
No sólo en palabras el ministro de Agricultura Julián Domínguez reivindicó los derechos indígenas, sino que tomó parte de su cosmogonía para proteger su gestión, en un gesto de reconocimiento tras haber recibido un retortuño y un chañar de manos de integrantes del pueblo Huarpe Pynkanta.
Los integrantes del Pueblo Nación Preexistente Huarpe Pynkanta tuvieron un protagonismo muy especial en el Encuentro Federal de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena que se realizó en Tecnópolis, el sábado 16.
Cuando se aproximó al stand el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, compartió ceremonia junto a la comunidad. Allí se le entregó un retortuño y un chañar como símbolo para que lo acompañe con éxito en su gestión.
A su vez, se le solicitó a Domínguez que hiciera una reparación y protegiera y ayudara a la inclusión de “nuestro Pueblo nación Preexistente Huarpe Pynkanta y que restituyera y protegiera nuestras plantas nativas, que es nuestra comida medicina, y nuestros animales; ambos son nuestra familia antigua necesarios para completar nuestra vida en el territorio”, expresó el Omta Samay Pachay Roque Miguel Gil.
Momentos después, en el acto central, el ministro Julián Domínguez hizo mención a los frutos simbólicos que le había entregado el pueblo Huarpe Pynkanta , mostrándolo a los presentes. Fue cuando dijo que “me acompañarán durante el tiempo que el presidente considere se extienda mi gestión”, sostuvo.
A su vez, afirmó que hay una “enorme deuda con los pueblos originarios” y se comprometió a gestionar el cumplimiento del artículo 35, inciso 17 de la Constitución Nacional, mediante el cual “hay que dar tenencia definitiva a la tierra que son de los pueblos originarios. Eso no es un regalo, es un derecho constitucional que todavía la dirigencia argentina no ha reparado”.
“No va a haber tranquilidad en la Argentina hasta que los titulares de los derechos, como lo prevé la Constitución, sean los legítimos tenedores de la madre tierra que les corresponde a sus antepasados”, afirmó Julián Domínguez durante el discurso.












