Los consumidores mendocinos de productos agrícolas pueden quedarse tranquilos, dado que las buenas prácticas de los productores garantizan que lo que se ingiere esté en buen estado.
Así se desprende del análisis realizado por Oscar Astorga, coordinador del programa de agroquímicos del Iscamen (Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza) quien aseguró que «Mendoza marca la vanguardia en las prácticas agrícolas».
El funcionario fue entrevistado en Radio Nihuil por Marcelo Sisso frente al alerta de muchos consumidores del país por los productos que son retirados del mercado por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) ya sea por estar en mal estado o adulterado.
La inquietud es saber qué pasa con el uso de agroquímicos.
«En Mendoza culturamente siempre hablamos de productos fitosanitarios y agroquímicos y no hablamos de agrotóxicos. Es una palabra un poco violenta más allá de lo que encierra el mal uso de agroquímicos», comenzó diciendo Astorga.
«Detectar agroquímicos a simple vista es imposible. En el Iscamen hay un trabajo sistemático. Hay numerosas muestras que se analizan los laboratorios tanto del Inti como de Inta. Damos fe de los resultados muy buenos obtenidos en cuanto al nivel de agroquímicos detectados».
«En la campaña que terminó, sobre 500 muestras, el 90 % resultó libre de agroquímicos. Y cerca del 5% o 6% registró agroquímicos pero dentro de la tolerancia que fija la legislación nacional determinada por el Senasa. Esa pequeña diferencia es lo que se llama desvío de uso. No es que hay un exceso sino que se utilizó una agroquímico que no debía haberse usado. En ese caso hay sanciones, decomiso y multas», detalló el funcionario.
Y sumó: «El año pasado abarcamos todas las ferias de Mendoza, con excelentes resultados. Fueron cerca de 25 especies analizadas. Es una tarea que se hace en toda la cadena que incluye ferias, acopiadores, empacadores y supermercados».
Para Astorga hay una especie de psicosis, aunque también reconoció que existen razones bien fundadas para que los consumidores duden y al respecto contó una anécdota: «El año pasado nos llamaron de Tunuyán porque en un arroyo había líquido azul. Pensé que se trataba de un funguicida. La gente entró en pánico. Pero resultó que era pintura de las que se usan en piletas de natación que alguien arrojó irresponsablemente».
Finalmente reiteró: «Mendoza marca la vanguardia en la protección de buenas prácticas agrícolas con el cuidado el ambiente, el consumidor, el trabajador agrícola».
Producción orgánica
El funcionario del Iscamen dedicó un párrafo a los productos orgánicos y dijo lo siguiente: «Hay sectores que aportan frutas y verduras orgánicas y cada vez la superficie cultivada es mayor. Pero a nivel de escala hay que ver costos y beneficios. Producir un tomate orgánico es un costo muy alto. No todo el mundo tiene acceso. Lo mismo pasa con los vinos orgánicos. Y hay que ver las certificaciones».
Fuente: Diario Uno – Mendoza