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Manejo de malezas y herbicidas en San Luis: los coadyuvantes en las pulverizaciones agrícolas

Por el Ing. Agr. Jorge Alberto Garay, Manejo de malezas y herbicidas, Grupo de investigación en Producción agrícola. INTA San Luis

Para poder lograr la mayor eficiencia en las pulverizaciones agrícolas, hay que tener en cuenta lo que se denomina 5P: plaga, producto, planta, pulverizadora y pastillas. Pero aunque esto ocurra, se estima que la aplicación de fitosanitarios, constituye el eslabón más débil de todo el proceso de producción agrícola, alcanzando en el mejor de los casos una eficiencia cercana al 70%.

Una aplicación de calidad o efectiva es aquella en el que el mayor número de gotas alcanza el objetivo o blanco, la cobertura es homogénea y la persistencia de la gota es suficiente para que ejerza su acción biológica.

Debemos conocer muy bien la plaga a controlar (maleza, insecto y/o enfermedad); el producto, haciendo la mejor elección del mismo en cuanto a eficiencia,  momento y dosis de uso, es acá dónde en la mayoría de los casos hay que utilizar coadyuvantes; la planta, conociendo sus características y fenología; la pulverizadora, que esté correctamente calibrada y todos sus componentes funcionen en forma adecuada y la pastilla que sea la que corresponde en cuanto a tamaño de gota, caudal, presión y ángulo de trabajo.

Los coadyuvantes intervienen acompañando al producto/s aplicado, para mejorar su performance y vencer: la barrera de la aplicación (antideriva y antievaporante); de la absorción (tensioactivos, humectantes y penetrantes) y de la degradación (correctores de ph, secuestrante de cationes, etc), también se emplean otras sustancias que tienen la función de limpiar los tanques y actuar como emulsificantes y antiespumantes.

En la aplicación de herbicidas para el control de gramíneas y latifoliadas, el tensioactivo y penetrante resulta fundamental para los casos donde se requiere penetrar superficies pilosas: Gramilla, Cynodon hirsutus, Falso alcanfor, Heterotheca latifolia, Quinoa, Chenopodium álbum,  Rama negra, Conyza bonariensis y Yuyo colorado, Amaranthus quitensis.

Con respecto al agua que es usada como vehículo en las aplicaciones, puede ser alcalina, es decir con ph mayor a 7 y también, según diferentes zonas, puede contener cationes de calcio y magnesio junto a otras sustancias, que inactivan algunos fitosanitarios. La mayoría de los agroquímicos se desempeñan con mayor efectividad  cuando el ph es ácido.

Las reacciones químicas que se producen en aguas duras y alcalinas dan origen a sales insolubles que precipitan en el tanque de los equipos pulverizadores ocasionando no sólo problemas de obstrucciones de filtros y/o pastillas, sino que además arrastran parcial o totalmente el principio activo quitándole eficacia al caldo de aplicación.

Dado que la dureza depende de  la concentración de dos cationes, calcio y magnesio, se la suele expresar en equivalente a carbonato de calcio (CaCO3), y ese valor recibe la denominación de dureza total. Así por ejemplo, un agua con 285 ppm de Ca y 131 ppm de Mg, tiene una dureza total de 1237 ppm CaCO3 (=2.5 x 285 + 4 x 131). Para reducir la inactivación de Glifosato (cuando trabajamos con aguas duras) resulta conveniente reducir el volumen de aspersión, utilizar aguas de baja dureza total o incrementar las dosis del herbicida. Ejemplos para insecticidas lo constituyen el caso del fosforado Clorpirifós y el piretroide Cyflutrin. Puede apreciarse como la vida media del fosforado se incrementa sustancialmente de 1 a 35 días cuando el pH baja de 8 a 7; y como el piretroide lo hace desde 1, 20 y 120 días cuando se modifica el pH desde 9, 7 y 4 respectivamente. (Pedro Leiva, INTA Pergamino)

A medida que acidifico el agua, extiendo su vida útil. En control del sorgo de Alepo con Roundup, sin corrector (PH 8) tiene 50% de efectividad,  con un PH 5 llega al 95%”.

Una vez retenida la gota por el vegetal, tiene que ser absorbida venciendo la barrera de la cutícula y luego translocada hasta llegar al sitio de acción, a través de ese camino la planta va poniendo sus propios impedimentos (capas cerosas difíciles de atravesar, conjugación, hidrólisis, etc.). Para contrarrestar esta barrera, existen coadyuvantes que “ablandan” la zona de la cutícula para que los herbicidas puedan atravesarla sin inconvenientes y así de esta forma alcanzar la membrana celular en dónde ejercen su modo de acción.

Sulfato de amonio

El uso de sales de amonio ha demostrado mejorar la eficiencia de algunos herbicidas, por ejemplo de los Glifosatos comunes que no traen coadyuvantes en su formulación. Se los consideran activadores fisiológicos de las malezas que permiten que las moléculas de herbicida ingresen rápidamente y se transloquen por la misma observando en el corto plazo un efecto de quemado general. Las evidencias sugieren que el sitio de acción como coadyuvante de la sal de amonio es a nivel de la membrana celular. Aparentemente beneficia a los herbicidas relativamente polares como Glifosato, bentazón, clorimurón, imazapir, etc. Se destaca que el sulfato de amonio líquido es efectivo para control de malezas difíciles aún para aguas de baja dureza, tanto por el efecto acidificante del sulfato residual, como por la presencia del amonio, que acelera la absorción.

Existen otras sustancias coadyuvantes que son los aceites, dentro de estos tenemos aceites minerales y aceites vegetales, que tienen la función de ser humectantes, penetrantes y antievaporantes y se utilizan principalmente con los herbicidas graminicidas y cuando las condiciones ambientales de humedad relativa son desfavorables para una aplicación.

En relación a  los coadyuvantes antiderivas del mercado, el efecto reductor se genera a causa de un aumento en la viscosidad del caldo de aplicación, que deriva en un aumento en el tamaño de las gotas, evitando de esta manera el desvío o traslado de las mismas lejos del objetivo o blanco, este fenómeno también se puede lograr con el cambio de pastillas o modificación de la presión.

Teniendo en cuenta esto último es importante aclarar que todos los reductores de deriva deben utilizarse en situaciones particulares como por ejemplo aplicaciones periurbanas, para evitar cualquier tipo de contaminación y en situaciones donde el viento sea una real limitante para realizar las aplicaciones.

Como conclusión podemos decir que la calidad de una aplicación depende de varios  factores que son variables. Tener en cuenta estos aspectos permitirá ubicar los productos en el blanco deseado disminuyendo el perjuicio ambiental, de poblaciones aledañas, de operarios y de cultivos sensibles cercanos al lote aplicado. Por lo tanto, cada aplicación tendrá condiciones particulares que deberán ser tenidas en cuenta para maximizar la eficiencia y efectividad del trabajo realizado.

Adaptado de: Gota protegida. Aplicaciones agrícolas de calidad y uso de coadyuvantes de última generación. Rizobacter.