A horas del inicio de la cumbre del G20 y luego de que el Departamento de Comercio de los Estados Unidos confirmara días atrás que revisará los aranceles aplicados al biodiesel argentino, que dejó al producto local fuera de dicho mercado, la industria irá por más. Propondrá que se reabra la plaza norteamericana a través de cupos, los cuales no deberían exceder las 1,2 millones de toneladas lo que significa un costo para los importadores en torno de los u$s1.000 millones. Sin embargo no le será fácil lograrlo, la Junta Nacional de Biodiésel (NBB, por sus siglas en inglés), hace fuerte lobbie para evitar su ingreso.
La llegada del presidente Donald Trump, junto a autoridades del Departamento de Comercio norteamericano, es el espacio ideal para que la Argentina pueda darle una rápida solución a la vuelta del biodiesel a EE.UU. La misma está cerrada desde abril pasado, frenando la llegada ingresos por u$s1.500 millones en concepto de divisas para el país.
Fuentes de la industria aseguraron estar abiertos a un acuerdo de cantidad y precios en el corto plazo, y donde es posible que el volumen se ubique entre el millón y los 1,2 millones de toneladas.
El sector entiende que no se debe esperar a que EE.UU. decida o no hacer un cambio. Esto es a partir del comunicado del Departamento de Comercio que prometió revisar las medidas luego que el Gobierno aplicara retenciones al biodiesel del 15% más $4 por tonelada exportada. Por eso, impulsan que el presidente Mauricio Macri se lo proponga a Trump.
Se busca, en definitiva, aprovechar que las autoridades norteamericanas intercedan ante el Consejo Nacional de Biodiésel, entidad que promovió el cierre del biodiesel argentino.
Pero rápido de reflejos la NBB transmitió su preocupación a funcionarios del Departamento de Comercio. A raíz de esto, el organismo norteamericano difundió un comunicado donde su subsecretario Gilbert Kaplan señaló que «el gobierno (norteamericano) tiene una capacidad muy limitada para negociar cualquier tipo de acuerdo ahora que las investigaciones se finalizaron».
Esto se puede entender con un guiño a la NBB, pero también puede dejar en claro que todo dependerá de la Casa Blanca
Hay que recordar que en abril último la Comisión Internacional del Departamento de Comercio de los EE.UU. (ITC, por sus siglas en inglés) consignó que la importación del biodiesel argentino es objeto de dumping y por ende confirmó que la industria norteamericana fue dañada por la llegada del producto local. De esta forma ratificó el arancel que se habían instalado de forma parcial y que llegan a máximos del 86,4 por ciento. Esto dejó a la industria local fuera de suelo norteamericano hasta el 2023.
Pero no sólo se buscará entrar nuevamente a EE.UU. también se quiere evitar el cierre a la UE. Actualmente se paga una carga del 6,5%, pero el viejo continente estudia aplicar más impuestos en enero próximo dado que considera que la industria local recibe subsidios. Esto es a partir de un pedido del Consejo Europeo de Biodiésel (EBB, por sus siglas en inglés). El objetivo es plantear el problema al presidente francés, Emmanuel Macron y la canciller alemana, Angela Merkel.
Fuente: BAE