta es producir el 32 por ciento del consumo local de carne, que hoy se abastece con más del 90% de cortes de Buenos Aires, Entre Ríos y Córdoba.

La iniciativa y el aporte económico fueron de la compañía minera Barrick Gold, que llegó a San Juan en 1994 y que en 2000 terminó de elaborar el proyecto con el asesoramiento y extensos recorridos previos por las zonas ganaderas realizados con los profesionales puntanos Adrián Bona, ingeniero agrónomo que hoy dirige la implantación de pasturas, y Martín Puigdellibol, veterinario de la parte reproductiva del proyecto.

En la iniciativa ya están involucrados unos 200 productores, integrados en la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos (APAG), que conforman un rodeo de 2.500 cabezas, logradas en cinco años con la entrega sin costo y a cada uno de 20 vacas puras preñadas y un toro también puro Aberdeen Angus.

Orgulloso de ser parte de un plan a gran escala que no solo abarca lo productivo, Bona contó a El Semiárido cómo fue el primer paso: “Realizamos un trabajo previo muy importante, con talleres para identificar los problemas al interior de cada establecimiento y los del grupo en general y con ello, definir las metas y alcances del programa”.

Con la introducción de nuevas variedades de forrajeras y el aporte de segadoras y rotoenfardadoras para hacer reserva de alimentos en rollo pasaron de dos a cinco animales por hectárea.

Para seleccionar al grupo de ganaderos realizaron una minuciosa encuesta que contempló información sobre capital inicial, superficie, experiencia en la producción, y nivel de instrucción, entre otros aspectos. Poco después entró al proyecto el municipio de Jáchal, donde construyen un frigorífico con aportes del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

El plan de reconversión productiva se desarrolla en una zona donde hasta la década del 90 se producía cebolla, maíz y pasturas para bovinos y, mucho antes, importantes cosechas de membrillo. En 2000 la Barrick construyó una sede social para la APAG y un mercado concentrador para la venta de productos locales.

La capacitación y el aporte de tecnología ya dan los resultados esperados: los rendimientos de maíz rondan entre los ocho y diez mil kilos por hectárea y la conversión de pasto en carne supera el 30 por ciento. Y la genética también aporta lo suyo. Según Alfredo Rodríguez, presidente de la APAG, los animales con genética terminados en feedlot salen entre 30 y 35 días antes que los vacunos cruza. Están terminando con esta intención un feedlot comunitario, opcional para los ganaderos que opten por este sistema para terminar novillos destinados al consumo local.

La carga animal pegó un salto importante desde que Bona y Puigdellibol llevaron sus conocimientos. Pasaron de dos animales por hectárea a cinco con la introducción de nuevas variedades de forrajeras y el aporte de segadoras y rotoenfardadoras para hacer reserva de alimentos en rollo.

En 2011 la preñez era del 65 por ciento y hoy estamos por encima del 82 por ciento; cambiamos prácticas culturales centenarias muy arraigadas, como el entore, que se hacía todo el año, y hoy se practica en tres meses.

Bona relató además que mejoraron el sistema de almacenamiento y distribución de agua, ya que el valle está casi todo bajo riego: “Instalamos un sistema de caudal discontinuo que se adaptó fácilmente a la escala de cada productor; con ello logramos un uso más racional del agua, con una eficiencia del 70%, y pudimos realizar entre 7 y 8 cortes de alfalfa en verano”.

También con aporte de la minera y algo del gobierno provincial, la asociación de productores tiene dos tractores con alta tecnología, maquinaria para pasturas y ensilado de maíz, implementos agrícolas de uso común, semillas de alfalfa y maíz y materiales para construir corrales.

El aspecto reproductivo alcanzó los logros esperados, según su asesor Puigdellibol: “En 2011 la preñez era del 65 por ciento y hoy estamos por encima del 82 por ciento; cambiamos prácticas culturales centenarias muy arraigadas, como el entore, que se hacía todo el año, y hoy se practica en tres meses”.

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Bona y Pugdellibol con ganaderos de Jáchal.

De todos modos, están incorporando gradualmente la inseminación artificial, una tecnología poco conocida en la ganadería sanjuanina, acompañada del uso del boyero eléctrico alimentado con pantallas solares para un pastoreo rotativo intensivo.

1 Comentario

  1. Buenos dias;muy interesante el articulo de la ganaderia,esos proyectos se podrian hacer en otro valle cordillerano de san juan, como es barreal calingasta,ya que yo formo parte de un grupo pequeño de prodoctores sin asesoramiento,desde ya muchas gracias.
    Saludos Atte