El escepticismo sobre el contexto político en el que están viviendo y el futuro que avizoran los productores agropecuarios y la dirigencia del sector relacionado con las sociedades rurales del interior del país agrupadas en CRA, se puede resumir en las palabras del vicepresidente de Cartez, Javier Rotondo.
Cuando El Semiárido le preguntó cuál era el plan B de los productores ante lo que se observa se encamina a una posible derrota política del actual gobierno, fue claro y contundente: «Te voy a ser franco, el plan «B» de los productores es rezar» y reiteró como lo había hecho en una entrevista anterior que «el productor se encuentra en una encrucijada» entre dos opciones con las cuales en ningún caso resultó favorecido.
Rotondo consideró que los discursos de Gabriel de Raedemaeker y de Pablo Bianchi en la ceremonia central de la Fiesta del Ternero fueron «una semblanza clara de lo que vivimos, sentimos y lo que nos está pasando».
Aclaró su concepto al explicar que el sector agropecuario al que pertenece apoyó el proyecto de cambio político del actual gobierno, aunque la coyuntura y las dificultades hicieron que se dejaran de lado las cosas buenas que se habían hecho para «pasar a viejas recetas que fracasaron», al aludir a la reimplantación de las retenciones.
Esas medidas generan una «gran fuga de recursos desde el interior productivo hacia las capitales y hacia otros sectores», completó.
En su reflexión, el ahora ex presidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto, dado que fue sustituido por otro par en la asamblea de la semana pasada, se quejó porque «el tiempo sigue pasando y no encontramos en la Argentina ese cambio de paradigma de dejar de vivir de prestado y el populismo, para pasar a ser una república seria y vivir del trabajo el esfuerzo y la producción como la que estamos viendo hoy (en alusión a los productores que presentaron los terneros en el encuentro de Villa Mercedes)».
Puso énfasis en lo que cuesta hacer un ternero, en el tiempo que insume llevarlo a su kilaje de destete en un mercado actual «muy deprimido» para lo que debería valer el esfuerzo del productor. «Esas variables – explicó- hacen que estemos preocupados».
A ello se suma que este es un año electoral donde «hay inercia y se piensa en los fríos números de las encuestas y en los resultados». No obstante se mostró esperanzado en la gran cosecha que se avecina para revertir algunos aspectos de la realidad que golpea a gran parte de la población.
A la luz de los fracasos económicos del actual gobierno y de que las encuestas electorales a medida que corren los días lo ubican perdedor, como también ya lleva perdidas varias elecciones de las provincias, El Semiárido le preguntó a Javier Rotondo si no tenían pensado un plan «B» para negociar con la dirigencia que pudiese ejercer en un próximo gobierno que -probablemente- no sea del mismo signo que el actual.
Su respuesta fue contundente: «Te voy a ser franco, el plan «B» de los productores es rezar. Y no lo digo por oficialista, sino porque no vemos en ningún sector del arco opositor una actitud de búsqueda de consenso. Nos parecen bajos intereses electorales.»
Basó su concepto en que los actuales actores de la oposición «fueron parte del despilfarro y de este Estado macrocefálico». Por ello, el dirigente agropecuario se mostró muy descreído de lo que puedan hacer un futuro gobierno distinto del de Mauricio Macri.
De acuerdo con sus palabras se plantea más un dilema que un problema. ¿Por qué? porque la encrucijada es entre «apoyar a un modelo que empezó de una manera y que está demostrando que es otro y que no puede encontrar el camino, o viejas recetas encarnadas en nuevas propuestas». Dicho de ese modo será difícil que el productor agropecuario encuentre un palenque donde rascarse.
finalmente Rotondo dijo que el sector al que representa ha tomado el «diálogo constructivo» como una bandera, aunque reconoció que «se nos pasa la vida dialogando, las respuestas no llegan y los actores que se están posicionando no creemos que sean quienes van a traer los cambios que necesitamos».
Producción de El Semiárido